No ha conducido a nada: Argentina abandona el Grupo de Lima

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Foto: AFP

Para el presidente de Argentina, Alberto Fernández, las acciones del Grupo de Lima han provocado un aislamiento del Gobierno de Venezuela y de sus representantes a nivel internacional que no ha servido de nada, razón por la cual el mandatario tomó la decisión de retirar a su país del conglomerado de 14 países americanos.

“La mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero sí a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional”, dice un comunicado de la Cancillería de Argentina, publicado este miércoles 24 de marzo.

“Las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables”, afirma la Cancillería.

A raíz de la crisis económica, política y social en Venezuela, que se acentuó en 2019 después de que el líder de la oposición Juan Guaidó se declarara presidente interino con el respaldo de algunos artículos de la Constitución venezolana, se creó en 2017 el Grupo de Lima con el fin de ayudar al país a buscar una “salida democrática”.

El conglomerado fue integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía. También avalan al grupo Barbados, Estados Unidos, Granada, y Jamaica.

El Gobierno de Alberto Fernández critica “la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima”, con relación al reconocimiento que el Grupo hizo al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, que hace parte del conglomerado. Esto ha hecho que se adopten posiciones que Fernández “no ha podido ni puede acompañar”.

Según el comunicado de la Cancillería, “las sanciones” impuestas a Venezuela “han afectado el goce de los derechos humanos de la población venezolana, de acuerdo con lo que se constata en el informe de la Relatora Especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos”.

Pero las denuncias que se han hecho a nivel internacional sobre la situación en Venezuela no paran. En varias ocasiones, la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha documentado casos de represión de protestas pacíficas, bajos salarios, deficiencia en los servicios públicos, escasez de gasolina, aumento de casos de torturas, desapariciones forzosas, acoso, intimidación a periodistas y miembros de la oposición, etc.

De hecho, la oposición venezolana -que considera ilegítimas las últimas elecciones presidenciales que le dieron de nuevo la victoria a Nicolás Maduro-, dice que el país atraviesa una “emergencia humanitaria compleja” al punto de pedir ayuda a la comunidad internacional.

A pesar de su retirada del Grupo de Lima, Argentina continúa participando en el Grupo Internacional de Contacto (GIC), integrado por países latinoamericanos y europeos. En la reunión del pasado 2 de febrero, el canciller argentino, Felipe Solá, reiteró que “la solución para Venezuela es de los venezolanos”.

 

 

Con EFE y medios locales