Irak está dividida por pugnas irreconciliables
El canciller británico, William Hague, le dijo a los líderes iraquíes ayer en Bagdad que era necesaria la unidad nacional para superar la crisis actual, pero dio la impresión de estar hablando de un Irak que ya no existe. En el último mes, Irak se ha dividido en tres regiones -chiítas, sunnitas y kurdos-; poco se intercambia entre ellos, salvo los disparos.
Hague dijo en una conferencia de prensa en el Ministerio de Relaciones Exteriores iraquí que “el factor más importante es la unidad política”, pero pocos iraquíes ahora ven esto como algo más que una piadosa aspiración. La distancia entre la capital kurda de Erbil y Bagdad es de 320 kilómetros, pero alquilar un camión para viajar esta distancia cuesta actualmente 10.000 dólares, en comparación con los 500 dólares que costaba hace un mes.
El mensaje de Hague fue similar al que transmitió días atrás John Kerry, el secretario de Estado de Estados Unidos. El apoyo internacional para el gobierno en Bagdad depende de que las tres comunidades principales puedan convivir en armonía. Pero los iraquíes tienen pocos motivos para creer que pertenecen a la misma nación. Los vínculos entre las comunidades se han roto desde que el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) tomó el control de Mosul, el 10 de junio.
Después de reunirse con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, Hague dijo: “Creemos que la prioridad urgente debe ser formar un gobierno inclusivo que puede obtener el apoyo de todos los iraquíes y trabajar para detener a los terroristas y sus terribles crímenes”. Al igual que Kerry, Hague dijo que no era el negocio del mundo exterior determinar quién debe ser el líder de Irak, pero la repetida negativa de Maliki simplemente refuerza el mensaje de que debe irse.
No hay duda de que el premier iraquí se ha convertido en una figura odiada por la comunidad sunnita. Pero culpándolo de todo evita el hecho de que el EIIL quiere matar a todos los chiítas, no sólo a Maliki. Tampoco está claro de dónde van a venir los sunnitas moderados que representan a su comunidad. Los políticos sunnitas que ocuparon cargos en el pasado reciente son considerados por su propia comunidad unos sinvergüenzas que se dedicaron a perseguir sus intereses personales. El hecho de que la comunidad sunnita ha sido incapaz de encontrar un abanderado y personal para su revuelta que no sea el EIIL -un grupo que cree que es su deber divino matar chiítas y cristianos- muestra hasta qué punto los sunnitas iraquíes se retiraron del nacionalismo iraquí.
Hague habló de detener el flujo de extremistas, de dinero y de armas al EIIL, como si éste no controlara los pozos petrolíferos del nordeste de Siria y no tuviera una nueva fuente de ingresos impositivos en el norte de Irak. Sus victorias recientes han provocado euforia en los países sunnitas vecinos de Irak, lo que significa que al EIIL le resultará fácil conseguir reclutas entre los jóvenes sunnitas. En cuanto a detener jihadistas que llegan a Irak y a Siria, esto podría haber tenido algún beneficio en 2012 y 2013, cuando Turquía estaba permitiendo que ómnibus llenos de ellos cruzaran su frontera de 600 kilómetros con Siria.
Hague señaló la utilidad de reabrir la embajada británica en Teherán para promover los contactos bilaterales, pero de nuevo parecía existir una falta de urgencia y no muchas ganas de cooperar eficazmente con Irán para detener al EIIL. En cuanto a Siria, el presidente Bashar al Assad fue culpado de proporcionar las condiciones para que el EIIL prosperara.
La mejor pregunta en la conferencia de prensa provino de un periodista iraquí que le preguntó a Hague si era consciente de que las armas suministradas a la oposición siria a menudo terminaban siendo utilizadas en Irak contra el ejército iraquí. Hague dio la respuesta estándar del Foreign Office de que Gran Bretaña no suministra armas, ya que pueden caer en las manos equivocadas. Los funcionarios de seguridad iraquíes van más allá y dicen que los presos del EIIL se alegran cuando la llamada oposición siria moderada consigue armas compradas por sus partidarios en Arabia Saudita y el Golfo, ya que van directamente al arsenal del EIIL.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.