La historia del F10, el grupo de élite de las Fuerzas Armadas

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Foto: defensa.com

Las Fuerzas Armadas de Bolivia siempre han tenido unidades especiales, pero de la que poco se habló es de la más importante, del grupo F10 cuyos miembros son oficiales y suboficiales de élite, entrenados exclusivamente para combatir el terrorismo y grandes secuestros.
El martes, el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, afirmó que esta  unidad militar se trasladó a la frontera con Chile para luchar contra el contrabando. “Se dedica a controlar este tipo de situaciones con alto grado de especialidad”. 
Sin embargo, este anuncio generó suspicacia en Chile. El canciller Heraldo Muñoz escribió en Twitter: “Esta es una decisión soberana de Bolivia, pero es una acción delicada. No quisiéramos que esto escalara a algo peligroso”.
El F10 se creó a principios del año 2000, pero para que naciera tuvo que  disolverse la primera unidad de élite: GRIE (Grupo de Reacción Inmediata del Ejército). 
El GRIE fue creado por Marco Marino Diodato, exministro de Gobierno de  Hugo Banzer, según recuerda el especialista en temas militares y armas, Samuel Montaño. Pero como a fines de 1999 el italiano fue procesado y condenado por narcotráfico y otros delitos, esa unidad desapareció.
Fue entonces que a principios de 2000 el Chachapuma F10 se creó en Cochabamba con la ayuda, tanto económica como logística  del grupo militar de Estados Unidos que estaba asentado en Bolivia, el cual estaba bajo el asesoramiento del Comando Sur.
Bajo esta dependencia,  desde la Embajada de Estados Unidos  salían las designaciones de los comandantes de esta unidad de élite, señala Montaño.
La estructura y la tutela se mantuvieron hasta el año 2006, cuando Evo Morales asumió el mandato. Cuando se enteró que Estados Unidos estaba a cargo del F10, decidió cortar ese vínculo y este grupo pasó a depender de las Fuerzas Armadas, estructura que se mantiene hasta hoy.
Características de la unidad
Montaño explica que el F10 es un grupo efectivo, compuesto por oficiales y suboficiales seleccionados de las tres fuerzas: Ejército, Fuerza Aérea y Armada. Todos son entrenados con ejercicios específicos de combate.
Coincide con él un exmiembro del alto mando militar, quien no quiso dar su nombre. “La formación de estos militares está por encima de lo que un militar de cualquier regimiento recibe.   Se entrenan para trabajos específicos como la lucha contra terroristas, para intervenir en secuestros de gran magnitud. Tomemos en cuenta que están entrenados especialmente para el combate con armamento”.
El F10 tiene en sus filas no más de 150 hombres, es una fuerza pequeña y de integrantes seleccionados. Además, en su estructura se aceptan desde tenientes hasta capitanes, en el caso de los oficiales, dice Montaño.
Durante estos 17 años de vida, los chachapumas fueron protagonistas de algunos hechos polémicos en la historia de Bolivia. Montaño recuerda que los militares francotiradores estuvieron durante el denominado Febrero Negro, en 2003, y escoltaron los misiles chinos desde el Estado Mayor hasta el aeropuerto de El Alto cuyo destino era Estados Unidos.
Asimismo, se maneja la versión de que el subteniente George Peter Nava Zurita, detenido en 2008 por activar un explosivo en oficinas de la Red Unitel, de Yacuiba (Tarija), era miembro del F10. Se conoce que el militar tuvo formación antiterrorista.
En su afán de escapar, Nava chocó el vehículo que conducía, fue detenido y la Policía encontró credenciales de Presidencia, armas y explosivos. Ese año, los opositores vincularon al militar con el MAS. La investigación siguió por parte de la Fiscalía, pero en ningún momento el militar fue detenido, más bien desapareció unos buenos años.
El envío del grupo F10 a la frontera con Chile ha desatado críticas en algunas autoridades chilenas que hablan de provocación. 
Montaño afirma que Bolivia tiene todo el derecho de movilizar tropas o grupos especiales en los lugares que considere, pero en el caso de los chachapumas advierte un error.
“Se está dando el mensaje de que el Ejército, las tropas convencionales, más la Policía son unas fuerzas inútiles que no han podido rendir. Por eso se decide mandar a la fuerza de élite”, comenta.
“¿Qué va a pasar si el F10 no funciona (en la frontera) y falla ante los contrabandistas?, ¿a quién vamos a acudir entonces si el Ejército regular no ha funcionado? Es un pésimo error”, cuestiona el experto.

Los tres hechos clave de los chachapumas

Francotiradores en Febrero Negro
Durante los acontecimientos violentos en febrero de 2003, que surgieron a raíz de un impuesto al salario decidido por el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, el grupo militar F10 actuó en la plaza Murillo.
Según recuerda Samuel Montaño, esta unidad tenía la misión de impedir el ingreso de manifestantes de la Central Obrera Boliviana (COB) a la plaza. Francotiradores se apostaron en diferentes edificios adyacentes al Kilómetro 0 y hubo varias bajas por su actuación.


Escoltas de los misiles chinos
En 2005, cuando Eduardo Rodríguez era presidente, un grupo del  F10 acompañó al vehículo que transportó los misiles chinos hasta el aeropuerto de El Alto para ser enviados hasta Estados Unidos. Samuel Montaño señaló que un sargento de la misión militar norteamericana, de apellido York, sobrepasó la autoridad del comandante y ordenó que el F10 escolte las cajas de los misiles hasta la base aérea alteña. “Esta unidad prestó ese servicio, aunque no estaba dentro de sus funciones”, afirma el especialista.

 

Dejan de depender de Estados Unidos
Cuando Evo Morales asumió la presidencia, en 2006, se enteró   que los comandantes de  las principales unidades o divisiones de las FFAA  eran designados por Estados Unidos.
El Presidente decidió suspender cualquier dependencia con Estados Unidos porque el Gobierno consideró un abuso. Cuando se cortó este nexo, la misión militar norteamericana envió  una nota pidiendo que el  F10 devuelva a la embajada armas y equipos que había  donado, asimismo suspendió los cursos que impartía.