Refugiados del siglo XXI: impunidad imperial

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Qué pasaría si Serbia y Croacia estallan en llamas por la crisis de refugiados que invade Europa por la costa Adriática, las playas del mar que alguna vez acogieron en su territorio a las migraciones albanesas que hoy se han apoderado de su territorio en Kosovo, donde se levantó no hace mucho  la esfinge  de un señor llamado Bill Clinton.

Europa no estallaría en llamas pero sería la brutal respuesta de los Estados Unidos que han provocado una nueva catástrofe esta vez, cuando no, migratoria para advertir al mundo que quien domina el planeta en la política transversal de sus despiadados intereses son ellos y no otros. No pasaría nada en el sentido opuesto.  Aylan fue encontrado en las playas del mar Egeo en Grecia arrastrado por la corriente turbulentas de las olas alcanzado por un misil que no ha sido lanzado por la banda de Osama bin Laden sino por el mismo imperio que quiere lejos de su holgada visibilidad una crisis humanitarias de proporciones magnéticas que hace estremecer al mundo entero.

En torno a la fotografía del pequeño Aylan se generaron dos debates aún en desarrollo: uno, mayor, acerca del qué hacer para mitigar el horror padecido por las víctimas de esa absurda guerra interior que destroza Siria por la brutalidad de su Gobierno y del islamismo extremo y genocida, que ha sido provocado por los mismos gobiernos que promueven las políticas de campaña mediática para que no se dude quien es el bueno y quien el malo en estas escenas desconcertantes que vivimos en este despiadado mundo moderno. El otro, en torno a la fotografía misma, a su publicación en casi todos los medios masivos y su réplica en incontables portales de noticias, canales  de televisión y redes sociales.

Es posible que entre serbios y croatas nuevamente se salden cuentas porque el bruñir de las masas uniformes desalientan la penetración viva de cientos de miles de refugiados que hacen fila en medio de una tensión nerviosa liquida ineludible. Entretanto, sigamos promoviendo un gran concierto de rock o el Súper Ball eléctrico para compensar los desequilibrios provocados por una despiadada política de tergiversación; para que ellos se entiendan y para que nadie entienda la verdadera causa de esta crisis de magnitud planetaria.

Aclaración previa: un distinguido fotógrafo está convencido de que documentos fotográficos como la serie de imágenes de Aylan deben ser publicados. Es tan fuerte su valor conceptual que no necesitan siquiera aclaraciones: con esas tomas, la tragedia que viven los obligados emigrantes de la región (y, en general, el drama de todos los emigrantes expulsados por la guerra, el hambre, la intolerancia) obtuvo rápidamente el reconocimiento de millones de personas que ignoraban o querían ignorar esa realidad; y los gobernantes de países que podrían paliar sus situaciones, ofrecerles cobijo, aceptarlos como miembros plenos de la especie humana, tuvieron que abandonar su mirada evasiva y hacerse cargo -al menos en las palabras aunque en pocos hechos- del problema. La pregunta es por qué tendrían que hacerlo sin antes cosifica los mecanismos de adopción de una crisis envuelta al mundo en papel de regalo sintiendo menosprecio por la dignidad y la vida humana.

Por cierto, una fotografía oportuna y simbólica tiene el poder de conmover, y es por eso que debe ser publicada siempre que no afecte la intimidad de su protagonista. No es igual este caso al de la imagen impúdicamente exhibida de una modelo anoréxica, un hombre moribundo en su lecho, un famoso estragado por la enfermedad. La foto de Aylan muestra un momento histórico y lo hace de manera tan dramática como las de la niña desnuda corriendo en un polvoriento sendero de Vietnam, el joven parado frente a los tanques en Tiananmen, las humeantes Torres Gemelas de Nueva York, los republicanos amontonados en la frontera con Francia en su huida de la ferocidad franquista, el miliciano baleado en la Guerra Civil Española y tantas otras.

Los puntos calientes de la crisis

El incremento de solicitantes de asilo sigue generando desacuerdos entre los miembros de la UE que, como bloque continental, se esfuerza por llegar a una solución integral del problema. Algunos países, entre ellos Alemania y Francia, han anunciado que van a aceptar un mayor número de solicitantes de asilo, a la vez que empujan al resto de la Unión Europea a aceptar cuotas de refugiados obligatorias. Sin embargo, otros Estados miembros creen que estas medidas darán lugar a flujos migratorios mayores ​​y añadirán presión a las fronteras externas del bloque, haciendo que los países de punto de entrada, como Grecia y Hungría, se sientan abrumados por el número creciente de migrantes en busca de asilo en Europa.

