Barnier es derrocado con 331 votos de la Asamblea Nacional.
El gobierno del primer ministro francés, Michel Barnier, se convirtió en la primera administración derrocada con un voto de censura desde 1962. Se ha convertido también en el gobierno de menor duración en Francia. Sin mayoría en la Cámara Legislativa, Barnier vio a un total de 331 parlamentarios votar a favor de la moción presentada por la alianza de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), pero que también contó con el apoyo del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. Se necesitaban 288 votos para derrocar al gobierno.
La crisis política se produce en el contexto del intento de aprobar el presupuesto de 2025. Los dos bloques de extremos opuestos del espectro político decidieron poner fin al actual gobierno después de que Barnier confirmara sus intenciones de utilizar una maniobra constitucional para eludir a la Asamblea Nacional y aprobar el plan de gasto sin el apoyo de los diputados. Esto se debe a que algunas concesiones de último momento resultaron insuficientes para lograr el apoyo del RN al presupuesto propuesto por el gobierno.
El gobierno del primer ministro de centroderecha, sin mayoría en la Asamblea Nacional, dependía del apoyo del partido de extrema derecha para su supervivencia. El proyecto de ley de presupuesto, que busca contener el creciente déficit público de Francia de 60 mil millones de euros en aumentos de impuestos y recortes de gastos, rompió la frágil alianza. Las dos partes se culparon mutuamente por el fracaso de las negociaciones sobre el plan de gastos y dijeron que hicieron todo lo posible para llegar a un acuerdo.
Un nuevo shock político en Europa
El resultado de la votación profundizó la crisis política de Francia y representó otro shock para una Europa en crisis, después de que Alemania también aprobara una moción similar para destituir del poder al actual canciller, Olaf Scholz, a pocas semanas de que Donald Trump, conocido por su actitud aislacionista y postura proteccionista en política exterior, regrese a la Casa Blanca.
Barnier, un veterano conservador que ejerció como primer ministro durante apenas tres meses, se ve ahora obligado a presentar su dimisión y la de su gobierno al presidente Emmanuel Macron.
Podría pedir que el aliado del Partido Republicano permanezca en el poder de forma interina, hasta que se plantee un nuevo nombre. Debido al caos actual, esto podría muy bien ocurrir sólo el próximo año.
Una de las opciones del presidente francés sería nombrar un gobierno de tecnócratas, sin un programa político, que podría ayudar al próximo primer ministro a sobrevivir a una moción de censura. En cualquier caso, no puede haber nuevas elecciones parlamentarias antes de julio de 2025.
En lo que respecta al presupuesto, si el Parlamento no aprueba un proyecto de ley antes del 20 de diciembre, el gobierno interino puede invocar esa maniobra constitucional de Barnier (basada en un artículo de la Constitución que permite al gobierno aprobar medidas sin el voto de los diputados) para aprobar la medida por decreto. Sin embargo, esto sería arriesgado. No es seguro que un gobierno interino pueda utilizar tales poderes y ciertamente provocaría duras críticas por parte de la oposición.
Desaceleración de la economía
Para Álvaro Bandeira, economista y coordinador del ente regulador Apimec, si bien el Producto Interno Bruto (PIB) mostró ayer un desempeño positivo, hoy la producción industrial apuntaba a una desaceleración de la economía. Ninguno de los datos, sin embargo, permite decir que la inflación estará bajo control en los próximos meses. “El año 2025 empieza mucho más problemático con datos de deuda y coste de la deuda que hay que resolver”, afirma. “Tenemos que mirar con ojos muy críticos lo que hará el gobierno en materia de política económica. De lo contrario, el Banco Central tendrá que hacer ajustes más fuertes a la tasa Selic”.