Europa une fuerzas con Francia para combatir al Estado Islámico
La gira diplomática del presidente francés, François Hollande, para lograr apoyos en su guerra contra el Estado Islámico (ISIS) va logrando sus primeros frutos. Los Gobiernos de Alemania y Reino Unido concretaron este jueves sus planes militares de intervención en Siria. La canciller Angela Merkel, que el día anterior había visitado a Hollande en París, anunció que aportará media docena de aviones de reconocimiento y una fragata. Esta dotación se une a los 650 soldados de refuerzo en Malí anunciados el pasado miércoles. El primer ministro británico, David Cameron, pidió el apoyo del Parlamento para estar bombardeando Siria antes de Navidad. “No podemos subcontratar la seguridad”, dijo el líder conservador, que confía en lograr el sí de la Cámara.
“Hace años que oímos hablar de guerra y refugiados, pero no habíamos comprendido que lo que ocurre en Alepo puede ser relevante para [las ciudades alemanas de] Essen o Stuttgart”. La frase, pronunciada el miércoles por Merkel en el Bundestag, adquirió este jueves un significado más claro.
La jefa del Gobierno alemán ya dejó claro que, tras los atentados de París, ofrecería a Francia toda su solidaridad. Ahora da contenido a esta promesa: además de destinar a Malí 650 soldados y de aumentar las actividades de formación a los peshmergas kurdos en Irak, Berlín anunció que participará en la lucha contra el ISIS en Siria. Su aportación será de entre cuatro y seis aviones de reconocimiento Tornado, aviones cisterna, una fragata para custodiar el portaviones Charles de Gaulle y tecnología.
La operación no incluirá operaciones de ataque. Los Tornado de la Bundeswehr se limitarán a usar cámaras para hacer operaciones de reconocimiento.
“Sabemos que el terrorismo no será derrotado solo con medios militares, pero también que no podemos evitar una confrontación militar con el ISIS”, aseguró el ministro de Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier. “Nos ponemos del lado de Francia, que fue golpeada por los ataques inhumanos del Estado Islámico”, añadió la titular de Defensa, la democristiana Ursula von der Leyen. Merkel calificó la decisión, según asistentes a la reunión parlamentaria, como un paso necesario para luchar contra el terrorismo yihadista, aunque el respaldo a Hollande también puede interpretarse en clave interna: la canciller necesita al presidente francés en estos momentos para impulsar un acuerdo europeo en la crisis de refugiados.
El peligro de Malí
“No creo que los franceses se vayan a dar por satisfechos con el ofrecimiento alemán. Pero Berlín, por motivos políticos, no puede cubrir todas las necesidades militares que París le demanda”, asegura Christian Mölling, experto en Defensa del German Marshall Fund, que alerta de los peligros que supone la operación en Malí. “Es sin duda más peligrosa que la de los alemanes en Siria. En el país africano, las tropas estarán sobre el terreno”, añade.
Pese a lo limitado de la operación en Siria, el anuncio constituye un paso importante para un país que tradicionalmente había combinado una gran fortaleza económica con un escaso peso en las cuestiones de seguridad y de defensa. Ahora, la alerta por el terrorismo islamista y el creciente papel de la política exterior alemana se dan la mano.
Las operaciones anunciadas por el Gobierno requieren aún de la aprobación parlamentaria, prevista para diciembre. Pero este paso parece un mero trámite gracias a la abrumadora mayoría en el Bundestag de la que dispone la gran coalición de CDU y SPD.
Hollande y el presidente ruso, Vladímir Putin, acordaron este jueves en Moscú, por su parte, una cooperación más intensa en la lucha contra el terrorismo. Se trata del intercambio de información de espionaje militar sobre aquellos grupos y zonas en Siria que pueden ser atacados y los que no deben serlo. Con este acuerdo pretenden evitar incidentes como el derribo del avión Su-24 en la frontera entre Siria y Turquía. “Lo importante es no atacar a los grupos que luchan contra el terrorismo”, manifestó Hollande.
Desde Londres, Cameron defendió en el Parlamento que Reino Unido debe sumarse a los bombardeos contra el ISIS “lo antes posible” para que los británicos estén “más a salvo”. El primer ministro conservador necesita el apoyo de la Cámara ante la votación con la que pretende estar bombardeando Siria con los aliados antes de Navidad. Cameron confía en que los brutales ataques de París y el voto unánime en el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado viernes, instando a sus miembros a “tomar todas las medidas necesarias” contra el ISIS, hayan consolidado el apoyo parlamentario que hasta ahora se le ha resistido.
Los siete atentados terroristas en suelo británico que el Gobierno dice haber abortado este año, aseguró Cameron, estaban dirigidos por el ISIS o inspirados por su propaganda. “Las amenazas a nuestros intereses y a nuestra gente son tales que no podemos permitirnos quedarnos a un lado y no actuar”, defendió.
Las fuerzas aéreas británicas solo tienen autorización para bombardear en Irak, después de que el Parlamento rechazara intervenir militarmente en Siria. Pero Londres ha reconocido, amparado en la legítima defensa, ataques aislados con drones para matar a ciudadanos británicos que supuestamente planeaban atentados terroristas en Londres.
Cameron, que cuenta con una frágil mayoría absoluta, debe asegurarse el voto de un número de diputados de la oposición, ya que una quincena de tories ha anunciado que votará en contra. Decenas de diputados laboristas estarían dispuestos a votar sí desafiando a su líder, Jeremy Corbyn.