Escasez de comida, incendios forestales e inundaciones: el mundo en 2040 sino se cambia la economía
Un informe de gran importancia elaborado por el pánel científico sobre cambio climático de Naciones Unidas presenta un panorama terrible sobre las consecuencias inmediatas del cambio climático y afirma que evitar el daño requiere transformar la economía mundial a una velocidad y escala que “no tiene un precedente histórico documentado”.
El informe, emitido el 1 de octubre por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés), un grupo de científicos convocados por Naciones Unidas para asesorar a los líderes mundiales, describe un mundo que experimentará escasez de comida e incendios forestales cada vez más frecuentes, así como la muerte masiva de arrecifes de coral en una fecha tan temprana como 2040 -un periodo ubicado dentro del tiempo de vida de la mayoría de la población mundial-.
El documento ha causado “una gran conmoción y es bastante preocupante”, dijo Bill Hare, autor de otros informes del IPCC y que también trabaja con Climate Analytics, una organización sin fines de lucro. “Hace tan solo unos años no estábamos conscientes de esto”. Este informe fue el primero en ser encargado por los líderes mundiales conforme a lo establecido por el Acuerdo de París, el pacto de 2015 para combatir el calentamiento global.
Los autores descubrieron que si las emisiones de gas de efecto invernadero continúan a la frecuencia actual, para 2040 la atmósfera se calentará hasta 1,5 grados Celsius en comparación con los niveles previos a la industrialización, lo que inundará las costas e intensificará las sequías y la pobreza. Trabajos anteriores se habían enfocado en estimar el daño si las temperaturas promedio se elevaban mucho más -2 grados Celsius- porque ese era el umbral que los científicos estimaban que desataría los efectos más graves del cambio climático.
No obstante, la reciente investigación muestra que muchos de esos efectos se experimentarán antes, en la marca de los 1,5 grados Celsius.
Evitar los daños más graves requiere transformar la economía mundial en tan solo unos cuantos años, dijeron los autores, quienes estiman que los daños tendrían un costo de 54 billones de dólares. Sin embargo, aunque concluyen que es técnicamente posible lograr los cambios necesarios para evitar llegar a los 1,5 grados de calentamiento, aceptan que podría ser poco probable desde el punto de vista político.
Por ejemplo, el informe señala que se necesitarían impuestos o precios altos -tal vez tan altos como 27.000 dólares por tonelada para 2100- en emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, tal medida sería casi políticamente imposible en Estados Unidos, la economía más grande del mundo y el segundo emisor de gases de efecto invernadero después de China. Legisladores de todo el mundo, incluidos los de China, la Unión Europea y California, han promulgado programas de precio al carbón.
El presidente estadounidense Donald Trump, quien se ha burlado de la ciencia del cambio climático causado por el hombre, ha prometido aumentar la quema de carbón y retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París. Además, el domingo en Brasil, el séptimo emisor más grande de gases de efecto invernadero, los votantes parecen estar en camino a elegir a un nuevo presidente, Jair Bolsonaro, quien ha dicho que también tiene planes de retirarse del acuerdo.
El documento fue redactado y editado por 91 científicos de cuarenta países que analizaron más de seis mil estudios científicos. El Acuerdo de París se creó con el objetivo de evitar el calentamiento de más de 2 grados Celsius sobre los niveles registrados antes de la industrialización, desde hace mucho tiempo se considera esa cifra como el umbral para los daños sociales y económicos más graves del cambio climático. Sin embargo, los dirigentes de las pequeñas naciones insulares, temerosas del aumento del nivel del mar, también pidieron a los científicos que examinaran los efectos de 1,5 grados Celsius de calentamiento.
Debido a la falta de una acción más contundente, muchos efectos que solo se esperaban hasta dentro de varias décadas llegarán en 2040 y a una temperatura menor, según se afirma en la investigación. “Nos dice que necesitamos revertir las tendencias de emisiones y dar un giro súbito a la economía mundial”, dijo Myles Allen, un climatólogo de la Universidad de Oxford y uno de los autores del informe.
Para evitar un calentamiento de 1,5 grados Celsius, según el documento, la contaminación de efecto invernadero debe ser reducida en un 45 por ciento de los niveles de 2010 para 2030 y en un 100 por ciento para 2050. Además, para 2050 el uso del carbón como fuente de electricidad tendría que descender de casi el 40 por ciento actual a entre el 1 y el 7 por ciento. La energía renovable como la eólica y la solar, que conforman el 20 por ciento de la mezcla energética actual, tendrían que incrementarse hasta llegar al 67 por ciento.
“Este informe lo deja en claro: no hay manera de mitigar el cambio climático sin deshacerse del carbón”, dijo Drew Shindell, un climatólogo en la Universidad de Duke y uno de los autores del informe.
