Honduras votó por la continuidad
Honduras votó por la continuidad en unas elecciones generales con las que el país centroamericano intenta pasar página a la polarización que vive desde el derrocamiento de Manuel Zelaya en junio de 2009. A Porfirio «Pepe» Lobo, cuya legitimidad estuvo cuestionada por buena parte de la comunidad internacional, lo sucederá su compañero en el Partido Nacional, Juan Orlando Hernández. Sin embargo, al bipartidismo que domina la política hondureña desde hace más de un siglo le ha surgido una cuña, el Partido Libertad y Refundación (Libre) de Xiomara Castro, esposa de Zelaya. Aunque sea cuña de su propia madera, pues no deja de ser una escisión del Partido Liberal, la otra gran fuerza política tradicional.
El escrutinio de las urnas arrojaba unos resultados menos estrechos de lo que hacían presagiar las encuestas. Según cifras oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), tras el recuento del 54% de las mesas electorales, Hernández obtenía el 34,27% de los votos, seguido de Castro con el 28,67% y del liberal Mauricio Villeda, que sumaba el 20,94% de las papeletas. La participación fue del 61% del censo, 15 puntos más que en las elecciones de 2009.
Antes de darse a conocer los datos de las actas, Xiomara Castro se había proclamado como la nueva presidenta del país a partir de sus propios sondeos a pie de urna, muy distintos de los que ya adelantaban varios medios locales y que eran un calco a lo que posteriormente anunciaría el TSE.
Pese a que la autoridad aún no había proclamado vencedor, Juan Orlando Hernández se apresuró a festejar en Twitter, acompañado de una fotografía que lo mostraba orando, de rodillas, junto a su familia y colaboradores cercanos: «¡Gracias Dios mío y gracias pueblo hondureño por este triunfo!». «Honduras votó por la paz y la reconciliación. La voz del pueblo es la voz de Dios», dijo en su primera comparecencia pública, mientras sus compañeros de filas anunciaban que ya había sido felicitado por los mandatarios de Panamá, Ricardo Martinelli, y Colombia, Juan Manuel Santos.
Por su parte, Mauricio Villeda ha asegurado que no reconoce ni vencedores ni vencidos porque todavía quedan votos por contabilizar. «No he reconocido todavía triunfadores ni perdedores y sólo he dicho que acepto lo que el pueblo vaya a decidir, sin desórdenes ni alterar la paz social en Honduras», ha afirmado el candidato liberal.
Rodeado de sus más cercanos colaboradores, Villeda ha asegurado que la campaña electoral ha sido limpia, sin insultos e injurias y que ha habido respeto para todos los demás contendientes electorales. También ha manifestado su agradecimiento a su familia por haber soportado sin quejas toda la campaña electoral y por afrontar con paciencia los ataques que recibieron.
«En este momento tenemos que proteger nuestros candidatos a diputados y alcaldes», ha indicado, según ha informado el diario « Tiempo». «Tenemos tiempo aún, pero lo que si les puedo asegurar es que deseamos la paz social, nosotros no estamos por la violencia, ni los desórdenes, lo que seamos es que reine la democracia del país», ha subrayado Villeda.