¿Qué hará la oposición para enfrentar a Maduro en su nuevo mandato tras la alta abstención?

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Foto: Getty Images

La oposición en Venezuela recibió el domingo electoral dos noticias buenas y una mala.

Las buenas: hubo una amplia abstención, como pedía la mayoría; y Henri Falcón, el candidato que había ido por libre, terminó coincidiendo con los otros en que el proceso era fraudulento.

La mala: Nicolás Maduro sigue siendo presidente.

Maduro afronta un segundo mandato de seis años en medio de la peor crisis económica de la historia reciente de su país y con el desconocimiento de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y 14 países de América Latina, que le reclaman medidas democráticas y elecciones libres.

Uno de los líderes opositores, Julio Borges, aseguró el domingo que Maduro está más debilitado tras la elección, pese al triunfo.

“A los venezolanos les imploro que no caigan en la desmoralización, hoy Maduro es más débil que nunca antes. Estamos en la fase final de un ciclo trágico para nuestro país”, animó Borges a una oposición que luce desencantada.

La abstención del 54% del domingo fue celebrada como una “desobediencia masiva”.

La hiperinflación y la presión de una parte de la comunidad internacional aparecen ahora como las mayores amenazas a la estabilidad de Maduro.

Pero, desde el interior del país, ¿qué hará la oposición ahora?

¿Unidad?

Sin una voz única, y pese a no creer en el proceso, el domingo unos acudieron a votar mientras otros se quedaron en casa. Y ambos se perjudicaron mutuamente.

Tras la dispersión de los últimos meses, la oposición puede al menos ver en el horizonte algo de unidad.

La abstención de una parte, que supuso la participación más baja en unas presidenciales en los últimos 20 años, y el desconocimiento del resultado por parte de Falcón los pone de momento a todos en el mismo lado.

¿Cómo articular eso?

“Falcón se pliega a la otra oposición”, afirma a BBC Mundo el analista y encuestador Luis Vicente León.

“La decisión de Henri Falcón de no reconocer (los resultados) reunifica a la oposición en el objetivo de la legitimidad de origen del presidente Maduro y de la elección como elección no democrática”, agrega.

Sin embargo, hay peros.

“Todos se unen en no reconocer al presidente, pero el presidente es Maduro”, afirma el analista León sobre una realidad que la oposición deberá asumir si quiere tener oportunidad de buscar un cambio en algún momento.

La nueva coincidencia no quiere decir que la unión vaya a ser sencilla. Ahora, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición tradicional de oposición los últimos años, pasó a ser el Frente Amplio Venezuela Libre, que incluye a la MUD pero en el que hay también otros sectores de la sociedad civil y chavistas descontentos.

“Al reconocer que no hubo elección el 20 de mayo seguimos luchando por unas elecciones transparentes para que se celebren en el último trimestre de este año“, dijo este lunes Omar Barboza, vocero de la coalición opositora.

No presentó, sin embargo, una estrategia para alcanzar ese objetivo.

La unión de diversos grupos pone de manifiesto la necesidad -y la dificultad- de elegir una voz, un líder, mal del que han adolecido tradicionalmente los adversarios del chavismo.

El carismático Leopoldo López cumple condena en arresto domiciliario y no puede hablar en público, mientras que Henrique Capriles, que fue doble candidato presidencial y arrastra muchos simpatizantes, ha guardado silencio en los últimos meses. Estos últimos días reclamó unidad a través de las redes sociales.

“El país está agotado y la política no le está dando respuestas a las demandas más urgentes del pueblo”, expresó Capriles en una carta publicada este lunes en Facebook.

Y alertó de que se puede crear un “peligroso caldo de cultivo para la antipolítica”.

Hay un vacío ahora sobre el liderazgo opositor que podría tratar de llenar Falcón, quien al presentarse a la elección del domingo puede decir que cuenta con el respaldo de casi dos millones de votos.

“Van a desaparecer, ellos mismos se están anulando”, me dijo Falcón antes de las elecciones sobre los partidos y líderes tradicionales que llamaron a la abstención.

“Van a surgir nuevos referentes y no sólo van a ser líderes, sino nuevos partidos”, dijo.

“¿Y ahí va a estar usted?”, le pregunté. “Pero sin duda alguna”, afirmó convencido.

Pueden aparecer también caras más nuevas como las de los diputados Delsa Solórzano y Miguel Pizarro, con mayor capacidad de refrescar la imagen de una oposición que durante los 20 años de chavismo casi nunca supo cómo batir a su oponente.

Nuevas elecciones

Los portavoces hablaron este lunes de que el gobierno no es legítimo, pero la estrategia de cómo sacar partido de eso con ayuda de la comunidad internacional sigue sin estar clara.

“Ahora deben diseñar cómo enfrentar eso. Las dos oposiciones piden ahora elecciones con condiciones competitivas. Piden lo mismo, pero el gobierno en el poder no se lo va a dar”, dice León, crítico con el gobierno.

“Entonces todo termina en lo mismo. Las circunstancias del país no han cambiado”, cierra.

Las sanciones de países extranjeros podrían generar una oportunidad para que el gobierno busque algún tipo de acuerdo, como ya sugirió Maduro, quien podría necesitarlo para lograr gobernabilidad frente a la crisis y el aislamiento financiero.

Desde la oposición, este lunes electoral se llamó a la unidad y se pidió una “estrategia de lucha” común, pero no se anunciaron aún acciones ni pasos.

“Ya no basta con comportarnos como una coalición de visiones políticas”, expresó Capriles, que pidió un “plan de gobernabilidad”.

Mientras tanto, Maduro, ya sin elecciones en el horizonte, puede centrar su pelea en la economía y en los efectos financieros del desconocimiento de parte de la comunidad internacional.