Luz en las sombras: Wikileaks vs. Stratfor – II Parte

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Llamada “la CIA en las sombras”, la reputación de Stratfor parecería haber quedado ligeramente puesta en duda. Los correos, que datan desde julio de 2004 a diciembre de 2011, muestran las ramificaciones del vasto y lucrativo mercado de la información en lugar de secretos de espionaje. Una primera revisión de esta gigantesca masa de documentos pone al descubierto que los “análisis e informes confidenciales” de Stratfor carecen de un carácter explosivo y/o especulativo. Reflejan en muchos casos la realidad geopolítica que se publican en sus contenidos a través de canales de información que la agencia mantiene con diversos medios en el mundo. Según el sitio Owni que publica en Francia, Stratfor clasifica sus informaciones de la A a la F, en función a su grado de exclusividad. Las “exclusivas” reciben A, mientras que las informaciones “accesibles desde diferentes fuentes” – dicho de otra manera, recopiladas de la prensa – merecen una F. Las D, E y F aparecen más frecuentemente que las A.

La sugestiva pasividad del FBI. Conforme señala el sitio norteamericano especializado en informaciones, The Corbett Report, estas informaciones deben ser manejadas con pinzas. La ausencia de datos sensibles en estos correos levanta una teoría cada vez más extendida entre la comunidad de hackers: El FBI habría observado, sin intervenir, la piratería de los correos de Stratfor, con la finalidad de pescar un botín mayor, a saber, Julian Assange.

Esta “falta” autorizada sería -según esta teoría – una etapa crucial dentro la vasta redada lanzada últimamente por el FBI sobre la nebulosa de Anonymous. Los investigadores arrestaron a Héctor Xavier Monsegur, alías Sebu, un new-yorquino de 28 años, vinculado con dos grupos cercanos a Anonymous, LulzSec e Internet Feds. Aplicando en la investigación métodos de alta tecnología, convirtieron a este joven en un soplón, a cambio de una reducción de pena. Las informaciones extraídas a Monsegur condujeron al arresto en Irlanda, Gran Bretaña y Chicago de 5 miembros de LulzSec y evitaron al menos 300 ataques informáticos contra sociedades privadas. El New York Times aclara, con fuente en un agente del FBI: “nosotros jamás habríamos dejado que este ataque se produzca con el único propósito de contar con pruebas suplementarias”. El FBI asegura que descubrieron la piratería de los correos de Stratfor recién el 6 de diciembre, bastante tarde para actuar. La privatización de la información autoriza a las agencias oficiales, como la CIA, a dejar realizar el “trabajo sucio”, a fin de evitar su responsabilidad y los riesgos de cualquier desliz. La otra enseñanza del affair Stratfor es la alianza inédita entre Anonymous, que obtiene ilegalmente sus informaciones, Wikileaks, que las publica, y la prensa internacional que les da contenido. Un tríptico que funciona como una máquina de blanqueo de información y que levanta algunas interrogantes acerca del futuro de esta triple alianza, así como sobre las fronteras escurridizas entre lo legal y lo ilegal.

Stratfor y Datos. Un aspecto no desprovisto de interés en estos documentos se refiere al seguimiento cercano de la situación política y social en Bolivia. Que se sepa la revelación de los correos de Wikileaks en 2011 develaron características hasta entonces inéditas sobre los procedimientos de esta red. Los correos desclasificados fueron a parar entonces a las redacciones de varios medios locales que las publicaron asegurándose que se había desatado una guerra. La información contenía correos electrónicos que apuntaban al presidente Morales y el deterioro de su salud. Todos señalaron entonces  los procedimientos ilegales que se seguían para obtener información. La red operaba en una especie de caverna de la edad ultra moderna donde se almacenaba la información. Nadie dudo del procedimiento y la publicó. La guerra por el control de la información introduce a la prensa a un mundo cada vez más complejo y globalizado. Depende de uno a qué lado jugar.