Rousseff fuerza dimisión del ministro Patriota

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Foto: AFP / El País

El País

La presidenta brasileña Dilma Rousseff ha pedido en la noche de este lunes al ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Patriota, que deje su cargo. La decisión se produce después del reciente choque diplomático con Bolivia a raíz de la fuga del senador boliviano Roger Pinto Molina, tras haberse conocido que la Embajada de Brasil había apoyado dicha fuga.

La prensa brasileña dice que la presidenta, al conocer la noticia de la fuga de Molina con el consentimiento de la diplomacia brasileña, “se irritó” y pidió a Patriota que dejara el cargo.

El ministro dimisionario pasará a ocupar el puesto de su sucesor en las Naciones Unidas. Al parecer, ni la Presidencia de la República ni el ministro Patriota habían sabido de las maniobras de la Embajada de Brasil en Bolivia para favorecer la fuga del senador que llegó en coche oficial.

Los medios de comunicación brasileños criticaron duramente la gestión por parte de la diplomacia del país, algo que no concuerda con la imagen de seriedad y profesionalidad que siempre la ha acompañado. Ante este panorama, a Roussef no le quedó otro remedio que pedir la dimisión de su ministro.

En el comunicado emitido por la Presidencia de Brasil se asegura que “la presidenta Dilma Rousseff aceptó hoy la renuncia del ministro Antonio Patriota y señaló que el representante de Brasil ante las Naciones Unidas, en Nueva York, el embajador Luiz Alberto Figueiredo, para ser nuevo ministro de Relaciones Exteriores. La presidenta agradeció la dedicación y el compromiso del ministro Patriota en los más de dos años que ha permanecido en el cargo y anunció su candidatura para la Misión de Brasil ante la ONU”.

Bolivia, por su parte, había pedido explicaciones al Gobierno de Brasil calificando de “muy grave” la fuga del senador condenado por corrupción que llevaba 15 meses acogido en la embajada brasileña

El primer compromiso del nuevo canciller será la reunión de Unasur en Surinam el sábado próximo.

Es la primera vez en muchos años que es retirado fulminantemente de su cargo un ministro de la envergadura del titular de Asuntos Exteriores. Pero Rousseff es una presidenta a la que no le tiembla el pulso a la hora de poner en la calle a sus colaboradores. Patriota no es el primer ministro al que obliga a dimitir. A los demás lo hizo por motivos de acusaciones de presunta corrupción.