Merkel sale airosa de Convención de la CDU

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La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha utilizado ayer toda su habilidad política para que una convención de su partido, la Unión Cristiano-demócrata (CDU), cerrara filas y aprobara por unanimidad el contrato, que ella misma firmó el 27 de noviembre pasado, y que dará vida a un nuevo gobierno de gran coalición. En vísperas de la convención, el partido vivió una revuelta interna liderada por un grupo de jóvenes promesas y por el influyente sector empresarial, que criticaron el documento y acusaron a Merkel de alinearse con las tesis socialdemócratas.

La revuelta interna, que hacia predecir una convención tumultuosa y no exenta de riesgos para la canciller, acabó sin que la sangre llegara al rio Spree de Berlín y los rebeldes se dejaron encandilar por el poder de convencimiento de la líder del partido. Sin votos en contra y con solo dos abstenciones, la convención aprobó el documento de 185 páginas y que dará vida, por tercera vez en la historia de la República a un gobierno de gran coalición.

“Las negociaciones no fueron nada fáciles para nosotros”, dijo Merkel ante los 181 delegados que fueron invitados a ratificar el contrato. “Ganamos las elecciones el 22 de septiembre, pero ahora tenemos por delante la tarea de gobernar en gran coalición, lo que dependerá de su voto”, añadió.

Para aplacar la revuelta y buscar el esperado consenso, Merkel recordó a los delegados que la CDU había tenido éxito, a lo largo de dos meses de negociación, en impedir un nuevo aumento de los impuestos a los que más ganan, como exigía el SPD, y de imponer a su futuro socio de gobierno el compromiso de dejar de endeudarse en 2015.

Pero la canciller admitió que la rebaja en la edad de la jubilación y la creación de un salario mínimo, habían sido los dos temas más difíciles de aceptar por su partido. “Yo personalmente me mostré de acuerdo con esas medidas, porque después de la reunificación muchas personas perdieron sus trabajos”, señaló la canciller. “Yo creo que el compromiso que hemos encontrado es razonable”, insistió.

El discurso de Merkel tuvo la magia de aplacar la revuelta, pero aún no está claro si el poderoso sector empresarial del partido, liderado por Kurt Lauk y más de 50 jóvenes dirigentes de la CDU, que habían suscrito un manifiesto en contra del pacto, enterrarán los tambores de guerra.

“No podemos aprobar este contrato”, advirtió Lauk desde las páginas del periódico Bild am Sonntag, “porque representa un crimen que afecta a las futuras generaciones”. Para Lauk, el salario minino interprofesional de 8,50 euros por hora, solo aumentará el paro entre los jóvenes que carecen de una formación profesional. “Ese documento es ajeno al espíritu de la CDU”, dijo.

La insatisfacción también contaminó a un grupo de 54 jóvenes promesas de la CDU, que dieron a conocer un manifiesto donde critican el contenido del pacto de coalición, en especial, el acuerdo para rebajar la edad de la jubilación hasta los 63 años.

“Ese acuerdo pone en peligro los éxitos alcanzados en la política de jubilaciones alcanzados en los últimos 15 años”, señalan los jóvenes rebeldes en un manifiesto titulado “Tomemos hoy las decisiones correctas para 2017” y que fue firmado por miembros de la ejecutiva del partido, miembros del Bundestag y líderes regionales, todos menores de 45 años.

La ratificación del acuerdo suscrito el pasado 27 de noviembre por Angela Merkel, su aliado bávaro Horst Seehofer de la CSU y el líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, aún está condicionado a la consulta que el SPD está realizando entre los militantes de la agrupación – unos 470.000 personas- y cuyo resultado se conocerá el próximo sábado.

Aunque nadie duda que las bases socialdemócratas aprobaran el acuerdo, Gabriel tuvo que admitir el domingo una amarga derrota cuando un congreso de los JUSOS, (la juventud socialdemócrata) votó en contra del acuerdo. La nueva presidenta de los JUSOS, Johanna Uekermann dijo, para justificar el rechazo de la organización, que el pacto no incluía un proyecto concreto para combatir el paro juvenil en Europa y un aumento de impuestos para financiar una mejor educación.

La líder de 26 años, para hacer más patente el rechazo de las juventudes socialdemócratas al pacto, apostó por una alianza política entre su partido, los Verdes y la izquierda.

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