FMLN busca ganar segunda vuelta en El Salvador

0
308

Las históricas derecha e izquierda salvadoreñas miden sus fuerzas este domingo para terminar de definir quién será el próximo presidente de esta pequeña y convulsa nación centroamericana, que adolece de graves problemas sociales como el desempleo, migración de su población al extranjero y una galopante inseguridad.

Los medidores de fuerzas serán el ex jefe insurgente Salvador Sánchez Cerén, del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y el odontólogo Norman Quijano, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), quienes el pasado 2 de febrero fueron los más votados de entre cinco candidatos pero no alcanzaron más de la mitad de los votos válidos que según la ley local son necesarios para ser proclamado el triunfador.

El crecimiento económico, del 1,9% del Producto Interno Bruto (PIB) -el menor de Centroamérica y uno de los menores de todo el continente americano-, será uno de los retos del próximo gobernante. “En ello trabajaremos junto a las demás fuerzas de El Salvador”, dijo Oscar Ortiz, candidato a la vicepresidencia por el FMLN, quien reconoce el esfuerzo que se debe continuar haciendo para secar de la exclusión a gran parte de la sociedad, así como para combatir el pandillerismo y el crimen organizado que abate a El Salvador.

El FMLN y ARENA fueron enemigos a muerte durante la guerra civil (1980-1992), y lo siguen siendo en la posguerra, solo que los tiros fueron sustituidos por confrontaciones ideológicas que se manifiestan en acusaciones, ofensas verbales y calumnias, algunas de las cuales se dirimen en los tribunales de justicia, como el reciente pleito entre el presidente Mauricio Funes y dos diputados areneros – Ana Vilma de Escobar y Roberto D´Aubuisson-a quienes el mandatario ha demandado porque en declaraciones públicas le han lesionado su nombre e imagen, al tildarlo de alcohólico y drogadicto y de tener una vida desarreglada, según la denuncia.

Pero más allá de los enfoques puntuales de la polarización local, el exembajador estadounidense en San Salvador, William Walker, otrora considerado enemigo del FMLN, ahora reconoce a esta agrupación como un partido democrático, así como su evolución de buscar el gobierno en elecciones generales. De visita actualmente en este país, Walker asegura tener la la impresión de que “el FMLN pertenece al mundo democrático”. “Y como digo en un artículo (publicado en el The New York Times), no estoy recomendando que la gente vote por el FMLN, sólo estoy diciendo que, si ellos cambiaron, las relaciones con Estados Unidos deben ser como con cualquier otro país”, señaló.

A diferencia de Walker, quien fungió como embajador entre 1988 a 1992, otros exfuncionarios conservadores de Departamento de Estado de Estados Unidos, como Elliot Abrams y Roger Noriega, ven peligro en el ascenso del FMLN nuevamente al gobierno por su supuesta relación con la guerrilla colombiana, así como por sus alianzas con Cuba y Venezuela.

Mientras, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Eugenio Chicas, anunció este viernes la vigencia del silencio electoral, en el que no se puede hacer llamados a votar por ninguna facción partidista, así como el llamado a acatar la “ley seca”, que se refiere a la prohibición de la venta y consumo de bebidas alcohólicas desde el sábado hasta el lunes a la media noche.

Los registrados en el padrón electoral son 4.900.000 ciudadanos; a ello habría que restar casi medio millón de personas que no poseen o no han renovado su Documento Único de Identidad (DUI), con el que se ejerce el sufragio, por lo que no podrán votar en los más de 1.600 centros de votación instalados. “Aspiramos a dar un resultado preliminar a las diez de la noche, o antes, del próximo domingo”, apuntó finalmente Chicas, quien dijo sentirse satisfecho de la efectividad del sistema instalado porque asegura y fortalece la democracia.