Vladimir Putín, influyente

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Existe la creencia general de que Vladimir Putin gobierna la Federación Rusa de manera dictatorial, de que ha derrotado e intimidado a sus oponentes y de que ha enviado una seria amenaza a los países vecinos. Lo anterior constituye una afirmación razonable que sin embargo, debería reevaluarse en el contexto de los eventos recientes.

Era extremadamente importante para Putin asegurar el control de Ucrania, el país que para Rusia es vital como amortiguador de Occidente y como ruta para la venta de energía a Europa, piedra fundamental de la economía rusa. El presidente ruso reemplazo a Boris Yeltsin por su pobre desempeño en asuntos de orden geopolítico. Rusia había perdido cualquier preponderancia en la solución de los conflictos mundiales. El punto de vista de Rusia simplemente no tenía la menor importancia. Putin también reemplazó a Yeltsin, debido al desastroso estado de la economía rusa y pese a que Rusia era pobre, existía una penetrante sensación de que esa era la causa para no permitirle su ingreso al quehacer internacional.

Putin tuvo que lidiar con ambos extremos y se tomó un buen tiempo antes de hacer la movida hacia la recreación del “Poder Ruso”, pese a que recientemente declaró que la caída de la Unión Soviética, fue el más grande desastre geopolítico del Siglo XX, no significó que deseaba resucitar la fallida ex Unión Soviética, sino que deseaba que el poder ruso sea otra vez tomado más seriamente y que deseaba además, proteger y agrandar los intereses nacionales de Rusia. El punto de quiebre se presentó en Ucrania durante la “Revolución Naranja” del 2004. Ese año, un Gobierno pro Occidental tomó el poder con las acusaciones de Putin a la CIA y a otras agencias de inteligencia occidentales, de haber orquestado la conformación del nuevo Gobierno. Para Putin quedó claro que Occidente quería tullir el poder de Rusia y desde entonces se empeño en devolverle el poderío militar y económico que alguna vez tuvo antes de la Guerra Fría.

La invasión a Georgia fue diseñada con el doble propósito de demostrar a la región que el ejército ruso -reducido a ruinas el año 2000- estaba en condiciones de operar resueltamente en el 2008 y a demostrar a la región y particularmente a Kiev, que las garantías norteamericanas explícitas o implícitas, no tenían ningún valor.

Dándose cuenta de que los Estados Unidos habían adoptado una postura defensiva, decidió aprovechar su ventaja y el lugar que escogió para hacerlo fue Europa, utilizando la energía rusa en la CE para acercarse al continente y de manera especial a Alemania; no obstante ello, su oportunidad culminante, se le presentó durante el “affair” sirio cuando la administración Obama amenazó a Damasco con ataques aéreos. Rusia se opuso agresivamente al intento norteamericano, proponiendo en su lugar, una ronda de negociaciones, emergiendo de la crisis como resueltos y eficientes, dejando a los Estados Unidos como la facción débil e incapaz. Pese a su debilitada economía, el “Poder Ruso” parece ascender varios peldaños, junto al prestigio de Putin.

 

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