Más del 20% está en paro y el 60% de los ocupados tiene un empleo de baja cualificación. Solo un 5% percibe más de 1.200 euros mensuales mientras un 6,7% no llega a los 300.
Precariedad, bajos ingresos y empleos de baja cualificación. Así se resume la situación laboral de los inmigrantes latinoamericanos en España. Al menos dos de cada diez están en paro y casi el 25% no cobra ni 600 euros al mes, frente al 16% de españoles que tampoco alcanzan esos ingresos. Son datos de un estudio sobre remesas de migrantes bolivianos, colombianos, ecuatorianos, paraguayos, peruanos y dominicanos elaborado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Grupo Interamericano de Desarrollo (BID) y la consultora Novadays en cooperación con el CSIC.
Las dificultades para homologar los diplomas y acreditar su nivel educativo en España explican en parte que el 60% de los encuestados con empleo ocupe puestos de escasa cualificación. El 28% se gana la vida en restauración y comercio, frente a un 9% que trabaja en agricultura o ganadería y un 7% en construcción, entre otros. El 14% de los 2.005 migrantes entrevistados ejerce como personal doméstico o está especializado en el cuidado de personas, un sector al que se dedica solo el 3% de los españoles. Tanto los inmigrantes con estudios superiores como los que completaron educación secundaria tienen problemas para convalidar sus títulos y acceder a empleos con sueldos más altos.
De hecho, más de la mitad (54%) de los encuestados ingresa entre 600 y 1.200 euros cada mes, frente al 28% de la población total. Tan solo el 5% de los inmigrantes cobra un salario superior a los 1.200 euros, un porcentaje inferior al de latinos con ingresos inferiores a 300 euros mensuales (6,7%). Por países, destacan las bajas retribuciones de los ecuatorianos: casi un tercio de los encuestados de ese país percibe menos de 600 euros. Les siguen los bolivianos (24,8%), colombianos (24,33%), dominicanos (20%), paraguayos (19,5%) y peruanos (16,66%).
Con estos datos, queda claro que la población de origen latinoamericano tiene un nivel adquisitivo medio inferior al del conjunto de la población. Tan solo un 12% tiene una casa en propiedad en nuestro país -frente al 78% de los españoles-, si bien el 20% compró una vivienda en su país de origen. La tasa de inmigrantes con coche en España supera el 25%.
Vivir al día
¿Y los ahorros? La encuesta realizada en el verano de 2015 desvela que el 55% de los encuestados gastó todos o casi todos sus ingresos. Prueba de ello es que el 22% asegura que sería incapaz de hacer frente a un gasto inesperado de 2.000 euros, frente al 25% que tiene serias dudas. Solo el 35% consiguió guardar algo en el banco, una tasa que asciende al 68% en el caso de los españoles. Los más ahorradores fueron los dominicanos y colombianos.
La inmensa mayoría de los inmigrantes vive al día -como tantos otros españoles-. Aún así, el 69% logra enviar dinero a su país de origen unas cuatro o cinco veces al año, con picos durante Navidad o en el inicio del curso escolar. La cantidad media es de unos 1.000 euros anuales, sobre todo destinados a padres (55%) y hermanos (34%) que residen al otro lado del charco y necesitan ingresos extra para salir adelante, y el método preferido es una empresa de remesas por su rapidez. Solo un 12% recurre al banco.
La cuota de remesadores en 2007 era del 49%, veinte puntos por debajo de lo estimado este año. “Pese a la crisis y sus efectos negativos, los motivos de este incremento pueden estar relacionados con la diferente estrategia de muestreo seguida y con los posibles cambios en la composición de la población latina durante el tiempo transcurrido desde entonces”, justifica el estudio.
Muchas de las personas que ya no mandan recursos a su familiares explican que no tienen dinero suficiente para poder ayudarlos (53%), todos sus parientes se han establecido en España (20%) o no necesitan apoyo económico (24%). Los ecuatorianos (65%) y paraguayos (69%) son los menos proclives a enviar dinero a su país de origen, a diferencia de los colombianos y dominicanos (75%.)