Vladimir Padrino, el militar que Maduro nombró de superministro

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Foto: REUTERS

El gobierno venezolano ha identificado un problema -la escasez de productos básicos- y ha recurrido, una vez más, a alguien de confianza para solucionarlo: los militares.

El lunes, el presidente Nicolás Maduro anunció la creación de la Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro, un esquema que da control de la producción, importación y distribución de alimentos y medicinas a las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FANB).

Con esto, un hombre de cejas gruesas y reputación de conciliador ha sido oficializado como uno de los dirigentes más importantes del país: el General en Jefe Vladimir Padrino López.

Cualquiera que esté Venezuela sabe que los militares ya tienen el control de los alimentos y las medicinas, de los supermercados y los hospitales, los dos focos de mayor tensión y precariedad en este país en crisis.

Pero ahora, con esta nueva misión, ejercerán un control explícito y oficial, que incluye la subordinación de todos los ministerios a la figura de Padrino.

¿Quién es Padrino López?

Incluso antes del anuncio de Maduro, Padrino ya era considerado uno de los hombres clave -y polémicos- de Venezuela.

“Se hacen presentes en la avenida Monumental de Los Próceres 10.890 patriotas, bolivarianos, socialistas, antiimperialistas, revolucionarios, adiestrados y equipados para asumir el sagrado deber de la defensa de la Nación”.

Esas fueron las palabras de Padrino el 5 de julio de 2012, día que se celebraban 201 años de la independencia del país y en el que Hugo Chávez lo nombró segundo comandante del ejército -tras él mismo- y jefe del Estado Mayor de la institución.

Las declaraciones son recordadas porque en ellas Padrino, según los críticos, “violó la Constitución”, al declarar a las FANB seguidoras de una tendencia política.

Desde entonces, es usual que los soldados que dirige Padrino se declaren “chavistas”, “socialistas” y “antiimperialistas”.

La primera muestra de lealtad de Padrino con Chávez, y quizá la más importante, se dio en abril de 2002, cuando lideró uno de los comandos que se rebelaron en contra del golpe de Estado que tumbó a fallecido presidente por 48 horas.

Padrino ha ido escalando posiciones hasta convertirse en uno de los hombres de confianza del sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, y como ellos se ha acercado -y visitado con frecuencia- a los líderes de la revolución cubana, los hermanos Castro.

“Padrino no tiene intenciones políticas, pero ha servido para darle poder político a Maduro”, dice Sebastiana Barráez, una periodista tachirense -tierra castrense, en el oeste del país- que ha cubierto la fuente militar por décadas.

Barráez asegura, como otros especialistas en la materia, que en las FANB hay dos grupos de poder importantes: el de Maduro y Padrino y el de Diosdado Cabello, diputado y exvicepresidente de Chávez.

“Los recientes ascensos que hizo Maduro en las FANB (la semana pasada) eran sobre todo para el grupo de Padrino y con esta designación muestra que lo que busca es darle un voto de confianza a este grupo”, estima la periodista.

 

Padrino no es de los militares venezolanos de alto nivel que son acusados por la justicia de Estados Unidos -y sancionados por el gobierno de Barak Obama- de cargos de narcotráfico y lavado de dinero.

 

Al contrario, dice Barráez, “él ha buscado limpiar el nombre de las FANB y conciliar los choques que hay entre los grupos de poder allí dentro“.

Qué van a hacer

El martes, Padrino dijo que las FANB ya están trabajando para resolver los problemas de distribución y abastecimiento de alimentos (una problemática que el gobierno antes rechazaba pero ahora reconoce, aunque la sigue atribuyendo a la “guerra económica”).

“Hemos ocupado algunos puertos, y comenzado a visitar algunos sitios, almacenes, empresas privadas (…) No es intervención, pero si hiciera falta el Estado tiene todos los mecanismos para hacerlo”, aseguró Padrino.

Basado en la Emergencia Económica, un polémico decreto publicado en mayo que le dio a Maduro poder sobre la Constitución y la Asamblea Nacional, el mandatario dio a Padrino facultades para dictar regulaciones y medidas especiales a empresas o jurisdicciones.

“Esta es una gran misión para gestionar, dirigir y conducir las políticas públicas que resuelvan estructuralmente el problema de la economía criminal que le han impuesto los agentes económicos al país”, dijo Maduro.

Para “limpiar” la corrupción

Esta no es la primera vez que los militares quedan encargados de la producción y distribución de alimentos.

Muchos opositores incluso dicen que la culpa de la escasez es del sector castrense.

En 1999, por ejemplo, Chávez lanzó el Plan Bolívar 2000, un esquema con el que los militares llevarían medicinas y alimentos a las casas de los venezolanos.

El programa es hoy considerado uno de los grandes fracasos del chavismo, en parte porque 21 de los 24 generales que estuvieron a cargo fueron investigados por corrupción.

Y es que en la administración de los alimentos los militares se han visto envueltos en decenas de escándalos que incluso han sido corroborados por la justicia, que según la oposición está cooptada por el oficialismo.

Además, recientemente la Asamblea Nacional, desde enero controlada por la oposición, ha lanzado investigaciones sobre los ministros militares que se encargaron de la importación de alimentos, como por ejemplo, el general Carlos Osorio.

Y el último plan de abastecimiento, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), no parece haber servido, sino que, según reportes de prensa local, ha impulsado el contrabando.

“Por eso es que Maduro está recurriendo a Padrino”, dice Barráez. “Porque él es quizá el único que puede limpiar y gestionar el sistema de distribución”.

Padrino, en efecto, dijo: “No es un asunto de militarizar. No me gusta el militarismo. Se trata de poner un poco de disciplina”.

Para “buscar lealtad”

Barráez, sin embargo, coincide con varios de los expertos militares en que Maduro busca mayor control de las FANB al darles poder.

Los militares ya tienen aumentos de salario, acceso a productos y beneficios sociales que pocos venezolanos reciben, en especial desde que hay crisis.

Pero además, los militares están cada vez más involucrados en actividades diferentes a la defensa y la seguridad.

En febrero, por ejemplo, Maduro creó Camimpeg, una empresa petrolera de los militares que tiene facultades legales para explotar, buscar y distribuir crudo.

Y en marzo les dio el control de la zona minera del Estado Bolívar, en el sur del país, una de las mayores reservas auríferas del mundo, que ahora espera ser explotada con empresas chinas en el llamado Arco Minero.

Los militares ya no solo están en cada esquina de Venezuela. Ahora las controlan.