Bolivia sufre un triple impacto ambiental, además del cambio climático, está la sequía y el fenómeno del Niño, informó el viceministro de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos y de Gestión y Desarrollo Forestal, Magín Herrera, a la ANF.
“Hay un incremento de temperaturas que nuestros científicos han ido señalando y hemos comprobado. Hay distorsión en el comportamiento climatológico. También tenemos temporada seca, es un año escaso de lluvias y de paso tenemos el fenómeno del Niño”, informó el Viceministro en la presentación de la “Observación general Nº 26 sobre los derechos del niño a un medioambiente sostenible”, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
De acuerdo a la autoridad, el aumento de la temperatura se ve reflejado en las ráfagas de viento con direcciones repentinas que cambian, así como en precipitaciones pluviales que se presentan y van más allá de los pronósticos, y el fenómeno del Niño —que ya está en el país— genera densidad solar en las partes altas y bajas del Bolivia, en consecuencia, se produce evapotranspiración, lo que genera impactos negativos en los espejos de agua, los lagos y las lagunas.
“Estamos sintiendo la sequía: Recién en septiembre el Altiplano se inicia la siembra de la papa. Si no tenemos la humedad apropiada ni el comportamiento adecuado (del clima), podría verse afectada la siembra y la agroproductividad. Con esta información nos prepararemos”, prosiguió Herrera.
Pero los agricultores y los adultos no son los únicos afectados por el cambio climático; sino también los niños, según el informe presentado ayer.