Evo cenó con Fernández y se mudaría a Salta para coordinar la campaña del MAS

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Foto: La Nación

En la noche del domingo, y en el mayor de los sigilos, el presidente Alberto Fernández recibió al expresidente de Bolivia Evo Morales, quien está refugiado en la Argentina desde hace cuatro días luego de un mes en México.s by

“Sí, cenaron juntos”, confirmó a LA NACION una alta fuente del Gobierno, un dato corroborado por uno de los dirigentes progresistas que vio al expresidente boliviano desde su llegada al país. “Fue ayer, y Evo quedó muy satisfecho”, corroboró un dirigente del Frente de Todos con el que el exmandatario tiene fluido contacto.

Mucho se habló, desde la llegada de Morales al país, de su paradero, y de la imposibilidad de “hacer política”, acordada con el canciller Felipe Solá, a cambio de su estadía en la Argentina. A contramano de muchos dirigentes de Juntos por el Cambio, el radical Gerardo Morales se mostró de acuerdo con su estadía en el país.

“Está bien, yo en su momento pedí que le dieran asilo político a Evo. Puede estar en la provincia en el marco de lo que el canciller ha planteado en cuanto a las restricciones, pero yo mismo pedí que había que velar por su vida y la de otros funcionarios”, dijo ayer el gobernador de Jujuy y reiteró que, a su criterio, fue “un golpe de Estado” el movimiento encabezado por la actual presidenta de Bolivia, Jeannine Añez, actualmente en el poder del país vecino. Según otro dirigente argentino cercano, Morales reside “en algún lugar de la ciudad de Buenos Aires”, sin precisar barrio ni zona.

De todos modos, la agenda de Morales en la Argentina está lejos de ser la de un ciudadano refugiado común. Apartado del bajo perfil, el expresidente de Bolivia desestimó en buena medida las sugerencias del Gobierno, se reúne periódicamente con dirigentes argentinos y bolivianos, a quienes les adelanta que trabajará en la campaña de su partido para las futuras elecciones en su país, y despotrica en Twitter contra Áñez, su sucesora.

“Golpismo”, “genocidio”, “terrorismo” y “sedición”. Con esas palabras, Morales describe en su cuenta de Twitter la llegada de Áñez a la presidencia de Bolivia y cuestiona la decisión de la justicia boliviana de emitir una orden de detención contra él. La Argentina aún no confirmó a su nuevo embajador en Bolivia. El socialista Ariel Basteiro, que ocupó ese lugar durante el kirchnerismo, suena para regresar a ese lugar, aunque no habrá designaciones allí hasta que “no se aclare el panorama político”, afirmaron fuentes oficiales.

Las críticas se enmarcan en la campaña que el refugiado dirigirá desde la Argentina hacia las próximas elecciones presidenciales en su país de las que todavía no se conoce la fecha. Morales contará con una base de dirigentes bolivianos del Movimiento al Socialismo (MAS) instalados en el país y con un apoyo explícito y contundente de la Casa Rosada.

El sábado, apenas dos días después de haber llegado a la Argentina como refugiado, el expresidente hizo su primera aparición pública, durante una reunión con dirigentes de su partido en Liniers. Acompañado por una multitud de militantes bolivianos, Morales ratificó que fue víctima de un “golpe de Estado” y que ya comenzó a trabajar en la campaña presidencial. Y ayer jugó al futbol en un club de Colegiales, y compartió el “picado”, entre otros, con el ministro de Deportes y Turismo, Matías Lammens.

Evo Morales evalúa trasladarse al norte del país para coordinar la campaña desde allí, según publicaron medios bolivianos. Estaría entre sus planes mudarse provisoriamente a Salta, una provincia que no le es ajena, pues Morales vivió allí un tiempo cuando tenía seis años. El destino podría ser Orán o Salvador Mazza, a tiro de los pasos fronterizos con Bolivia.