El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF-B) incluye al milmillonario en la investigación “Milicias Digitales”.
Elon Musk no es de aquellos que se queda quieto, cuando de atacar se trata encuentra balas y dispara. Este pasado fin de semana la crispación alcanzó niveles de adrenalina altísimos. Primero fue la declaración del presidente del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Roberto Barroso, en una conferencia en Harvard, Estados Unidos, el sábado 6, en la que dijo que las deepfake son una amenaza para la humanidad y la libertad de expresión. A esa declaración le siguió la de otro miembro de TSF, Alexandre de Moraes, muy allegado a Lula y uno de los promotores de la investigación del “golpe de Estado” del pasado 8 de enero en Brasil cuando turbas tomaron las instalaciones de los tres poderes del Estado en Brasilia. Moraes criticó las redes sociales, porque dijo no se pueden usar para lavar el cerebro. Musk se sintió aludido y salió al frente pidiendo la renuncia del magistrado y su juico político con el argumento de que ejercería una fuerte censura en las opiniones políticas adversarias a la actual administración.
La primera contraofensiva descargada sobre el empresario, de origen sudafricano y naturalizado estadounidense, vino del propio titular del STF. Barroso dijo que Brasil “trabó una lucha de vida y muerte por el estado democrático de derecho y contra el golpe de Estado”
La segunda reacción fuerte contra el milmillonario procedió del círculo más próximo al presidente Lula. Le tocó a Alexandre Padilha, ministro de Relaciones Institucionales, ir al frente al señalar que el de Musk es “un ataque inadmisible” y juzgó que el “hombre acumula millones de reales muchas veces a través de favorecer a regímenes antidemocráticos o haciendo campañas por el golpe”. Se refería, en este caso, al intento de desplazar a Lula da Silva de la presidencia de Brasil, cuando apenas había asumido, mediante la acción directa de los militares. En ese contexto defendió que las instituciones brasileñas y la propia sociedad “den una respuesta política e institucional a las agresiones de Musk”; es que, en su visión, y la del gobierno, el empresario “atacó nuestra soberanía y le vamos a responder con más soberanía”.
Musk investigado por ser parte de las “Milicias Dilitales”
Luego de criticar y desafiar al Supremo Tribunal Federal (STF) y al ministro Alexandre de Moraes, el multimillonario pasó a formar parte en la investigación “Milicias Digitales”, sobre la existencia de redes que difunden noticias falsas y discursos de odio en las redes. Los expertos evalúan que, en este caso, incluso es posible que el propietario de X (antes Twitter) enfrente un proceso penal en Brasil.
Según la ley brasileña, las personas jurídicas no responden a los procesos penales (excepto los ambientales) y los delitos siempre son cometidos por individuos; por lo tanto, es el empresario y no X quien fue incluido en la investigación por los delitos de organización criminal, instigación al delito y obstrucción de la justicia.
Si Musk se enfrentara a un proceso penal y fuera declarado culpable, la sentencia por los delitos tendría que ser de más de ocho años para terminar en prisión, lo cual no es el caso. “Los delitos vinculados a la difusión de noticias falsas no tienen penas elevadas. Es poco probable que tengamos un castigo que pueda derivar en un régimen cerrado”, afirman juristas. La difusión de noticias falsas, en sí misma, no es un delito en Brasil. Por eso, las investigaciones se centran en delitos similares, como los que Moraes destacó en la decisión de este domingo.