Por qué Irán suspende la cooperación con el OIEA

Descifrando la Guerra
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Foto: EFE

Tras la guerra contra Israel y Estados Unidos, el parlamento iraní aprobó una nueva ley para suspender toda cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en el marco del programa nuclear iraní:

“El gobierno tiene el mandato de suspender inmediatamente toda cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica en virtud del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y su correspondiente Acuerdo de Salvaguardias. Esta suspensión permanecerá en vigor hasta que se cumplan ciertas condiciones, incluida la garantía de seguridad de las instalaciones nucleares y los científicos”.

La razón de esta decisión se basa en la violación del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) por parte de Estados Unidos, firmante como Estado poseedor de armas nucleares. En concreto, Teherán señala el incumplimiento de los artículos III y IV, que reconocen el derecho de los Estados parte a desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos y establecen el régimen de salvaguardas correspondiente.

Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, ha afirmado que el país sigue comprometido con el TNP y su acuerdo de salvaguardias, subrayando que, a partir de ahora, la cooperación con el OIEA se canalizará a través del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán por razones de seguridad y protección.

Según la resolución del parlamento, los inspectores del OIEA no podrán visitar las instalaciones nucleares sin la aprobación de dicho órgano. Mohsen Rezaei, miembro de la Asamblea de Discernimiento de Conveniencia del Sistema, declaró que la instalación de cámaras de vigilancia, la autorización de inspecciones y la presentación de informes a la organización internacional quedarán suspendidas mientras no se garantice la seguridad.

Los lazos entre el OIEA y Occidente

El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, dio su aprobación final a la ley que suspende la cooperación con el OIEA. La decisión se produce en medio de acusaciones contra el organismo por presuntamente filtrar a Israel la información recopilada en las instalaciones nucleares iraníes. Además, las autoridades de la República Islámica han asegurado que Rafael Grossi, su director, aspira a convertiste en el próximo secretario general de las Naciones Unidas, por lo que estaría sacrificando la integridad del OIEA al adoptar una retórica prooccidental con fines personales.

Cabe recordar que el OIEA ha utilizado un software de inteligencia artificial desarrollado por el gurú tecnológico de Silicon Valley, Peter Thiel, para mantener el régimen de verificación sobre el programa nuclear iraní.

El motor de big data de Thiel, Palantir Technologies Inc, parece estar en el centro de este sistema. Los informes indican que una versión del software, denominada Mosaic y adaptada específicamente para el organismo, ha servido de base para diseñar y ejecutar inspecciones no planificadas en instalaciones vinculadas al programa nuclear iraní.

El uso de Palantir por parte del OIEA plantea el peligro de que haya funcionado como un caballo de Troya para la recopilación de inteligencia por parte de los rivales de Irán, especialmente Estados Unidos e Israel. Palantir ha sido central en dar apoyo a las agencias de inteligencia estadounidenses y también mantiene vínculos cercanos a Tel Aviv, prestando sus servicios para la recopilación y clasificación de datos en el genocidio de la Franja de Gaza.

Según Rafael Grossi, la decisión de Teherán añade una gran incertidumbre al programa nuclear iraní, especialmente en lo que respecta al destino de 400 kilogramos de uranio enriquecido al 60%. El director advirtió de que la República Islámica podría tener “en cuestión de meses… unas pocas cascadas de centrifugadoras girando y produciendo uranio enriquecido”.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Saar, ha respondido diciendo que “Irán acaba de emitir un anuncio escandaloso sobre la suspensión de su cooperación con la agencia nuclear. Se trata de una renuncia completa a todas sus obligaciones y compromisos nucleares internacionales”. Una declaración llamativa viniendo de un país que se niega a cooperar de forma alguna con el OIEA, rechaza sus inspecciones y mantiene un programa nuclear de armas secreto.

Saar instó a las naciones europeas que forman parte del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) de 2015 a aplicar la cláusula snapback, que reimpondría todas las sanciones de la ONU previamente suspendidas por el acuerdo con las potencias mundiales. Este mecanismo establece que, si una de sus partes considera que la República Islámica incumple sus compromisos, puede activarlo de forma unilateral. La decisión de Irán de suspender la cooperación con el OIEA podría servir como justificación.

Cambio en el discurso nuclear en Irán

La medida adoptada por Irán no implica necesariamente que vaya a desarrollar la bomba nuclear. El hecho de que se mantenga dentro del NPT y no haya revocado la fatwa emitida por el Líder Supremo en 2003 indican que, por ahora, sigue optando por la negociación.

No obstante, sí que podemos ver una metamorfosis en el discurso sobre la cuestión nuclear, un cambio significativo que apunta a una nueva tendencia, tanto entre los líderes iraníes como en la sociedad. Durante mucho tiempo, el tema nuclear se había enmarcado en términos de avances científicos con fines pacíficos y derechos soberanos. Ahora, se está articulando una nueva narrativa que cada vez hace más énfasis en la disuasión, las represalias y la profundidad estratégica.

La guerra y sus secuelas han catalizado claramente un cambio en la retórica y la política iraníes sobre la cuestión nuclear, empujando a la República Islámica hacia una postura más abiertamente asertiva y seguritizada. En todo el espectro de opiniones, los funcionarios están presentando el programa no sólo como un símbolo de soberanía, sino como un pilar de la defensa nacional. Incluso entre los reformistas, históricamente inclinados hacía la negociación con Occidente, está tomando fuerza esta mentalidad.

El embajador iraní ante las Naciones Unidas, Saeed Iravani, encarnó esta nueva asertividad cuando declaró que Teherán “no aceptaría ninguna limitación a sus actividades con misiles”, afirmando explícitamente que Irán continuaría enriqueciendo uranio en su propio suelo y no negociaría la eliminación de sus capacidades autóctonas de ciclo de combustible.

El programa nuclear ya no se presenta como una moneda de cambio para obtener un alivio de las sanciones, sino como un componente integral de la defensa nacional, que ha sobrevivido a la guerra y ahora debe protegerse frente a futuras amenazas.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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