Cuando el presidente boliviano Evo Morales dio su discurso anual para 2013, hizo algo que la mayoría de los líderes no hacen: reportar sobre la salud de otros.
Morales les dijo a sus 10 millones de compatriotas bolivianos que acababa de recibir noticias que el presidente venezolano Hugo Chávez – recuperándose en Cuba después de una cuarta cirugía por un tipo de cáncer no divulgado – ahora está fisioterapia y en camino a la recuperación.
El discurso del 22 de enero marcó la primera actualización importante sobre la salud de Chávez en meses, generando más atención – y logrando más titulares mundiales – que el resto del discurso de cuatro horas del presidente. También surgieron nuevas preguntas sobre la relación Bolivia-Venezuela y lo que le pudiera pasar a la misma en el caso que Chávez, de 58 años, falleciera o fuera relevado de sus deberes.
Venezuela ha sido una parte importante en Bolivia desde la primera inauguración de Morales en 2006, ayudándole a su amigo andino con todo, desde ayuda militar a fundar un programa de salud para mujeres embarazadas. Casi todos los anuncios han generado controversia en ambos extremos del espectro político.
El gobierno boliviano no niega que Venezuela le ayude, pero se eriza ante cualquier sugerencia que Chávez sea quien dé las órdenes.
Morales mencionó algunos problemas con la ayuda venezolana, haciendo notar que “únicamente un 5 o 6 por ciento de los proyectos se llevaron realmente a cabo”. Dijo que esto ha cambiado ahora que los recursos bolivianos – y no la ayuda extranjera – están dando los fondos para los proyectos sociales.
Números duros a los que es difícil llegar
Venezuela no ha especificado cuánta asistencia ha dado a Bolivia y a otros países que forman Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, liderada por Venezuela, conocida como ALBA. Otros estados miembros de ALBA son Antigua & Barbuda, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, Sta. Lucia, Sn. Vicente y Suriname.
Roberto Laserna, jefe de CERES (Centro de estudio económico y la realidad social) en Cochabamba, Bolivia, estuvo de acuerdo con la evaluación de Morales, de que muchos proyectos con fondos venezolanos han fallado, agregando que algunos de los proyectos a grande escala, como la exploración de petróleo y gas o generación de electricidad podrían terminar costándole a Bolivia a la larga.
“La influencia [de Venezuela] viene de proporcionar al gobierno con una fuente de dinero para gastos menores. Esto le ha permitido al gobierno de Morales financiar pequeños proyectos y mantener una campaña política constante para solidificar la postura del presidente”, mencionó Laserna. “El presidente ha sido muy astuto al aprovechar esta ayuda para mantener su posición de dominio”.
El antiguo senador Filemón Escobar, fundador del partido presidencial Movimiento al socialismo (MÁS), dice que la influencia venezolana y cubana está distorsionando la plataforma que obtuvo la primera elección de Morales en 2006.
“Esto ya no es un proyecto boliviano. Es la política de la división, de enfrentar a un boliviano contra otro boliviano”, declaró Escobar, quien eventualmente fue expulsado de MAS. “Esto es lo que hemos aprendido de los modelos ‘socialistas’ cubanos y venezolanos”.
Antiguo aliado de Morales critica la línea oficial
Escobar, quien está ayudando a organizar una alternativa de izquierda al MAS, dijo que el gobierno de Morales constantemente ataca a los Estados Unidos por inmiscuirse en los asuntos bolivianos, mientras que al mismo tiempo abre la puerta ancha para los asesores venezolanos.
“Esta línea completa anti-imperialista es solo una pantalla para distraer de los fracasos del gobierno y de su propia agenda de mantenerse en el poder”, manifestó Escobar, quien espera que Morales sea un candidato presidencial en 2014 – a pesar de que la constitución de Bolivia no le permite postularse otra vez. Culpa a los asesores militares venezolanos por ayudar a idear planes para crear “divisiones artificiales que el gobierno utiliza para mantenerse en el poder”.
Escobar no está seguro de qué sucederá con el bloque de ALBA de 10 miembros en caso del fallecimiento de Chávez. Señaló que ninguno de los otros jefes de estado en la alianza tiene el carisma para reemplazar a Chávez al mando. Hoy, dijo, la alianza es básicamente un club económico basado en la habilidad de Venezuela de proporcionar combustible barato de pequeñas naciones pobres.
Laserna fue más directo. “El siguiente gobierno venezolano, sin importar quién esté en el poder, no seguirá financiando las aventuras a las cuales Chávez tiró dinero”, expresó. “Bolivia necesita ser más pragmática en cuanto a sus relaciones”.
Por Lucien Chauvin