Morales lanza el sueño de una Bolivia con energía nuclear

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El anuncio de impulsar la alternativa atómica ante el declive del gas natural sorprende a los expertos, que lo ven en todo caso como una posibilidad a largo plazo

El anuncio de Evo Morales sobre una posible incursión de su país en la energía atómica y los planes de contar con plantas termonucleares ha sorprendido a propios y extraños. La afirmación parece, en principio, solo parte de los sueños del presidente, pero Morales afirma que el trabajo se estaría desarrollando, de manera reservada, con Argentina y Francia.

Morales ha subrayado la importancia de considerar alternativas energéticas en previsión de que el gas natural se agote en algunas décadas, a propósito del bajón en el nivel de reservas a causa de las mínimas exploraciones en los últimos años. De hecho, Bolivia desarrolla proyectos de energía hidroeléctrica, geotermal y eólica además de energía solar, que se van a incluir en un programa de acción de mediano y largo plazo.

“Hemos trabajado casi calladitos con Argentina y Francia”, ha asegurado el presidente. “No hay nada que ocultar”, pues el objetivo es “un poquito sentar bases de la energía nuclear atómica con fines pacíficos”. Aunque Bolivia es un país con vocación pacifista, como establece su Constitución Política, Morales no ignora que sus palabras pueden aumentar la suspicacia de los países que miran con recelo a “los rebeldes” de la región latinoamericana (Venezuela, Ecuador y Bolivia).

“Bolivia tiene todas las condiciones para explotar esa energía, hay materia prima, hay estudios y quiero que sepan que con nuestro hermano vicepresidente ya soñamos contar con energía nuclear atómica y no estamos tan lejos”, aseguró Morales.

Desde la década de los setenta se ha constatado la existencia de uranio en territorio boliviano y existen estudios y planes de desarrollo que se formularon en la ahora desaparecida Comisión Boliviana de Energía Nuclear.

Sin embargo, los sueños, sueños son. Y la realidad muestra que la ejecución del proyecto termonuclear será necesariamente a largo plazo. Y así, tras las palabras de Morales, el embajador de Francia, Michel Pinard, ha aclarado que aún no existen negociaciones sobre algún proyecto de energía nuclear.

“El término de negociaciones no es el adecuado. En realidad, sobre este tema nos limitamos a escuchar a la parte boliviana, que manifestó al más alto nivel su interés por la energía nuclear como una opción de desarrollo de la capacidad energética global del país”, ha explicado a la prensa local.

Es probable que el interés boliviano por desarrollar la energía atómica se plantee durante la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de Francia y Bolivia, Laurent Fabius y David Chiquehuanca, programada para el 13 y 14 de noviembre en París. Ambos tienen programada la revisión de la agenda bilateral, según ha informado el embajador Pinard a la agencia gubernamental de noticias.

“Desde hace muchos años hemos vendido centrales nucleares en el mundo, hemos ayudado a países a diseñar programas electronucleares específicos. Pero, por el momento, hay que comenzar primero a entender qué es lo que Bolivia está pensando, qué es lo que planea para su propio desarrollo y ver cómo eventualmente podemos acompañar”, ha expresado el embajador francés.

El ministro de Energía e Hidrocarburos, Juan José Sosa, ha anunciado que dos profesionales bolivianos se han trasladado a Argentina para realizar estudios de posgrado en medicina nuclear. El objetivo es el de contar con especialistas que contribuyan a reducir el cáncer de cuello uterino que causa la muerte de siete mujeres por día.

“Con el tema nuclear hemos empezado a dar los primeros pasos. Hemos empezado a mandar profesionales a Argentina” para especializarse en el uso medicinal, ha aclarado Sosa. El Instituto de Medicina Nuclear, fundado por el doctor Luis Barragán en los años sesenta en La Paz, es el mayor centro de tratamiento oncológico en Bolivia.

El presidente Morales ha ratificado su voluntad de hacer realidad el proyecto de energía nuclear pese a las críticas. “Algunos países son buenos para observar, criticar y prohibir, pero para ellos no está prohibido ni para fines de carácter bélico”. Y, categórico, ha afirmado “vamos a avanzar, no estamos lejos, tenemos materia prima; es decisión política que hay que tomar”.

En declaraciones a la cadena de radio Erbol, el director del Instituto Boliviano de Ciencia y Tecnología Nuclear (IBTEN), Luis Romero, considera que proyectos de esta índole son de larga maduración. “No es un tema de un lustro, de una década. Son tiempos más extensos” y calcula al menos unos treinta años para producir energía termonuclear.

Romero explica que, previamente, se necesita asegurar la formación de recursos humanos altamente capacitados en ingeniería nuclear, físicos, químicos, ingenieros eléctricos, electromecánicos, entre otras especialidades. No solamente se trata de instalar la infraestructura de la planta en áreas geológicamente estables, con suministro garantizado de agua.

Es primordial la existencia de políticas bien definidas en relación con el destino que se dará a los residuos radiactivos, que queda después de generar energía. La producción de energía eléctrica termonuclear implica “la generación de combustible agotado, que viene a transformarse en pasivo ambiental”, ha explicado Romero a Erbol. Y otro factor de importancia es cuantificar el universo de beneficiados con este tipo de energía para determinar la capacidad de la posible planta nuclear.