Las reacciones de América Latina a la destitución de Rousseff en Brasil

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Foto: Getty Images

“Venezuela congela las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno surgido de este golpe parlamentario”.

Así anunció el presidente Nicolás Maduro nada más conocerse la destitución de su hasta entonces homóloga en Brasil, Dilma Rousseff.

llamó a consultas a su embajador en Brasil, como también lo hicieron otros representantes del conocido como “eje bolivariano”, Bolivia y Ecuador.

Todos ellos hablaron de “golpe de Estado”, mientras Argentina y Chile mostraron “respeto” hacia el proceso brasileño.

Por su parte, Brasil también llamó a consultas a los embajadores de Venezuela, Bolivia y Ecuador en el país.

“Artimañas antijurídicas”

“Las oligarquías políticas y empresariales, que en alianza con factores imperialesconsumaron el golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff, recurrieron a artimañas antijurídicas bajo el formato de crimen sin responsabilidad para acceder al poder por la única vía que les es posible: el fraude y la inmoralidad”, dijo la cancillería venezolana en un comunicado tras la destitución.

Y Maduro anunció el cese de relaciones entre ambos países, unos lazos comerciales y políticos que tanto él como su antecesor Hugo Chávez (1999-2013) forjaron primero con el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva y con después con la propia Rousseff.

Por su parte, tras formalizarse la destitución de ésta Ecuador ordenó el retiro a su encargado de negocios, el hasta ahora su máximo representante diplomático en Brasilia.

El presidente Rafael Correa, quien ahora tachó el proceso contra Rousseff como“una apología al abuso y la traición”, ya había llamado a consultas a su embajador después de que la ahora expresidenta fuera suspendida en mayo, y no lo sustituyó.

Y esa misma medida tomó este miércoles el presidente boliviano Evo Morales, tras condenar el “golpe parlamentario”, una terminología que ha empleado la propia Rousseff.

El gobierno de Nicaragua también lamentó la destitución de Rousseff por medio de un “golpe” y consideró que tras el impeachment “no hay buenos augurios para el pueblo brasileño”.

Y el país centroamericano se sumó a Venezuela, Ecuador y Bolivia en un reclamo que decidieron llevar también ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

“Respeto”

Mientras, Argentina y Chile mostraron su “respeto” al proceso brasileño e hicieron votos por el fortalecimiento de Mercosur.

“El gobierno de Chile, respetuoso de los asuntos internos de otros estados y en relación a la reciente decisión adoptada por el senado brasileño, reafirma su firme amistad entre ambos países y expresa la confianza en que Brasil resolverá sus propios desafíos a través de su institucionalidad democrática”, señaló el gobierno de Michelle Bachelet.

Y a un comunicado similar, el gobierno del argentino Mauricio Macri le añadió que reafirma su voluntad de “continuar por una real y efectiva integración en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional”.

Por su parte, y como ya ocurrió cuando la ahora exmandataria fue suspendida en mayo, el ministro de Relaciones Exteriores del nuevo gobierno de Brasil, José Serra, respondió con contundencia a los viejos aliados del gigante sudamericano.

“El gobierno venezolano no tiene ninguna moral para hablar de democracia, ya que ellos no adoptan un régimen democrático”, dijo Serra en declaraciones ahora incluidas en la página web de Presidencia.

“Un país que tiene prisioneros políticos no vive en una democracia”.

La misma noche del miércoles, el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño ya había emitido una nota de rechazo a la postura de Venezuela, al considerar que “revela un profundo desconocimiento de las leyes de Brasil y niega frontalmente los principios y objetivos de integración latinoamericana”.

Y el ministro Serra se dirigió luego no sólo a Maduro, sino también a Correa y a Morales.

“Hago un llamamiento para que los jefes de gobierno y Estado de esos países se apeguen más a la realidad, a aquellos que realmente está ocurriendo en Brasil. Un cambio previsto en la Constitución y en las leyes“.

Rousseff fue apartada del cargo después de que en la cámara alta brasileña 61 de los 81 senadores votaran a favor de poner fin a su mandato.

Michel Temer juramentó su cargo como nuevo presidente de Brasil, y lo hizo a escasa horas de viajar a China para la cumbre del G20, donde intentará “buscar recursos e inversores” para Brasil.

Aunque vistas las reacciones, su aceptación en la región se prevé complicada.