Escándalos lastran la integridad de los funcionarios
El lastre de la corrupción permanece de pie a pesar de las desgracias ocasionadas por la pandemia en la región. Tres claros ejemplos son Perú, Argentina y Chile. En el primer caso el temporal político estalló al destaparse un escándalo de que al menos 467 personas accedieron a la vacuna china de Sinopharm cuando esta permanecía en ensayos clínicos. El descubrimiento tomó el nombre de ‘Vacunagate’ y salpicó a políticos y funcionarios del Ejecutivo peruano. Al menos el 25 % de las personas que se vacunaron de forma ilícita correspondían a trabajadores del Estado.
Pero en el ‘Vacunagate’ peruano no solo se vieron implicados altos funcionarios y sus familiares, también están implicados integrantes de la Iglesia católica y reconocidos empresarios.
Más al sur de la región, en Argentina, saltó la polémica por la administración irregular de vacunas contra el coronavirus conocido como ‘vacunación VIP’ que incumbe a altos funcionarios y personalidades públicas cercanas al Gobierno de Alberto Fernández. La “vacunación VIP’ se habrían llevado a cabo dentro de la sede del Ministerio de Salud argentino, donde los privilegiados “amigos y buenos contactos” de los funcionarios recibían la inoculación.
En Chile cuya exitosa vacunación está siendo un ejemplo en la región y en todo el mundo, se ha visto empañada por irregularidades en las vacunaciones. Un total de 37.306 personas recibieron dosis contra la enfermedad antes de lo establecido en su calendario de vacunación. Es decir, menores de 60 años y sin enfermedades crónicas que no pertenecen a los grupos prioritarios.