Las incógnitas del anuncio armamentístico de Putin

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Foto: Reuters

El anuncio del presidente Vladímir Putin de que Rusia dispone de un arsenal nuclear “invencible” ha sido acogido con inquietud y escepticismo. Los especialistas estadounidenses consideran que se trata de una proclama de tintes electoralistas, pero que agita negativamente el pulso nuclear. En Moscú, el jefe del centro de seguridad internacional del Instituto de Relaciones Económicas e Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia, Alexéi Arbátov, señaló a EL PAÍS que de los cinco tipos de armas que Putin mencionó el jueves “unas existen y otras están en distintas fases de elaboración” y todas ellas van dirigidas a “superar la defensa antimisiles” promovida por Washington.

“Putin fanfarronea. La mayoría de los sistemas presentados están en una fase temprana de desarrollo y habrá que ver si llegan a ser desplegados algún día”, afirmó a este periódico el experto de la Asociación de Control de Armas Kingston Reif. “Esto no quiere decir que no tengamos que hacer caso a lo que dice. Ahora mismo se ha entablado una competición global tecnológica en el campo de las armas nucleares y Rusia la quiere encabezar. Si Moscú despliega cualquiera de estas armas, exacerbará la escalada y aumentará la presión sobre la estabilidad estratégica”, añadió Reif. “Esto es pura arrogancia electoral, una nueva dosis del ruido de sables nuclear. Pero el peligro es la percepción, o incluso la realidad, de que el umbral de Moscú para el uso de armas nucleares se haya rebajado”, señaló Evelyn Farkas, del Centro Scowcroft para Estrategia y Seguridad, del think tank Atlantic Council.

Guerra relámpago

El experto ruso Arbátov explicó que la enumeración de armas efectuada por Putin constituye una “respuesta al nuevo programa nuclear” de Donald Trump. “Lo que Putin mostró son las nuevas elaboraciones técnicas, que tal vez cambien algo, pero no está claro por el momento cómo influirán en el equilibrio estratégico. Por lo que se ve, no cambiarán nada radicalmente, simplemente se añadirán a lo que ya existe”, afirmó este especialista, coincidiendo con la opinión de Barry Pavel, el director del Centro Scowcroft para Estrategia y Seguridad: “Todo esto hará parecer a Putin como un tipo con músculo nuclear, pero no cambia en esencia el esquema de la disuasión entre EE UU y Rusia”.

En su análisis, Arbátov destacó que en el conjunto enumerado por el presidente ruso hay un elemento “exótico” que constituye un “misterio”, en referencia a los misiles de crucero con una “instalación energética nuclear”. “No entiendo para qué se necesitan”, afirmó Arbátov. Rusia ya tiene los misiles balísticos Bulavá en submarinos y los complejos de misiles Tópol y Yars con base terrestre. “Estos misiles existen y son suficiente”, afirmó Arbátov. En cuanto al sistema de misiles intercontinentales Sarmat, su antecesor, el Voivoda, elaborado en época soviética, ya podía volar sobre el Polo Sur y el Polo Norte, y por lo tanto este hecho no supone “nada nuevo”, precisó el experto.

El desarrollo de sistemas con velocidad hipersónica es la respuesta rusa a los experimentos norteamericanos del Promt Global Strike (PGS, en sus siglas en inglés), diseñado para la guerra relámpago. En lo que se refiere al “supertorpedo”, el misil estratégico submarino que según Putin tiene una velocidad superior a los más veloces submarinos y buques, Arbátov dijo que, salvando las distancias, puede compararse a la bomba a la que el dirigente soviético Nikita Jruschov llamó kúskino mat. “Aquella bomba nunca se incorporó al potencial militar de la URSS porque no había avión que pudiera llevarla. Algo así puede suceder con los supertorpedos. ¿Para qué los queremos, si ya tenemos misiles balísticos?”, explicó.