II Parte: Luis Arce Gómez se estrella contra el embajador de EEUU Edwin Corr
En el mismo periplo antes de retornar a Bolivia, el temible exministro del Interior Luis Arce Gómez aterrizó en Brasil más o menos con las mismas ideas en la cabeza. Allí quería entablar un proceso penal contra la revista Veja. A penas enterados del propósito del “Ministro de la Cocaína” como había sido calificado por Wallace, los periodistas en el país declararon que la visita de LAG era indeseable y le negaron autoridad moral para procesar a uno de las revistas más influyentes. El caso no quedo ahí, el Gobierno brasileño lo invitó a abandonar el país.
En la misma línea de amenazas en mayo de 1981 LAG amenazó con un juicio al entonces embajador de EEUU en Bolivia Edwin Corr, si este no demostraba con pruebas fehacientes los nexos por los que se acusaba con el narcotráfico. Nuevamente sus amenazas, resultaron una bravuconada. “Mi honor no se lava en los tribunales, se lava con sangre”, declararía el coronel responsable de la seguridad interna en ese Gobierno de facto. Mas, como siempre todo quedó en aguas de borraja. Alce Gómez al igual que los militares Norberto Salomón, Ariel Coca y Rudy Landívar se limitaron a amenazar para demostrar su inocencia pero jamás llevarían sus denuncias hasta los estrados de la justicia. Fue una manera hábil de ganar algunos meses mientras recrudecían las críticas contra ese esquema militar aferrado al poder.
Más allá de las reacciones lo que logró el temible coronel fue el poder intimidatorio y criminal que acumuló a la cabeza del grupo de paramilitares que había conformado para perpetrar el golpe de Estado de Julio de 1980. Quedó claro que estas bandas de mercenarios no podrían conservar su poder cuando Arce Gómez dejara de ser ministro. Y eso es lo que sucedió finalmente. Entre 1989 y 1993 cayeron detenidos varios paramilitares que operaron violentamente durante ese Gobierno. Klaus Barbie fue deportado a Francia por el Gobierno de Hernán Siles Zuazo y el propio Arce Gómez fue detenido y deportado en pantalones cortos mientras sorprendido por las fuerzas de seguridad en una hacienda en Santa Cruz. Esto en el Gobierno de Jaime Paz Zamora (1989 – 1993).
Militarismo y mafia en Bolivia
En la siguiente parte el lector de dat0s encontrará fragmentos del libro Militarismo y Mafia en Bolivia escrito por la organización Earth Satellite Corporations. “Baptista era el encargado de recoger dinero de los narcotraficantes y entregarlo a los jefes militares implicados en el golpe de Estado de Luis García Meza, así como a los paramilitares a través del coronel LAG. Después del golpe del 17 de julio, Abraham Baptista confiscó US$ 6 millones en efectivo de un avión colombiano que estaba camuflado en una pista clandestina en Santa Cruz. El dinero fue trasladado a La Paz por órdenes de LGM quien posteriormente instruyó que US$ 4 millones sean depositados en la cuenta de su esposa Olma. Nada de extrañare seria que esos US$ 4 millones serían los que la esposa del exgeneral llevó a Suiza de acuerdo a una denuncia publicada el 5 de febrero de 1981 en la revista alemana Der Spigel”
“El incidente originó un distanciamiento entre Arce Gómez y Baptista, ya que el grupo de narcotraficantes colombianos se quejó de Baptista era el único responsable por esa cantidad de dinero. Los colombianos ofrecieron al ministro del Interior US$ 1 millón para asegurarse su protección y para seguir operando en Bolivia. LAG hizo conocer a Baptista que debería salir de La Paz y retornar inmediatamente a Santa Cruz y días después el emisario fue asesinado mientras salía de una pizzería en la capital oriental”. Siempre de acuerdo al relato de ESC, uno de los sicarios a sueldo era JPC y el vehículo que usaron había sido facilitado por Roberto Suárez.
Según los periodistas franceses Monique Lacer y Francois Fallaerau, que investigaron las conexiones de ese Gobierno con el narcotráfico, en el asesinato estuvieron implicados además de Arce Gómez, Roberto Suárez y el general Hugo Echeverría.
Mañana el último capítulo “La danza de dinero y la dictadura militar”