Hugh Hefner, símbolo de la revolución sexual

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Foto: Playboy Enterprises Inc.

Hugh Hefner, el hombre que creó la revista Playboy y la convirtió en un emporio de los medios de comunicación y la industria del entretenimiento, murió el miércoles en la Mansión Playboy que está ubicada cerca de Beverly Hills, California. El célebre editor tenía 91 años.

La vida de Hefner y la historia de la marca Playboy fueron inseparables. Ambos eran considerados como emblemas de la revolución sexual, un escape ante la pacatería estadounidense y ejemplos de una tolerancia social más amplia. También fueron ridiculizados a lo largo de los años siendo calificados de ser vulgares como adolescentes, explotadores y finalmente anacrónicos.

Sin embargo, Hefner experimentó un éxito impresionante desde la aparición del primer número de Playboy en la década de 1950. Fue un pionero de su época y frecuentemente lo comparaban con personajes como Jay Gatsby, Charles Foster Kane o magnates reales como Walt Disney, pero Hefner siempre fue único en su estilo.

Convirtió su vida en una película romántica en la que encarnaba el papel de un hombre sofisticado, siempre embutido en pijamas de seda o esmóquines, que celebraba fiestas eternas y le gustaba rodearse de gente famosa y fascinante.

El primer ejemplar de Playboy fue publicado en 1953, cuando Hefner era un hombre casado de 27 años que recientemente se había convertido en padre. Solía decir que se casó con la primera mujer con la que tuvo sexo.

Hefner apenas se había mudado de la casa de sus padres y acababa de renunciar a su trabajo en una revista de actividades infantiles pero en el editorial de la primera Playboy, el joven editor mostró otro estilo de vida: “Disfrutamos de mezclar cocteles y bocadillos, poner un poco de música en el fonógrafo para ambientar e invitar a una mujer para tener una tranquila discusión sobre Picasso, Nietzsche, el jazz y el sexo”.

Esa edición fue financiada con 600 dólares de su bolsillo y varios miles más que pidió prestados, incluidos mil dólares de su madre. Pero su activo más grande fue una fotografía en la que Marilyn Monroe aparecía desnuda. Hefner compró los derechos de publicación por solo 500 dólares.

Cuando Playboy llegó a los puestos de revistas en diciembre de 1953, se agotó su tiraje de 51.000 ejemplares. El editor, instantáneamente convertido en celebridad, pronto se convertiría en millonario; cinco años después, las ganancias anuales de la revista eran de cuatro millones de dólares y el logo del conejo era reconocido en todo el mundo.

Hefner fue vilipendiado, primero por los guardianes del orden social de los años cincuenta y posteriormente por las feministas. No obstante, la circulación de Playboy alcanzó un millón de revistas para 1960 y llegó a su punto más alto con alrededor de siete millones en los años setenta.

Mucho tiempo después de que otras casas editoriales convirtieron a la modelo de las páginas centrales en algo más tierno que atrevido, Playboy se mantuvo como la revista para caballeros más exitosa del mundo. La compañía se extendió a la producción de películas, televisión por cable y contenido digital, vendía su propia línea de ropa, joyería y abrió clubes, centros vacacionales y casinos.

La marca comenzó a perder su encanto durante la década del 2000, y para 2015 su circulación había descendido a 800.000 ejemplares -aunque entre las revistas para caballeros solo era superada por Maxim, una publicación fundada en 1995-.

Hefner continuó como editor en jefe en 2015 después de aceptar la sorprendente decisión de la revista de dejar de publicar fotografías de desnudos. El año pasado, Hefner cedió el control creativo de Playboy a su hijo, Cooper y a principios de 2017 la revista volvió a publicar desnudos.

Hefner criticó fuertemente el puritanismo de los estadounidenses en una época en la que los doctores rechazaban los anticonceptivos para las mujeres solteras y el código de producción de Hollywood dictaba que se pusieran camas separadas para las parejas casadas que aparecían en la pantalla.

