El Parlamento Europeo terminó con el mandato de la vicepresidenta y diputada griega Eva Kaili, sospechosa de haber recibido dinero de Qatar para influir en las decisiones de la institución, que tambalea por el escándalo.
Un golpe a la moral. Eva Kaili, la ahora ex vicepresidenta del Parlamento Europeo, fue removida del cargo tras las sospechas de recibir dinero de Qatar a cambio de influir en las decisiones de la institución.
La Conferencia de Presidentes de los grupos parlamentarios tomó la decisión por unanimidad y fue refrendada en votación plenaria a mediodía, con 625 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones.
Kaili, la principal sospechosa en la investigación belga sobre “corrupción, blanqueo de dinero y organización criminal” en el Parlamento Europeo, negó haber recibido dinero de Qatar, según declaró en Grecia uno de sus abogados.
La vicepresidenta es una de las cuatro personas encarceladas el domingo en Bélgica que deben comparecer el miércoles ante la Cámara del Consejo, el órgano judicial belga encargado de decidir si se mantiene o se levanta una orden de detención.
“Su posición es que es inocente, eso se lo puedo asegurar”, declaró Michalis Dimitrakopoulos, abogado que representa a la política en Grecia. “No tiene nada que ver con la financiación de Qatar, nada, de forma explícita e inequívoca. Esta es su posición”, comentó Dimitrakopoulos, agregando que la ahora acusada no ha “emprendido ninguna actividad comercial en su vida”.
Grecia congeló los activos de Kaili en el país y el Parlamento Europeo la suspendió de sus funciones.
Un golpe a la moral del Parlamento Europeo
El escándalo, que empezó a destaparse públicamente la semana pasada, está marcando la reputación de la única institución de la Unión Europea, UE, compuesta por funcionarios electos directamente en los 27 países miembros.
El caso, en el que la policía descubrió cantidades de dinero en efectivo, arroja una sombra sobre el Parlamento Europeo, que pretende ser una brújula moral, criticando los abusos de los derechos humanos en el mundo y señalando a los gobiernos de la UE sobre cualquier indicio de incorrección.
“Es tan grave porque choca de lleno con lo que el Parlamento pretende defender”, declaró Hendrik Vos, profesor de la Universidad de Gante y experto en la UE.
“El Parlamento pretende ser transparente, no dejarse sobornar y defender los valores fundamentales. Y luego te encuentras con algo como esto”, agregó.
“A partir de ahora, el Parlamento Europeo no podrá hablar de corrupción de forma creíble“, escribió en Facebook el ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto.
Continúan las redadas
El Parlamento siempre es objetivo fácil para quienes buscan favores o influir en la política, desde grupos de presión del tabaco y representantes de la industria automovilística hasta funcionarios de los gobiernos nacionales.
“Este espantoso escándalo de sobornos es el resultado de años de negligencia que han vuelto a perseguir a las instituciones de la UE”, comentó Olivier Hoedeman, coordinador de Corporate Europe Observatory.
“A principios de este año se prohibieron demasiado tarde los grupos de presión rusos. Hoy Qatar está en el punto de mira. Ambas son llamadas de atención. No basta con tomar medidas reactivas tras otro escándalo”, agregó.
La policía contabiliza más de 20 redadas, la mayoría en Bélgica, pero también en Italia, en el marco de la investigación sobre sobornos para obtener favores políticos. Los fiscales sospechan que a personas “en posiciones políticas y/o estratégicas dentro del Parlamento Europeo se les pagaron grandes sumas de dinero o se les ofrecieron regalos sustanciales para influir en las decisiones del Parlamento”.
Las autoridades requisaron 19 domicilios y las oficinas del Parlamento entre el viernes y el lunes como parte de la investigación. Se incautaron computadoras, celulares y dinero en efectivo, parte del cual estaba en una maleta en una habitación de hotel.
El legislador belga Marc Tarabella renunció como miembro del grupo el lunes, lo que sugiere que podría estar entre los acusados. Otros tres legisladores del S&D renunciaron temporalmente, aparentemente porque sus asistentes parlamentarios estaban implicados.
Kaili, de 44 años y eurodiputada socialista, era parte de un grupo de jóvenes aspirantes a políticos griegos que surgieron durante la crisis de deuda que arrasó Grecia entre 2010 y 2015, en la que el país necesitó tres rescates internacionales.
Con AP y Reuters