Bolivia y el mar

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En su afán de revertir las promesas incumplidas de la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, con quien el presidente Morales estaba seguro de conseguir resultados favorables en la perspectiva de volver al mar, el Gobierno decidió encaminar otra estrategia que al cierre de la presente gestión le ha devuelto aliento a su campaña marítima.

La decisión de la gobernación de Potosí de hacer uso de las aguas del Silala alentando proyectos pesqueros no solo irritó al Gobierno chileno de Sebastián Piñera, sino que posesionó en la práctica un debate ausente hace por lo menos 20 años en Bolivia sobre la necesidad de sentar soberanía sobre el curso de las aguas que bañan los desiertos chilenos y que le han servido para obtener millonarias ganancias al sector minero de ese país.

Pese a que algunos analistas siguen considerando que Bolivia no tiene chances en una disputa legal planteada en los Tribunales de La Haya las oficinas de Diremar están consiguiendo resultados a pesar de las críticas.

 

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