Dos ONG denuncian persecución del Gobierno

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Los  representantes de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) CEDLA (Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario) y CEJIS (Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social), Carlos Arce y Hernán Ávila, respectivamente, denunciaron hoy persecución y ataques por parte del gobierno nacional por las labores que realizan, y temen que sus instituciones sean cerradas al igual como ocurrió con la organización Ibis Dinamarca.

“Nos vimos perseguidos cuando se dieron las marchas indígenas, fuimos atacados de manera directa, hay unos spot que sacan falseando la verdad y mintiendo a la población y que todavía en este momento lo están repitiendo en Trinidad”, señaló Ávila a Erbol. Del mismo modo Arce manifestó que “es probable (que nos quieran cerrar) porque ya no hay límites, ya no hay escrúpulos en el gobierno para atacar, para impedir a todas aquellas voces disidentes que están planteando el verdadero carácter de su política”.

Ambos representantes señalaron que los principios de sus organizaciones no cambiaron en ningún momento y que continúan igual desde antes que el Movimiento Al Socialismo (MAS) llegue al poder.

Carlos Arce, investigador del CEDLA, sostuvo que el discurso del gobierno cambió de manera opuesta a lo que manifestaban en un principio con el tema de la plurinacionalidad y las autonomías indígenas, vendiendo una imagen que en la actualidad no practican, y temen que gente que investiga, y apoya a esos sectores sociales, “les haga ver la realidad”.

“Temen a la gente que investiga, que les pueda hacer descubrir esa realidad, es eso lo que temen y por eso actúan así, y cuando hay un gobierno asustado y temeroso de perder esa seducción ante esa masa de trabajadores, actúa torpemente y actúa dando manotazos, e incluso volteando el plato que les dio de comer”, manifestó.

Del mismo modo, el director del CEJIS expresó que antes con el trabajo que realizaban afectaban de manera negativa a los grupos vinculados al manejo del poder y de la economía, pero ahora “parece ser que con el mismo trabajo que desarrollamos estamos afectando a aquellos sectores que están vinculados a prácticas antidemocráticas, de acumulación del poder en desmedro de una mayoría poblacional”.

Como manifestación de ello, agregó, “la gente con quien caminamos juntos en algún momento ahora se ponen al frente de nosotros y se vinculan con quienes antes quemaron nuestras oficinas, como ocurrió en 2008”.

“Resulta que esta gente vinculada a toma de instituciones ahora trabajan en espacios públicos de este gobierno. Entonces para nosotros estuvo claro desde el 2009 que el proyecto en el cual habíamos trabajado desde las esferas del gobierno estaba distorsionándose, y eso se marca con lo que ocurrió en la VIII y XIX marcha del TIPNIS, y ahora más claro con lo que ha pasado con el CONAMAQ (Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu)”, apuntó.

El investigador del CEDLA agregó que “lo que el gobierno puede calificar como ilegal es lo que puede hacer debilitar su falsa imagen creada por ellos mismos de ser un gobierno para indígenas”.

“Cuando este gobierno que subió con ese discurso atenta contra esos derechos y reaccionan estos sectores, el gobierno teme, y ahí lo que antes era bueno, ahora es malo, lo que antes era apoyo (de las ONG) para fortalecer este programa hoy se convierte en conspiración imperialista, derechista”, señaló.

Agregó que las organizaciones que apoyaban a esos movimientos no han cambiado, “los que han cambiado son los que están en el gobierno”.

“Ellos abandonaron esas ideas o tal vez nunca creyeron en ellas, pero están haciendo todo lo contrario, y a gente que de alguna manera mantiene una lealtad con esas ideas y con estas organizaciones sociales ahora es tildada de conspiradora, de proimperialista, derechista”, dijo.

“Yo creo que la estrategia en realidad es despejar el camino, tener un 2014 electoral donde no haya una voz que pueda cuestionar sus políticas, que pueda poner al desnudo esta contradicción entre lo que dicen y lo que hacen”, apuntó.