El editor guardaba un gran resentimiento contra las estrictas reglas sexuales de su época y afirmaba que eso lo había afectado en su juventud. Fue virgen hasta los 22 años y se casó con su novia de toda la vida.

En “la filosofía Playboy”, una mezcla de argumentos liberales y de libertinaje que Hefner escribió en 25 entregas en 1962, su mensaje era sencillo: la sociedad tiene la culpa. Sus causas -derecho de abortar, despenalización de la marihuana y, lo más importante, el rechazo a las leyes sexuales del siglo XIX- fueron atrevidas en esa época. Diez años después, eran algo normal.

“Hefner ganó”, dijo Todd Gitlin, un sociólogo de la Universidad de Columbia University y autor de The Sixties, en una entrevista en 2015. “Los valores que ahora prevalecen en Estados Unidos, a pesar de todo el contrataque conservador, son esencialmente liberales y esa era básicamente la filosofía Playboy”.

Hugh Marston Hefner nació el 9 de abril de 1926, fue hijo de una pareja de metodistas nacidos en Nebraska que se mudaron a Chicago. Décadas después, todavía decía en las entrevistas que creció con “mucha represión”.

Hefner dirigía la revista y el imperio desde su habitación, trabajaba desde una cama redonda que giraba y vibraba. Al principio, era solitario y frenético, se desvelaba hasta después del amanecer ingiriendo anfetaminas y litros de Pepsi.

Su imagen personal de playboy surgió después de que dejó a su esposa y a sus hijos, Christie y David, en 1959.

En las oficinas de Playboy, la vida era igual que la imagen. Hefner le dijo a un entrevistador que al principio “todos se acostaban con todos”, incluso él. Posteriormente, el editor calculó que había tenido sexo con más de 1000 mujeres.

El glamur también era parte de un nuevo negocio, el club Playboy, que fue inmensamente popular cuando se inauguró en Chicago en 1960. Las meseras, llamadas conejitas, vestían pequeños trajes satinados con colitas de algodón en la parte trasera.

Susan Brownmiller, una crítica feminista, afirmó durante un debate con Hefner en un programa de televisión: “El papel que ha elegido para la mujer es degradante porque decidió ver a las mujeres como objetos sexuales, no como seres humanos completos”.

Hefner dejó Chicago y se mudó a Los Ángeles, a una enorme casa de estilo supuestamente Tudor en Holmby Hills con una gruta y un zoológico (Hefner amaba a los animales), donde podría organizar el ingreso de la compañía a la industria de las películas.

Los años ochenta fueron una etapa difícil para Playboy. Hefner se apoyó más en su hija Christie, quien fue designada como presidenta de la compañía en 1982 y posteriormente se convirtió en la directora ejecutiva, un cargo que mantuvo hasta 2009. Hefner sufrió un infarto en 1985 pero se recuperó y continuó como editor en jefe, por lo que era el encargado de escoger a la modelo de las páginas centrales, escribir los pies de foto y se dedicaba a los detalles con tanta intensidad que su personal decía que era “el redactor más adinerado del mundo”.

En 1989, Hefner se volvió a casar. Su segunda esposa fue Kimberly Conrad, una modelo que era 38 años más joven que él. Se divorciaron en 2010.

En 2005, comenzó a aparecer en el programa de televisión The Girls Next Door. Cuando las tres rubias protagonistas decidieron dejar la producción, las remplazó con otras tres, también jóvenes y rubias. Poco después, se casó con Crystal Harris, una de ellas.

Además de su esposa, a Hefner le sobreviven sus hijos Christie, David, Marston y Cooper. Hefner será sepultado en Westwood Memorial Park en Los Ángeles y descansará junto a Marilyn Monroe porque compró el nicho que está justo al lado del de la diva de Hollywood.

 

 

Matthew Haag y Zach Johnk colaboraron en este reportaje.