
El 1 de octubre entró en vigor la nueva lista de aranceles sectoriales anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Unos días antes, el mandatario republicano había publicado en su red social, Truth Social, que impondría tarifas del 25% a los camiones pesados, del 30% a los muebles tapizados, del 50% a los muebles de cocina y tocadores de baño y del 100% a los productos farmacéuticos patentados.
En cuanto a los aranceles que afectan a los vehículos de carga, Trump confirmó este lunes que aplicará un gravamen del 25% a todos los camiones de carga media y pesada a partir del 1 de noviembre.
Tras un breve periodo de calma, marcado en las últimas semanas por la firma de diversos acuerdos comerciales y la extensión de la tregua arancelaria con China y México, Trump vuelve a intensificar la guerra comercial que inició en abril de 2025, poco después de asumir el poder.
Estos nuevos cargos se enmarcan en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, lo que permite al presidente republicano aplicar aranceles a productos que se consideran críticos para la seguridad nacional, una estrategia que ha seguido para gravar bienes de otros sectores como el del acero y el aluminio.
En añadido, el Departamento de Comercio ha anunciado que dos nuevas investigaciones en el marco de la sección 232 podrían abrir la puerta a nuevos aranceles a la maquinaria industrial, la robótica, los equipos médicos y los equipos de protección personal.
Además, siguen llevándose a cabo investigaciones sobre paneles solares, aviones comerciales, semiconductores y minerales críticos. En consecuencia, todo indica que en los próximos meses la administración estadounidense profundizará sus políticas proteccionistas.
Los nuevos aranceles sectoriales
Respecto a los bienes farmacéuticos patentados, enfrentan un 100% de cargos excepto para los fabricantes que estén construyendo una planta de producción en territorio estadounidense. En la actualidad, más de la mitad de los ingredientes para medicamentos utilizados en Estados Unidos se fabrican en el país.
El resto se exportan principalmente de Irlanda, seguida por Suiza y Alemania. Muchas empresas del sector han anunciado inversiones multimillonarias en el país norteamericano. Es el caso de la farmacéutica suiza, Roche, que anunció recientemente que una de sus filiales estadounidenses ha comenzado a trabajar en unas nuevas instalaciones.
En cuanto a los camiones, a los cuales se aplica un 25% de aranceles, el año pasado se importaron –entre camiones de carga media y de carga pesada– 245.000 vehículos, lo que supuso un valor total de 20.000 millones de dólares, según el Departamento de Comercio.
La entrada en vigor de esta nueva medida arancelaria obligará a aumentar la producción nacional de camiones, que requiere de piezas que, en muchos casos, son compradas en el extranjero. Por tanto, se prevé que haya un aumento en los costes para la industria, algo que la Cámara de Comercio puso de manifiesto cuando instó al gobierno a que no introdujera tarifas adicionales.
Sobre las importaciones estadounidenses de muebles, según Reuters, el año pasado alcanzaron los 25.500 millones de dólares, siendo el 60% del total fabricados en Vietnam y China. El gigante de origen sueco Ikea denunció que las nuevas cargas harán que hacer negocios sea “más difícil”.
Los acuerdos comerciales no reducen la incertidumbre
Estas nuevas tarifas han generado preocupación incluso para los países que ya han firmado un marco comercial con Estados Unidos. Un funcionario de la Casa Blanca afirmó que la administración republicana respetaría el límite máximo del 15% de aranceles para productos farmacéuticos con patente importados de los países que han firmado un acuerdo especificando dichas reducciones.
En el caso europeo, el portavoz adjunto de la Comisión Europea, Olof Gill, declaró que el límite arancelario máximo del 15% para las exportaciones del club comunitario “garantiza que no se aplicarán tarifas más elevadas”. Por otro lado, los medicamentos genéricos –sin patente– siguen bajo un régimen especial, con gravámenes inferiores al 15%.
Sin embargo, ninguno de los acuerdos comerciales recoge exenciones o límites para los camiones pesados o muebles. En cuanto a la Unión Europea y Japón, los marcos firmados establecen límites sobre medicamentos, semiconductores y automóviles, además de evitar que nuevos aranceles se acumulen sobre los llamados aranceles recíprocos ya vigentes.
En contraposición, Reino Unido no ha llegado a nada en materia de productos farmacéuticos, por lo que enfrentará gravámenes de un 100% en este sector. En cuanto a Corea del Sur, cuyas negociaciones con Washington se han estancado por discrepancias en materias de defensa e inversión, sigue enfrentando un 27,5% de tarifas para sus automóviles.
En conclusión, la administración de Donald Trump sigue avanzando en su política arancelaria, sumando nuevos sectores mientras se alargan las negociaciones que están manteniendo con diferentes países.
Para quienes pensaban que lo peor ya había pasado, estas nuevas medidas vuelven a poner de manifiesto que en la actualidad el resto del mundo tiene que adaptarse a un nuevo Estados Unidos que apuesta por la relocalización y el decoupling, a la vez rechaza la globalización. Habrá que ver si se respeta lo estipulado en los acuerdos ya firmados o vuelve a reinar la incertidumbre.