El cambio de los ciclos de lluvia por los incendios en los bosques es una amenaza que puede causar daños irreversibles en el ecosistema.
Durante los últimos meses varias ciudades del país han visto subir los termómetros a dígitos que nunca antes se habían alcanzado. En casi todas ciudades del país las temperaturas han llegado a batir récords de registro. Durante la temporada el Servicio Nacional de Meteorología ha estado trabajando para informar cuales habían sido los datos del día, las razones del fuerte calor y saber si iba a llover.
En La Paz, el termómetro subió a cifras de fuerte calor que la población nunca antes había sentido, alrededor de los 30°C. En muchos casos la alta temperatura se sentía tan fuerte como en Santa Cruz, alarmada y sorprendida la población recurría a beber más agua de lo normal. Muchos tomadores de opinión comentaron que la causa se debe al fenómeno El Niño, en plena vigencia y principalmente al Calentamiento Global, pero a nadie se le ocurría opinar que estamos empezando a vivir un nuevo fenómeno: el Calentamiento Local.
Los acuciosos lectores se preguntarán, “¿cómo es eso del Calentamiento Local?”. En lo macro (grande) nuestro país se abastece de las lluvias que llegan como ríos desde la Argentina, también desde el Brasil y en ocasiones desde el Perú. Pero, nuestros bosques amazónicos y los chaqueños, chiquitanos y semisecos, son abastecedores de agua, sin contar aquellos bosques altamente húmedos como los de Los Yungas, el Chapare, el Boliviano-Tucumano o la misma zona de la Siberia, que se convierten en “pulmones” y productores de las lluvias de nuestro territorio. Como todos conocen, especialmente los campesinos, estos sitios son fabricantes y reguladores de las lluvias en el territorio y se guían para realizar sus actividades agrícolas.
Para comprobar lo dicho, tomaremos el caso de Los Yungas abastecedor de lluvias a la ciudad de La Paz. Muchos choferes, comerciantes y viajeros, cuando cruzan la Cumbre se percatan si la subida se encuentra con neblina baja o cerrada, para esperar, que baje la neblina y mejorar la visión al pasar el lugar sin mayores problemas.
Si recordamos los que han tenido la suerte de viajar a esos parajes de Los Yungas Nor y Sur hace unos 20 o 30 años, la región era un bosque compacto de diversidad de plantas y árboles que con el cambio de las temperaturas se convertían en productores de agua, que se elevaba y producía inicialmente neblina y posteriormente densas nubes que al rebasar la cordillera por las abras como la Cumbre llegaban lluvias a La Paz, El Alto y poblaciones adyacentes como también proveía de agua al lago Titicaca, creando así, un ciclo de lo que se venía en llamar “el tiempo de agua”. Eso fue como hemos dicho muchos años atrás, pero desde hace aproximadamente 15 a 20 años el cambio ha sido más notorio y fuerte del que recién nos estamos percatando; la tragedia ambiental que estamos comenzado a sufrir.
Este fenómeno, se debe al cambio de vegetación por un monocultivo llamado Erythroxylum Coca del proviene de la palabra quechua ´kuka´ conocida comúnmente como coca. Originaria de los escarpados cerros de los valles montanos húmedos del territorio boliviano; región, como todos saben, conocida como Los Yungas. Por su posición en la vertiente oriental de la cordillera Real y su altura que va desde los 2000 a 3500 msnm y su posición de zona expuesta al choque de masas de aires altamente húmedo, ascendente al cielo (bajo estos datos); se estima que existen o existían precipitaciones de lluvias anuales por encima de los 5000mm. Este ecosistema natural también se convierte en las nacientes de ríos importantes como el Coroico, el Madidi y el rio Beni.
Al presente el panorama, ya no tenemos lo mismo, lo que fue un bosque altamente diverso y compacto, se convirtió en un sitio productor de coca. La usurpación de tierras y la toma de las parcelas fue desbastador ya que no se previó realizar un manejo agrícola que no afecte el ecosistema como tal, tampoco el ciclo de agua y dejar montes originarios como corredores de bosques nativos, para evitar esta falta de lluvias que está afectando a muchas partes del país.
Bajo este sombrío panorama y la experiencia de sequedad que hemos experimentado esté año, se convierte en el principio de muchos años en los que tendremos que enfrentar a tiempo sin lluvias, racionamiento de agua, perdida de especies vegetales, animales en muchos casos en peligro de extinción.
Este panorama hace que “Bolivia se encuentre en un proceso de desertificación de suelos acelerado”, dicen los expertos. Hasta 2021, según el Plan de Estrategia Nacional “Neutralidad en la Degradación de las Tierras”, la FAO precisó que hasta el 35% de los suelos agrícolas de Bolivia se encuentran degradados, y más del 60 % de la población vive y produce en ese entorno de degradación.
Por lo tanto, es necesario que profesionales competentes se pongan a trabajar de inmediato un Plan de Manejo Integral para evitar catástrofes futuras.
“El tiempo de agua”. Eso fue como hemos dicho muchos años atrás, pero desde hace aproximadamente 15 a 20 años el cambio ha sido más notorio y fuerte del que recién nos estamos percatando; la tragedia ambiental que estamos comenzado a sufrir.
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