Eso hace que los efectos de la migración se distribuyan de forma desigual en Europa. Mientras países como Alemania están recibiendo gran número de solicitudes de asilo en términos absolutos, otros como Hungría enfrentan altas tasas de inmigración en comparación con su población. Aunque muchos de los solicitantes de asilo huyen de la guerra, lo que explica que gran número provengan de países como Siria e Irak, también hay muchos candidatos de los Estados de los Balcanes Occidentales, como Kosovo y Albania. En las próximas semanas, la UE hará más dificultoso recibir el estatuto de refugiado para migrantes del último grupo de países.

El aumento de la migración también pone en duda la sostenibilidad del Acuerdo de Schengen, que eliminó los controles fronterizos entre los estados miembros. En las últimas semanas, varios miembros de la UE han restablecido temporalmente sus controles fronterizos en un esfuerzo para contener la afluencia de solicitantes de asilo. La mayor parte de estos países se encuentran en la llamada ruta de los Balcanes, que lleva a los inmigrantes a entrar a la Unión Europea por Grecia y a través de Macedonia, Serbia y Hungría llegar a Austria y Alemania.

La decisión húngara de cerrar su frontera con Serbia, probablemente desencadene cambios en la ruta de los Balcanes y los migrantes traten de entrar en la UE a través de Rumanía y Croacia, lo que añadirá presión sobre dos países que hasta ahora sólo han enfrentado modestas repercusiones de la crisis. También es probable que Serbia, Macedonia y otros países situados en la ruta incrementen sus propios controles fronterizos. Si lo hacen, Grecia acabará sintiendo el impacto porque los inmigrantes que llegan a Europa a través de Grecia tendrán más dificultades para salir del país. Esto podría, a su vez, cambiar las rutas de migración hacia Italia.

Mientras tanto, el aumento de la inmigración ha generado tensiones entre Italia y Francia, así como entre Francia y el Reino Unido. En junio, por ejemplo, la policía francesa cerró temporalmente la frontera cerca de la ciudad italiana de Ventimiglia para evitar los cruces de los solicitantes de asilo. París y Londres también han tenido dificultades para llegar a una respuesta conjunta al creciente número de migrantes que intentan llegar a Gran Bretaña a través del puerto francés de Calais.

Si bien el aumento de la inmigración podría mitigar en algo los efectos del envejecimiento y la disminución de la población de Europa, generará conflictos en los países receptores. En Alemania, por ejemplo, la afluencia de solicitantes de asilo ha conducido a un aumento de los ataques a viviendas de refugiados. Mientras tanto, en Suecia – un destino favorito para los solicitantes de asilo – la popularidad del Partido Demócrata Sueco, contrario a la inmigración, ha ido en aumento en los sondeos de opinión. Aunque la mayoría de los partidos nacionalistas europeos se han mantenido un tanto silenciosos las últimas semanas, la combinación de un aumento en la llegada de extranjeros y una frágil recuperación económica en muchos Estados miembros de la UE ha creado un ambiente fértil para el crecimiento de los grupos anti-inmigración.

El pasado mes, la Comisión Europea presentó una lista de propuestas para abordar la cuestión, incluida la introducción de un sistema automático de distribución de migrantes en tiempos de crisis y el establecimiento de una lista de países “seguros”, cuyos nacionales no calificarían, en general, para asilo, así como la creación de nuevos centros de asilo en los estados de entrada o enlace, como Grecia e Italia. Sin embargo, Bruselas tendrá que luchar para poner en práctica amplias reformas de sus políticas de asilo ya que los Estados miembros aún tienen muy diferentes normativas en lo que respecta al asilo.

El 15 de septiembre el gobierno alemán amenazó con cortar los fondos de la UE para los países que se nieguen a participar en el traslado de los inmigrantes. Esta amenaza probablemente no se materialice porque Alemania no controla la asignación de fondos de la UE. En los próximos días, sin embargo, Berlín probablemente aumentará la presión política a países como Polonia y Rumanía para acoger un mayor número de refugiados. Sin embargo, la situación seguirá siendo problemática porque no hay manera de forzar a los miembros de la UE a aceptar extranjeros en su territorio. Inclusive la introducción de sanciones financieras (en forma de multas para los países no participantes) sólo exacerbará la fragmentación política dentro de la Unión Europea, que de momento se orienta en la dirección de restablecer en sus fronteras controles casi permanentes en reacción al potencial aumento de solicitantes de asilo.

Mientras todos presenciamos estos ruidosos y casi arcaicos argumentos el promotor de la guerra en el Oriente Medio se retira minimizando la crisis que por ahora mantiene sus fronteras calientes con el narcotráfico que proviene de México y la impenetrable red de violencia enquistada en otro punto caliente del mapa terráqueo.

El poder de la imagen en este mundo líquido es enorme. La toma sobre Aylan lo demuestra. El asunto es si servirá para cambiar el fondo de las cosas.