La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU despierta sentimientos nacionalistas. La reacción rusa.
Las palabras de Nancy Pelosi, tras abandonar Taiwan, suenan a teatro de guerra. “No los abandonaremos” dijo la presidenta de la Cámara de Representantes de los EEUU. Esas declaraciones y su presencia en la isla enfurecieron al Gobierno chino. El canciller Wang Yi advirtió que “el que ofenda a China será castigado”. Otra declaración de guerra. El cruce se da en momentos de alta tensión mundial. En medio de la guerra en Ucrania en la que China –por algo parecido- ha insinuado su apoyo ilimitado a Rusia. Ambas potencias entienden a su estilo de derechos humanos y democracia. No aceptan que países de occidente exprese acepciones. Peor, en un territorio que la República Popular de China considera parte continental de su historia. Se trata de otra advertencia que empeora el cuadro de la situación global. Lo poco que trascendió de la visita es que la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen y Nancy Pelosi conversaron sobre derechos humanos y democracia.
El gigante asiático considera la isla autogobernada parte inalienable de su territorio, y no concibe que políticos extranjeros la visiten y traten de señalar reglas de comportamiento. Tampoco en señal de apoyo a la independencia y a quienes define como “secesionistas”.
Esta es la primera vez que una alta autoridad estadounidense -tercera en la sucesión presidencial- visita la isla en 25 años. La última vez, el republicano Newt Gingrich, en 1997, cuando ocupaba el mismo cargo que Pelosi.
Tsa destacó la vista. Dijo que fortalece la democracia y los derechos humanos. Dos temas cruciales para Pekín acusado como un régimen autoritario que viola constantemente los derechos humanos. Antes de dejar Taiwan, Pelosi se reunió con activistas de derechos humanos críticos con Pekín. Estaban Wuer Kaixi —disidente chino y líder de las protestas estudiantiles de Tiananmen de 1989—, Lee Ming-che —activista taiwanés detenido en China en 2017 y encarcelado por subversión—, y Lam Wing-kee —antiguo propietario de la librería Causeway de Hong Kong, que huyó de la antigua colonia británica a Taiwán a raíz de las manifestaciones de 2019.
El ministro de Exteriores, Wang Yi, aseguró: “la presencia de Pelosi ha atentado contra “el principio de una sola China”. En 1949 las tropas nacionalistas se refugiaron en Taiwan tras ser derrotadas en la guerra civil por el ejército comunista.
Rusia en escena y ejercicios militares
Mientras la visita de Pelosi encendía el sentimiento nacionalista en China —las redes sociales del país se han llenado de mensajes exaltando la unidad nacional—, Pekín ya ha obtenido la “solidaridad absoluta” de Rusia. El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, calificó como una “clara provocación” la visita. “China tiene el derecho de adoptar las medidas oportunas para defender su soberanía”, sostuvo Lavrov.
La visita de Pelosi ha encendido además el sentimiento militarista como señal de fuerza. Un gran despliegue de aviones de combate y de la marina se apostaron a 12 millas náuticas de la costa en máxima alerta. Desde este jueves 4 hasta el 8 el Gobierno de Pekín ha anunciado ejercicios militares sobre el territorio.