La deforestación, el crecimiento de la mancha urbana y la falta del manejo de cuencas, además de otras causas, derivaron en la tragedia que golpea al municipio de Tiquipaya, coincidieron expertos y autoridades del departamento de Cochabamba.
“La mazamorra aparentemente fue ocasionada por el deslizamiento de la parte alta de la cordillera, producto de las intensas lluvias que cayeron en los últimos días; sin embargo, el deslizamiento se debe a otros factores como la deforestación que se presenta todos los años en el Parque Nacional Tunari”, afirmó el experto en recursos hídricos del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), Óscar Campanini.
Como consecuencia de constantes incendios en la zona, la superficie boscosa se ha reducido considerablemente y no hay nuevas plantaciones.
En la cordillera del parque Tunari está ubicada la cuenca Taquiña que tiene una extensión de 11 kilómetros y que está alimentada por unos 20 afluentes que desembocan en el río del mismo nombre y que atraviesan por la zona urbana de Tiquipaya.
En ese mismo cauce también se encuentran los ríos Jana Mayu y Linku Pata. “Pero por lo general tienen poca agua, aunque cada cinco años se presenta una riada”, explicó Campanini.
El pasado martes, cerca de las 19:00, el río Taquiña se desbordó y a causa del deslizamiento de la cordillera bajó un alud de lodo que enterró varias casas y afectó a otras.
Desde ese día, de acuerdo con las autoridades municipales, se presentaron tres golpes de mazamorra y debido a ello el Gobierno aún no tiene un dato preciso de cuántas viviendas y familias fueron afectadas.
Campanini sostuvo que hace unos 10 años se construyeron unos gaviones en el lugar, pero fueron derrumbados por la masa de lodo, no hubo mantenimiento. “No hay manejo adecuado de la zona y tampoco de las cuencas, a pesar que desde hace más de seis años se tiene un programa de gestión de cuencas”, lamentó.
A decir del director de Cuencas de la Gobernación, Enrique Soria, el municipio no realizó mantenimiento en el manejo de los cauces, cuando le correspondía realizar ese trabajo.
El ministro de Defensa, Javier Zabaleta, explicó ayer que tras un sobrevuelo realizado en el lugar se pudo evidenciar que en la cabecera del río Taquiña hubo pequeños deslizamientos de tierra, que con el gran caudal de agua generado por las lluvias, formaron una gran corriente de lodo.
“Las características de un río de lodo es que tiene momentos de represamiento (bloqueo de un drenaje por movimientos en masa, por ejemplo, un deslizamiento) y no corre de forma expedita como el agua. Eso provocó olas o golpes de lodo que ingresaron a Tiquipaya”, precisó, la autoridad.
Expansión sin planificación
Otro de los factores que identificó Campanini es el crecimiento indiscriminado de la mancha urbana.
“Eso sumado a la falta de planificación de la expansión de la mancha urbana (han provocado el desastre). Hay un grado de responsabilidad de las autoridades nacionales, departamentales y municipales”, advirtió.
Según el experto, en lugar de cuidar y preservarse las zonas boscosas, lo que se hace es sobreponer las urbanizaciones.
No se realizan estudios, tampoco hay una planificación, por eso se aprueban nuevas construcciones muy cerca de las riberas de ríos y en las quebradas.
Para el director de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Gobernación de Cochabamba, Oscar Soriano, urge la aprobación de una norma que regule las nuevas edificaciones en la zona.
“No es posible que por falta de una norma se tengan estas consecuencias. Seguramente deben existir construcciones ilegales, eso también genera inestabilidad en suelos, más aún cuando el sector (está considerado) como zona roja”, acotó.
Brigadas trabajan para remover el lodo en las calles y casas.