Golpe de Estado en Tailandia

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Lo que había sido descrito como un golpe de Estado “a medias” por observadores se convirtió en un golpe completo en Tailandia.

El comandante del ejército anunció este jueves por televisión que las fuerzas militares tomaron el control del país.

El corresponsal de la BBC en Bangkok, Jonah Fisher, informa que la medida parece ser la confirmación del inicio de un absoluto golpe de estado.

El general Prayuth Chan-ocha había convocado a todas las partes de la crisis en el país a conversaciones a puerta cerrada en los predios militares en Bangkok.

En su alocución, el comandante Chan-ocha justificó la toma de control como medida para restaurar el orden e impulsar reformas políticas.

Muchos tailandeses ven los sucesos con una mezcla de escepticismo y esperanza.

Ocho años de conflicto

Los militares habían declarado hace dos días la ley marcial para garantizar “paz y orden” en medio de una aguda crisis política que dejó cerca de 30 muertos desde finales del año pasado y meses de protestas antigubernamentales.

“En el interés de la ley y el orden, asumimos los poderes. Por favor, permanezcan en calma y continúen con sus quehaceres diarios”, dijo el general Prayuth Chan-Ocha en el anuncio televisado.

El militar afirmó que la medida buscaba impedir más muertes y una escalada del conflicto.

Los manifestantes antigubernamentales exigen una reforma del sistema político, que consideran corrupto, y proponen la creación de un consejo no electo para que lleve a cabo los cambios antes de celebrar nuevas elecciones.

Divisiones

Tailandia arrastra una grave crisis desde el golpe de Estado que derrocó en 2006 al exprimer ministro Thaksin Shinawatra y a quien sus detractores acusan de dirigir el gobierno desde el exilio. La hermana de Thaksin, Yingluck Shinawatra, quien se desempeñaba hasta hace pocos días como primera ministra, fue destituida por el Tribunal Constitucional por abuso de poder.

En el fondo de la disputa hay una profunda división entre la población urbana y rural en este país de cerca de 70 millones de habitantes. Los “camisas rojas”, como se conoce a los seguidores de Thaksin, acusan a la oposición de representar a las “élites urbanas”.

La oposición, a su vez, denuncia políticas populistas de Thaksin, como la compra de arroz a los agricultores a un precio 50% mayor que el de los mercados internacionales, una medida que agravó la situación fiscal del país, la segunda economía del sudeste asiático después de Indonesia.

Con la interrupción del orden democrático anunciada este jueves, el número de golpes de Estado perpetrados por militares en el país asciende a 12 desde que se abolió la monarquía en 1932.