Ucrania y Rusia firmarán el viernes un acuerdo para levantar el bloqueo de las exportaciones de grano del Mar Negro, que ha agravado la crisis alimentaria mundial, según anunció Ankara el jueves tras acoger las conversaciones entre las partes enfrentadas. Por otra parte, nuevos bombardeos rusos golpearon este 21 de julio un área densamente poblada de Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, donde al menos tres personas murieron y 23 resultaron heridas.
Ucrania, Rusia, Turquía y el secretario general de la ONU, António Guterres, firmarán el viernes un acuerdo para levantar el bloqueo ruso a las exportaciones de grano del Mar Negro, que ha agravado la crisis alimentaria mundial, según informó el jueves la oficina del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Está previsto que Guterres llegue hoy para la ceremonia de firma en el suntuoso Palacio de Dolmabahce, en el estrecho del Bósforo, en Estambul.
Estados Unidos saludó la noticia del acuerdo negociado por Turquía y ha instado a Rusia a aplicarlo.
“En principio, acogemos con satisfacción el anuncio de este acuerdo, pero en lo que nos centramos ahora es en responsabilizar a Rusia de la aplicación de este acuerdo y de permitir que el grano ucraniano llegue a los mercados mundiales”, declaró a los periodistas el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Mientras se registraron avances entre las dos naciones en conflicto respecto a la exportación de granos, la ofensiva rusa continúa en el terreno.
Con la mirada puesta en el control de más ciudades, Rusia recrudece su guerra en Ucrania.
Las tropas del Kremlin dirigieron su mayor furia este jueves 21 de julio contra las ciudades de Járkiv, Kramatorsk y Kostiantynivka, en el este del país, y Mikolaiv, en el sur.
Algunas de las escenas más desgarradoras fueron registradas en Járkiv, la segunda urbe más grande del país, donde según la Policía local varias bombas de racimo cayeron sobre el mercado de Barabashovo, una parada de autobús, un gimnasio y un edificio residencial.
En el mercado, los gritos desesperados de Sabina Pogorelets conmocionaron a los testigos mientras suplicaba a la policía que la dejara abrazar a su esposo, Adam, cuyo cuerpo yacía parcialmente cubierto con una tela junto a un pequeño puesto.
“¡Por favor! ¡Necesito sostener su mano!” gritó Pogorelets, mientras los uniformados la apartaron suavemente para que los trabajadores médicos pudieran llevarse el cuerpo.
Cerca, un hombre abrazó a su pequeña hija mientras él y otros visitantes seguían en estado de shock. Allí, al menos tres personas murieron y 23 resultaron heridas, de acuerdo con los equipos de emergencia que atendieron a las víctimas.
“La gente comenzó a trabajar poco a poco, salieron a vender cosas y los residentes vinieron aquí a comprar (…) Y exactamente este lugar fue alcanzado por bombas de racimo para maximizar el daño a las personas”, aseguró Volodymyr Tymoshko, jefe de la Policía Nacional en la región de Járkiv, tras describir que la población intentaba rehacer su vida cotidiana, pero una vez más la zona fue sacudida por los bombardeos de Moscú.
Hasta el momento, las afirmaciones sobre el uso de ese tipo de bombas en este ataque no han sido confirmadas de manera independiente. Esos artefactos, que liberan cientos de bombas más pequeñas antes del impacto, están prohibidas por la Convención sobre Municiones de Racimo, firmado en 2010 por más de 100 países. Sin embargo, ni Moscú ni Kiev forman parte del tratado.
“El Ejército ruso está bombardeando Járkiv al azar, en áreas residenciales pacíficas los civiles están siendo asesinados”, denunció el alcalde de la ciudad, Ihor Terekhov.
Pero Járkiv no fue la única localidad sacudida en las últimas horas por las bombas rusas, también sufrieron ataques Mikolaiv, en el sur del país, las ciudades orientales de Kramatorsk y Kostiantynivka, donde dos escuelas fueron destruidas, y en Melitopol, en el óblast de Zaporizhia, de acuerdo con funcionarios ucranianos.
El Ministerio de Defensa ruso también aseguró que sus fuerzas derribaron un avión militar ucraniano SU-25 cerca de Kramatorsk. Sin embargo, esa información no ha sido confirmada por Kiev.
En las últimas 24 horas, los bombardeos de Moscú suman al menos cinco muertes y alrededor de 40 heridos, según la oficina de la Presidencia ucraniana.
Rusia amplía su estrategia bélica en Ucrania
Los ataques dispersos ilustran objetivos de guerra más amplios y más allá de la región del Donbass, el enfoque previamente declarado por el Kremlin, en particular en las provincias separatistas de Donetsk y Lugansk, controladas parcialmente por los rebeldes prorrusos desde 2014.
No obstante, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, había ratificado los planes de ir tras más territorios durante una entrevista el miércoles 20 de julio con la televisión estatal. Entre las regiones que los rusos esperan controlar, el canciller nombró a Jersón, en el suroccidente, y Zaporizhia, en el sureste.
Con las potencias occidentales proporcionando al Ejército ucraniano armas de mayor alcance, Lavrov sostuvo que las “tareas geográficas de Rusia se alejarán aún más de la línea actual porque no podemos permitir que la parte de Ucrania que esté bajo el control de Zelenski (el presidente ucraniano) o de quien venga a sucederlo, tenga armas que representen una amenaza directa para nuestro territorio y los territorios de aquellas repúblicas que han declarado su independencia”.
Analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, indican que creen que la actual agresión rusa en Donetsk puede resultar en la captura de las ciudades de Sloviansk o Bakhmut.
Sin embargo, los expertos también resaltaron que “las tropas rusas ahora están luchando para moverse a través de terrenos abiertos y escasamente poblados. Se encontrarán con un terreno mucho más propicio para los defensores ucranianos”.
CIA: Al menos 15.000 soldados rusos han muerto en Ucrania
La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) estima que las bajas rusas en Ucrania hasta el momento han alcanzado alrededor de 15.000 muertos y probablemente 45.000 heridos. Así lo aseguró su director, William Burns.
“Las últimas estimaciones de la comunidad de inteligencia de EE. UU. estarían cercanas a 15.000 (militares rusos) muertos y tal vez tres veces más de heridos. Entonces, es una suma bastante significativa de pérdidas”, subrayó Burns durante una intervención en el Foro de Seguridad, en Aspen, Colorado.
El funcionario también destacó las pérdidas de vidas entre las filas ucranianas, aunque aseguró que “probablemente un poco menos” que las sufridas por Moscú.
El Kremlin clasifica los fallecimientos de militares como secretos de Estado, incluso en tiempos de paz, y no ha actualizado con frecuencia sus cifras oficiales de decesos durante el conflicto que lanzó contra su vecino país el pasado 24 de febrero.
Hasta el 25 de marzo señaló que habían muerto 1.351 soldados rusos. Kiev también ha dicho que no dará a conocer el número de bajas ucranianas, sin embargo, las autoridades del país señalaron el pasado junio que entre 100 y 200 de sus soldados morían cada día.
Con Reuters, AP y medios locales