El plan de Trump para la crisis de los refugiados: zonas seguras dentro de Siria

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Foto: REUTERS

“Absolutamente voy a crear zonas seguras en Siria para la gente”. El presidente Donald Trump ha ideado la fórmula para detener la crisis de refugiados que “amenaza” la seguridad de Europa y de Estados Unidos. Su idea es establecer “zonas seguras” para los desplazados dentro de Siria, un plan que encargará en los próximos días a sus secretarios de Defensa y de Estado.

“El Secretario de Estado, conjuntamente con el Secretario de Defensa tendrán un plazo de 90 días, desde la fecha en que se firme la orden ejecutiva, para establecer un plan para proporcionar zonas seguras en Siria y en la región circundante en la que los nacionales sirios desplazados de su patria pueden esperar seguros a la repatriación o el reasentamiento potencial de terceros países “, señala el borrador del documento, al que ha tenido acceso la agencia ‘Reuters’.

En el proyecto se incluiría el Yemen, país árabe en guerra civil desde 2015 y el que están involucrados Arabia Saudí y EEUU -que apoyan al presidente cesado Abd Rabbuh Mansour y su Gobierno- e Irán -que está con los rebeldes houthis-. Según un comunicado de la Casa Blanca de este domingo, el monarca saudí estaría dispuesto a apoyar el plan deestablecer zonas seguras en Siria y el pequeño estado de la Península Arábiga.

Si, finalmente, Trump decide poner en práctica su proyecto habrá dado un paso que su predecesor, Barack Obama, se resistió durante mucho tiempo, temiendo una escalada militar de EEUU en el sangriento conflicto sirio y las posibles pugnas entre la aviación estadounidense y la rusa por el control del espacio aéreo.

Para ello, la nueva Administración de EEUU deberá comprometer recursos militares, tanto una mayor participación de su aviación si se establecen zonas de exclusión aérea como de las fuerzas terrestres para proteger a los civiles en esas áreas, que se traduciría a un incremento del gasto militar y pondría en riesgo la vida de los soldados.

El plan de Trump choca además con los intereses de los kurdos, hasta ahora principales aliados de EEUU en la lucha contra el Estado Islámico. Incluso para la oposición siria un plan de zona segura probablemente no funcionaría en esta etapa del conflicto. “Creo que es demasiado tarde, no es el momento. Su tiempo fue hace cuatro años”, señala un oficial rebelde.

“Si la zona segura se crea en el norte de Siria (el plan) enfurecerá a los kurdos, dado que su objetivo es establecer allí su propio territorio autónomo. Una zona segura en el sur del país también seria impracticable, debido a las restricciones de las autoridades jordanas sobre el transito de refugiados a través de su frontera”, explica a El Confidencial el coronel libanés retirado Nizar Abdelkader.

Según Abdelkader, la creación de esas zonas seguras requerirá un enorme compromiso financiero por lo que Trump ha pedido a los países suníes del Golfo (incluyendo a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar), que han prestado apoyo a las fuerzas rebeldes, “unir sus recursos para este proyecto humanitario, vagamente definido”.

A su juicio, la intención de Trump de crear dichas “zonas seguras” en Siria debe ser recibida con escepticismo. “Incluso si Trump es capaz de convencer a un poder regional como Arabia Saudí para invertir dinero y recursos militares para la provisión de áreas seguras para los civiles, inevitablemente se verán obligados a enfrentarse a actores hostiles, ya sean las fuerzas militares de Al Assad, las fuerzas rusas o incluso el ISIS. Es difícil imaginar a los saudíes arriesgando el cuello para defender a los civiles sirios, especialmente después de más de media década de guerra civil en Siria”, argumenta el analista militar.

Incluso si Trump es capaz de convencer a sus aliados en el Golfo para que intervengan a favor de los civiles en esta fase tardía de la guerra, Abdelkader recuerda que los saudíes están atascados por su propia guerra en Yemen, donde “probablemente han cometido crímenes de guerra contra la población civil de ese país, respaldados tanto por armas como por apoyo militar estadounidense”.

Rusia ha reaccionado con cautela al plan estadounidense de crear “zonas seguras” en Siria, argumentando que Washington no consultó a Moscú sobre el asunto y que todas las posibles consecuencias deberían ser examinadas. “Es una decisión soberana. No, nuestros socios estadounidenses no nos consultaron” , dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, el 26 de enero, un dia después de que Trump anunciara que tenía la intención de establecer dichas zonas para los refugiados en Siria, una medida relacionada con el veto antimigratorioimpuesto por el presidente. Peskov aseguró que era necesario “calcular minuciosamente todas las posibles consecuencias” y que “es importante que este [plan] no exacerbe la situación con los refugiados”.

Por su parte, Turquía, que siempre ha apoyado la idea de zonas seguras en Siria, ha afirmado que “tendría que revisar el plan de Estados Unidos antes de comentarlo”. No obstante, el Gobierno de Ankara aceptaría con agrado una zona de seguridad patrocinada por Estados Unidos en áreas controladas por los rebeldes, sólo para evitar que se estableciera una zona kurda controlada por las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), con vínculos estrechos con los rebeldes kurdos turcos que luchan contra Turquía. El escenario de pesadilla para Ankara es una repetición de la zona protegida por Estados Unidos en el norte de Irak, que sentó las bases para establecer la región autonomía kurda iraquí.

De hecho, Turquía ha establecido su propia zona de influencia -una zona segura de facto- entre los enclaves kurdos sirios de Jarablus e Erfin, cuyo objetivo principal es evitar que los kurdo-sirios se asienten a lo largo de toda su frontera con Siria, pero que también está siendo utilizado como refugio por algunos civiles en su huída.

En cuanto a los propios rebeldes, respaldan la iniciativa de Trump, aunque se muestran cautelosos ante la falta de detalles. En declaraciones a la agencia Efe, el líder del Ejército Libre Sirio (ELS), el general Ahmad Berri, recordó ayer que ésta es una antigua petición de los insurgentes. “Desde hace cinco años, el pueblo sirio pide el establecimiento de áreas seguras y libres de bombardeos y disparos de artillería. Turquía también lo ha exigido de forma continua, e incluso Obama lo solicitó hace tiempo, pero luego se reconcilió con Irán y el régimen sirio y retiró la idea”, dijo Berri.