Para esos dos países escandinavos, que dicen temer un ataque de Rusia si deciden integrar la OTAN, la firma de un acuerdo formal de defensa con el Reino Unido sirve para enviar una clara señal a Moscú. Al mismo tiempo, llega en el momento adecuado para Londres, que, en el contexto del Brexit, quiere reforzar su papel en la defensa europea.
El Reino Unido se ha comprometido oficialmente a defender a Suecia y Finlandia en caso de agresión militar.
El miércoles 11 de mayo, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, se reunió sucesivamente con la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y con el presidente finlandés, Sauli Niinisto, para firmar pactos de defensa y de seguridad.
Mientras Suecia y Finlandia se plantean dejar de lado su estatus de neutralidad y formalizar su solicitud de ingreso en la OTAN en los próximos días, Boris Johnson viajó a Estocolmo y Helsinki para asegurarles su protección militar.
El jefe del Gobierno británico afirmó en un comunicado que estos acuerdos servirán para reforzar “las defensas del norte de Europa ante nuevas amenazas”.
“No se trata de un acuerdo a corto plazo, sino de un compromiso a largo plazo para reforzar los lazos militares y la estabilidad mundial, y para fortificar las defensas de Europa para las generaciones a venir”, añadió.
Periodo de “riesgo” para los dos países escandinavos antes de un posible ingreso en la OTAN
El cambio de postura de Suecia y Finlandia y su voluntad de ingresar en la OTAN se produce tras la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero. Pero preocupados por las reacciones de Moscú, ambos países acogieron la iniciativa británica como una garantía de seguridad.
Y es que antes de que esos dos países nórdicos -ambos pertenecientes a la Unión Europea- puedan formar parte de la Alianza Atlántica, habrá un periodo intermedio entre el momento en que se presente la solicitud y el momento en que los parlamentos de los 30 miembros de la OTAN la ratifiquen.
Ambas naciones dicen que podrían encontrarse en una posición difícil frente a Rusia durante este periodo intermedio, que podría durar hasta un año.
Rusia ya ha dejado claro que no se quedará de brazos cruzados y es en este contexto en el que Suecia y Finlandia han pedido garantías de seguridad (Finlandia comparte una frontera de 1.340 km con Rusia).
Varios Estados miembros de la OTAN, como Estados Unidos y Alemania, pero también los demás países escandinavos, ya han indicado que apoyarán a estas dos naciones durante su proceso de adhesión. Sin embargo, este pacto firmado con el Reino Unido es excepcional.
La primera ministra sueca dijo que “Putin pensaba causar división, pero consiguió lo contrario”. “Hoy estamos aquí más unidos que nunca”, añadió.
Un reforzamiento del papel militar del Reino Unido en Europa
El primer ministro británico también propuso aumentar el despliegue de tropas y medios militares británicos en la región.
El Reino Unido ya está presente en las zonas del Mar Báltico a través de la Fuerza Expedicionaria Conjunta (JEF), formada (además del Reino Unido) por 10 naciones del norte de Europa: Dinamarca, Estonia, Islandia, Letonia, Lituania, Países Bajos y Noruega.
En 2017, Suecia y Finlandia se unieron a esta fuerza militar, que está diseñada para ser más flexible y receptiva que la Alianza Atlántica. Utiliza las normas y la doctrina de la OTAN, por lo que puede operar conjuntamente con esta organización, con las fuerzas de la ONU u otras coaliciones militares multinacionales.
Desde 2014, La Fuerza Expedicionaria Conjunta lleva realizando importantes ejercicios militares conjuntos y cooperando en la lucha contra los ataques cibernéticos o híbridos.
Con AP