Qué significa el acuerdo que firmaron EEUU y Guatemala en materia de asilo

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Foto: Luis Antonio Rojas / The New York Times

El presidente Donald Trump ha convertido a la migración en el tema central de la relación entre Estados Unidos y los gobiernos de Centroamérica y México.

Trump ha presionado a los gobernantes de la región para que reduzcan la cantidad de migrantes que se dirigen al norte y cruzan la frontera suroeste de Estados Unidos, incluso ha llegado a congelar cientos de millones de dólares en asistencia para el desarrollo de Centroamérica.

Una de sus metas ha sido que esos países protejan a más solicitantes de asilo. El viernes, Trump anunció de manera sorpresiva que Estados Unidos había firmado un acuerdo con Guatemala que exigiría a los solicitantes de asilo que viajen por ese país que primero soliciten refugio ahí.

El acuerdo representa un cambio importante para la política estadounidense y sería extraordinariamente inusual en cuanto a las normas internacionales. No se han divulgado muchos detalles y los críticos, tanto en Estados Unidos como en Guatemala, han amenazado con acudir a los tribunales para tratar de revertirlo.

No obstante, de implementarse de manera exitosa, sería una medida que podría tener profundos efectos en los flujos migratorios del hemisferio.

Esto es lo que sabemos sobre el acuerdo.

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¿Cómo funcionará?

Todos los meses, decenas de miles de migrantes -de América Latina y de todo el mundo- salen de Centroámerica rumbo al norte con la esperanza de cruzar hacia Estados Unidos. Un número cada vez mayor de personas ha buscado protección en Estados Unidos, lo que ha saturado su sistema de asilo y enfurecido a Trump, quien trata de limitar las posibilidades de los migrantes de lograr un estatus de protección en ese país norteamericano.

La táctica más reciente del gobierno estadounidense es el acuerdo con Guatemala.

Conocido como el “acuerdo de tercer país seguro”, este convenio impediría que los solicitantes de asilo fueran candidatos a recibir la protección estadounidense si pasaron por Guatemala y no solicitaron primero asilo en ese país. Conforme al acuerdo, se permitiría a las autoridades estadounidenses regresar a esos migrantes a Guatemala para aliviar la presión del sistema migratorio estadounidense.

La medida evitaría en gran medida que gente proveniente de Honduras y El Salvador, dos de las principales fuentes de migrantes en este momento, solicitara asilo en Estados Unidos. Además, bloquearía a una gran cantidad de solicitantes de otras partes de América Latina y del mundo que viajan por tierra a Estados Unidos a través de Guatemala. Sin embargo, los solicitantes guatemaltecos y mexicanos no se verían afectados.

¿Esto se ha hecho antes?

Los acuerdos de tercer país seguro son poco frecuentes. Estados Unidos firmó un tratado de ese tipo con Canadá en 2002. La Unión Europea firmó una medida similar con Turquía que permite regresar a ese país a los solicitantes de asilo que llegan a la frontera griega.

No obstante, según los expertos, parece que nunca se había firmado un tratado como este con un país que esté tan mal equipado como Guatemala para lidiar con solicitantes de asilo y mantenerlos seguros. Aunque las tasas de homicidio han caído marcadamente en la última década, ese país sigue siendo uno de los más peligrosos del mundo. La delincuencia, la impunidad y la corrupción abundan, y los críticos argumentan que la nación centroamericana no puede satisfacer los requisitos de seguridad que exige el tratado.

El mismo Departamento de Estado ha emitido alertas sobre la violencia rampante y el frágil sistema de justicia de ese país.

“Los delitos violentos, como el robo a mano armada y los homicidios, son habituales”, advierte el Departamento de Estado en sus advertencias sobre viajes a Guatemala. “Las actividades de las pandillas, como la extorsión, los delitos violentos en las calles, el tráfico de drogas, son un problema generalizado. Es probable que la policía local no cuente con los recursos necesarios para responder de manera eficiente a incidentes delictivos graves”.

¿Podrá implementarse?

Los funcionarios del gobierno de Trump han dicho que el acuerdo entrará en vigor en las próximas semanas. Sin embargo, hay varios obstáculos importantes en el camino.

Los detractores, tanto en Estados Unidos como en Guatemala, seguramente presentarán impugnaciones jurídicas que podrían retrasar, modificar o acabar con el trato.

La oposición al acuerdo es generalizada en Guatemala, donde la Corte de Constitucionalidad decidió recientemente que el gobierno guatemalteco necesitaba la aprobación del Congreso para firmar un acuerdo de tercer país seguro con Estados Unidos. Esta decisión, que se produjo en medio de las negociaciones entre el gobierno de Trump y el del presidente guatemalteco Jimmy Morales, hizo que Trump amenazara a la nación centroamericana con aranceles punitivos, prohibiciones de viaje e impuestos a las remesas que envían a casa los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos.

El viernes, dio la impresión de que Morales trataba de eludir la decisión de la corte evitando el uso del término “tercer país seguro” en la declaración para anunciar el acuerdo. No obstante, el gobierno de Trump sí usó el término, lo que probablemente impulse impugnaciones jurídicas en Guatemala.

Además, hay varios pasos que el gobierno estadounidense debe tomar antes de que pueda implementarse, según dijeron funcionarios estadounidenses durante el fin de semana.

El Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional estadounidenses tendrían que certificar que Guatemala tiene un sistema de asilo “completo y justo”, y que puede proteger a los solicitantes de asilo de otros países si Estados Unidos los envía a esa nación.

¿El acuerdo funcionará?

Para responder esta pregunta, veamos algunas cifras. El año pasado, alrededor de 62.000 personas tan solo de El Salvador y Honduras solicitaron asilo en Estados Unidos, según las Naciones Unidas. La mayoría de ellas ingresaron al país por la frontera suroeste. En contraste, solo 257 personas buscaron asilo en Guatemala.

El Instituto de Políticas Migratorias en Washington dijo que el sistema de asilo guatemalteco estaba en un estado “embrionario”.

Si el acuerdo se mantiene, el posible aumento repentino en las solicitudes obligaría a Guatemala a establecer un buen sistema de asilo en muy poco tiempo.

Más allá de las particularidades del caso de Guatemala, los acuerdos de tercer país seguro han tenido distintos grados de éxito y “por lo general han demostrado ser difíciles de aplicar por diversas razones prácticas y jurídicas”, según un comentario del Instituto de Políticas Migratorias. Dichos desafíos han incluido comprobar que el solicitante de asilo transitó por el país seguro en primera instancia.

En los tres años posteriores a la firma en 2016 del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, de las 145.600 personas que llegaron a Grecia, alrededor de 2400 fueron regresadas a Turquía, afirmó el instituto.

Sin embargo, una interrogante de mayor importancia sobre el nuevo acuerdo entre Estados Unidos y Guatemala es si las autoridades guatemaltecas podrán cumplir la promesa de mantener seguros a los solicitantes de asilo. Y muy pocos creen que así será.