Lo que Revilla le quitó a La Paz

0
319

Se fue Revilla, quitándole a La Paz su paisaje, sus casas elegantes de la época de la República; le robó la luz sin la que la ciudad muere o se marchita. Muchos celebraron la salida de un personaje que llegó a ocupar el puesto sin nunca haberlo imaginado, por lo tanto, sin metas ni propuestas, sino que se fueron gestando sin orden y al calor de una serie de acciones que en lugar de haber situado a La Paz en una especie ciudad emblema, léase que el mismo la mostró en sus slogans como Ciudad Maravilla, la torpedeo hasta convertirla en la ciudad más deprimida de Bolivia.

No puede decir Revilla que le dedicó a La Paz las 24 horas del día, como acostumbraba su gastada fraseología, que la usó hasta el final para confundir a los paceños. Lo que se notó a la hora del cierre de gestión es que los encantos del centro cosmopolita por excelencia decrecieron un abismo. Sus índices de desarrollo urbano entraron en deterioro y en contradicción. Lo que a Revilla los paceños no le perdonarán es por haber destruido sin elementos de visión lo que la ciudad tenia de magia. Sus montañas, que han sido su centinela, sus casas construidas en la época colonial y republicana que adornaban barrios enteros, cayeron poco a poco hasta dejarla en una ruinosa modernidad de edificios hilvanados en fila sin espacios verdes y sombras fantasmagóricas que han opacado el brillo de lo que alguna vez fue La Paz. Una ciudad con personalidad. Antes de irse Luis Revilla y sus equipos presenta[1]ron información impresa en folletos sobre sus obras estrella; los Puma Katari que no han sido una mala iniciativa, pero ahí se acabó; sus barrios de verdad que muchas veces acabaron deslizándose por el hacinamiento permitido; trámites de construcción sin respaldo y sin respetar linderos y el uso de suelos; la falta de coordinación con las subalcaldias que actuaron cada una a su manera, destruyendo el patrimonio urbanístico de La Paz.

Muchas horas trabajadas y mucha materia inconsistente queda después de 10 años de una gestión desastrosa.