ENDE no conoce cuántas especies viven en el área de acción de Ivirizu

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Foto: José Rocha / Los Tiempos

Varias especies de mamíferos, aves e insectos sólo fueron ahuyentadas y no se las capturó ni reubicó como se hizo con 6 mil reptiles y anfibios que estaban en las 120 hectáreas intervenidas para la construcción de la hidroeléctrica en Ivirizu, en el Parque Nacional Carrasco.

La empresa ENDE Valle Hermoso admitió esta situación a tiempo de informar que tampoco cuenta con un registro de cuántos animales de esas especies serán afectados por el desmonte.

Para construir la presa de 120 metros de altura en el río Ivirizu, se deben limpiar 250 hectáreas de las 622.600 que tiene el área protegida; la presa ocupará 100 hectáreas.

El responsable de Seguridad y Medioambiente de ENDE, Hugo Ferrufino, explicó que antes de cada desmonte una brigada de biólogos ingresa a la zona con silbatos para que los animales salgan del lugar. Después, se hace una evaluación para rescatar algunas especies. “Se hace un ahuyentamiento. Es difícil que nos encontremos con una fauna mayor. Esos animales, al sentir movimiento y actividad antrópica (de humanos), escapan”, dijo.

El funcionario no pudo detallar por qué razón sólo se reubicaron anfibios y reptiles. En cuanto a las aves, explicó que la empresa tiene un plan de rescate en caso de que se halle sitios de anidación. Cuando se le consultó si había rescatado huevos de las 120 hectáreas deforestadas, dijo: “Por el momento, no”.

También se desconoce la cantidad de anfibios, mamíferos, reptiles, aves e insectos que habitaban en las hectáreas depredadas. “No hay una cuantificación, porque la actividad de la zona es dinámica. Estudios sí se han hecho, pero no hemos dicho ‘vamos a cuantificar 10 y los 10 vamos a rescatar'”, detalló el funcionario.

Falta información

El director del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny, Ricardo Céspedes, declaró que quizá hay una mala información en ENDE al creer que los anfibios son los únicos que no pueden desplazarse con facilidad, cuando en el lugar hay una gran cantidad de ratones y otros mamíferos muy pequeños sin posibilidad de escapar.

Céspedes detalló que las aves pueden volar y escapar de la intervención, pero dejan en el lugar sus huevos. La situación de otros animales terrestres pequeños también es complicada porque no pueden desplazarse rápidamente.

“No se ha evaluado qué insectos podrían ser afectados con esta obra. Hay pocos trabajos de investigación. Hubiera sido bueno tener un trabajo más eficiente y saber qué fauna habitaba esa región antes de la intervención”, indicó Céspedes.

Por su parte, la directora de la carrera de Ingeniería Ambiental de Universidad Católica Boliviana (UCB), Estela Herbas, explicó que es importante conocer el Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental (EEIA), en el que se debe explicar por qué razón se ha tomado la decisión de relocalizar a ciertas especies y no a todas. “Quizá han priorizado a los que están en más riesgo, todo eso lo debe detallar el estudio”, dijo.

 

Ningún huevo se rescató. De las 120 hectáreas deforestadas no se rescató ningún huevo de aves que anidaban en el lugar, pero ENDE tiene plan de rescate.

 

NO SE ENTREGÓ EL ESTUDIO AMBIENTAL

El Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental de la construcción de la hidroeléctrica en Ivirizu no fue entregado a la Asamblea Departamental, informó el asambleísta Freddy Gonzales, que personalmente lo solicitó al gerente de ENDE-Valle Hermoso.

“Conocer el estudio y los planes es indispensable para hacer una fiscalización del proyecto”, dijo.

El responsable de Medioambiente de ENDE, Hugo Ferrufino, dijo que el documento será enviado esta semana. Cuando se pidió la misma información para Los Tiempos, indicó que se la solicite mediante carta.

 

LA REUBICACIÓN DE LOS ANIMALES SÓLO MITIGA EL IMPACTO EN LA ZONA AFECTADA

Los especialistas Estela Herbas y Ricardo Céspedes creen que la captura y reubicación de 6 mil reptiles y anfibios es acertada porque mitiga el impacto ambiental en la zona de intervención para la construcción de la hidroeléctrica Ivirizu.

“Con la reubicación se está por lo menos paliando el impacto. No llega a solucionar el problema, pero sí a paliar un poco. La reubicación es parte de la mitigación (…). Obvio que vamos a perder mucho, no sólo especie vegetal, sino también animal. No se ha considerado los insectos”, dijo Céspedes, director del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny.

En tanto, Herbas, directora de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica Boliviana (UCB), cree que la fauna generalmente es móvil. “Los animales van a ir a otros lugares. Normalmente funciona, pero puede causar una especie de competencia entre las especies, pero después de un tiempo se estabiliza”, dijo.

Herbas cree que, para la reubicación, ENDE puede haberse enfocado sólo en las especies simbólicas. “Mucho depende de cuáles han sido los planes aprobados en la evaluación ambiental inicial del proyecto. Quizá la empresa ha demostrado que no son especies de riesgo y que probablemente hay lugares similares a estos”, explicó

Herbas indicó también que los mamíferos más grandes pueden reubicarse en otros lugares de manera natural sin muchos inconvenientes.