La Asociación Mundial del Carbón no está de acuerdo con la conclusión de que detener el calentamiento global requiere dejar de usar carbón. En un comunicado, Katie Warrick, su directora ejecutiva interina, indicó que los pronósticos de la Agencia Internacional de Energía, una organización global de análisis, “continúan viendo un papel para el carbón en el futuro próximo”.
Warrick dijo que su organización tiene la intención de hacer campañas para que los gobiernos inviertan en tecnología de captura de carbono. Dicha tecnología, que actualmente es demasiado cara para el uso comercial, podría permitir continuar con el uso de carbón de manera extendida.
A pesar de las implicaciones políticas controversiales, la delegación de Estados Unidos se unió a más de 180 países el 6 de octubre para recibir el resumen de la investigación. Un comunicado del Departamento de Estado dijo que la “aceptación de este informe por el pánel no implica patrocinio de parte de Estados Unidos sobre los hallazgos específicos o contenidos subyacentes del informe”.
La delegación del Departamento de Estado enfrentó un dilema. Rehusarse a aprobar el documento generaría conflictos entre Estados Unidos y muchas naciones y mostraría en el escenario mundial cómo el gobierno rechaza la ciencia académica establecida. Sin embargo, la delegación también representa a un presidente que ha rechazado la ciencia y las políticas climáticas.
“Reiteramos que Estados Unidos tiene la intención de retirarse del Acuerdo de París en la oportunidad más próxima y queda pendiente la identificación de los términos más apropiados para el pueblo estadounidense”, dijo el comunicado.
El informe intenta fijar un precio a los efectos del cambio climático. Los 54 billones de dólares estimados en daños del calentamiento de 1,5 grados crecería a 69 billones si el mundo continúa en la senda del aumento de temperatura a 2 grados y más, reveló el informe, aunque no especifica el tiempo representado por esos costos.
El documento concluye que el mundo ya está a más de la mitad del camino hacia la marca de los 1,5 grados. La actividad humana ha causado un calentamiento de alrededor de 1 grado Celsius desde 1850, el inicio del consumo a gran escala de carbón industrial, descubrió la investigación.
Estados Unidos no es el único país que fracasa en la reducción de suficientes emisiones para prevenir los peores efectos del cambio climático. El informe concluyó que las promesas de reducción de gases de efecto invernadero hechas en el Acuerdo de París no serán suficientes para evitar los 2 grados de calentamiento.
El documento hace énfasis en el rol potencial de un impuesto a las emisiones de dióxido de carbono. “Un precio al carbón es vital para promover la mitigación”, concluyen los expertos. Además estiman que para ser efectivo, dicho precio tendría que estar en un rango de entre 135 a 5500 dólares por tonelada de contaminación de dióxido de carbono en 2030, y de entre 690 y 27.000 por tonelada para 2100.
En comparación, durante el gobierno de Barack Obama, los economistas gubernamentales estimaron que un precio apropiado del carbón estaría en el rango de los 50 dólares por tonelada. Durante el mandato de Donald Trump, esa cifra fue reducida a alrededor de 7 dólares por tonelada.
El informe detalla el daño económico que debería esperarse si los gobiernos fracasan en promulgar políticas que reduzcan las emisiones. Estados Unidos, señala el documento, podría perder alrededor del 1,2 por ciento de su producto interno bruto por cada grado de calentamiento.
Además, dice, Estados Unidos junto a Bangladés, China, Egipto, India, Indonesia, Japón, Filipinas y Vietnam son el hogar de cincuenta millones de personas que quedarían expuestas a los efectos del aumento de las inundaciones costeras para 2040, si el calentamiento llega a los 1,5 grados.
A los 2 grados de calentamiento, el informe predice una “rápida evacuación” de personas en los trópicos. “En algunas partes del mundo, las fronteras nacionales se volverán irrelevantes”, dijo Aromar Revi, director del Instituto Indio de Asentamientos Humanos y uno de los autores del informe. “Puedes colocar un muro para intentar contener a diez mil y veinte mil y un millón de personas, pero no a diez millones”.
La investigación también menciona que, en el caso de que los gobiernos fracasen en evitar la marca de los 1,5 grados de calentamiento, otro escenario es posible: el mundo rebasaría la marca, las temperaturas aumentarían más de 2 grados y entonces mediante una combinación de disminución de las emisiones y el despliegue de la tecnología de captura de carbono, se lograría disminuir la temperatura de regreso a por debajo del umbral de los 1,5 grados.
En ese escenario, algo del daño causado sería irreversible, concluye el informe. Todos los arrecifes de coral morirían. Sin embargo, el hielo marino que desaparecería en la etapa más caliente regresaría cuando las temperaturas fueran más frescas.
“Para los gobiernos, la idea de rebasar el objetivo pero después regresar a él es atractivo porque entonces no tienen que hacer esos cambios rápidos”, dijo Shindell. “Pero tiene muchas desventajas”.