Chile sustenta por qué no está obligado a negociar

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Foto: El Deber

El canciller chileno, Heraldo Muñoz, presentó hoy ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya la contramemoria del litigio en el que Bolivia reclama a su país una salida al mar, con la que demostrará la “verdad histórica” de que las partes no están obligadas a negociar esa solución.

“Creemos que es una contramemoria muy contundente que establece la verdad histórica, incluso con fuentes bolivianas y de otros países, y demuestra que no hay ninguna obligación de negociar con Bolivia”, indicó Muñoz en una entrevista telefónica concedida a EFE desde La Haya.

Chile presentó a la CIJ mediante este documento su respuesta a la demanda planteada en 2013 por Bolivia contra Chile para que el tribunal declare la obligación de Santiago de negociar un acceso soberano al océano Pacífico, que La Paz perdió en la guerra del Pacífico, a fines del siglo XIX.

El 24 de septiembre de 2015, la CIJ se declaró competente y con jurisdicción para dirimir en este caso.

El canciller chileno destacó en especial que, durante más de cien años, el Gobierno boliviano “nunca planteó a Chile la existencia de una supuesta obligación de negociar, nunca”.

“Y recién se les ocurrió con la demanda marítima. Para nosotros esto es muy curioso y lo planteamos en nuestra contramemoria”, dijo.
Según dijo, “el argumento que tiene que quedar muy claro es que para que exista una obligación de negociar, tiene que haber un propósito explícito de acordar algo, cuestión que nunca sucedió en las esporádicas conversaciones que sucedieron entre Chile y Bolivia durante cien años”.

En ese sentido, aseguró que su país argumenta que esas conversaciones diplomáticas “no pueden haber permanecido abiertas, sin fecha”.

El caso ante la ONU

Preguntado por la decisión de Bolivia de llevar este asunto ante este alto tribunal de la ONU, Muñoz consideró que la demanda boliviana “es artificiosa, porque permanentemente lo que ha pretendido el Gobierno de La Paz es renegociar” el tratado de Paz y Amistad de 1904, que estableció los límites “de manera definitiva y perpetua de la fronteras entre los dos países”.

“Para encubrir este propósito de desconocer el tratado de 1904, buscaron esta supuesta obligación de resultado, y era el obtener un acceso soberano a través de territorios chilenos”, apuntó.

Según Muñoz, esa estrategia “no les funcionó, porque la Corte, en respuesta a la objeción preliminar, sostuvo que este caso no es sobre las fronteras establecidas en el tratado de 1904, y no sobre una obligación de resultado, porque la Corte no puede prejuzgar el eventual resultado de una negociación entre Chile y Bolivia”.

Para el ministro chileno, Bolivia tendría ahora que demostrar a la Corte “que sí existe una obligación de negociar”, algo que en su opinión hasta las autoridades bolivianas ven complicado porque “están diciendo que no hay seguridad sobre lo que pueda pasar”.

“Para Chile esto está muy claro, aquí no está en juego la soberanía territorial o marítima de Chile; aquí, lo que está en discusión, es si existe entre las partes una obligación de negociar”, indicó.

Muñoz explicó a Efe que en la contramemoria Chile ha explicado, “a través del análisis de los momentos históricos en que hubo conversaciones con Bolivia, que eso no existió porque nunca hubo un propósito explícito de llegar a un acuerdo”.

Por lo que respecta a la demanda chilena presentada el pasado 6 de junio ante la CIJ contra Bolivia por el uso de las aguas del Silala, en la frontera entre ambos países, a fin de establecer si es un río internacional, Muñoz dejó claro que son “dos procesos distintos”.

El proceso por el Silala

“El proceso del río Silala es un proceso mucho más técnico y acotado, donde lo que vamos a demostrar a la Corte es que éste es un curso de agua internacional, y como consecuencia, tienen que aplicarse las reglas del derecho internacional consuetudinario, que es el uso razonable y equitativo de esas aguas”, señaló a EFE.

En cambio, desde su punto de vista la demanda marítima de La Paz es “artificiosa” y “de carácter político”, que “busca cubrir el deseo de Bolivia de renegociar el tratado de 1904”.

Sobre los próximos pasos de ese caso, destacó que “en su momento la Corte verá los tiempos de una eventual réplica (boliviana a la contramemoria chilena) y una dúplica de Chile”.