Los interactivos de Evo y el Papa

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Foto: Telam

 

 

Se dice que el presidente de Bolivia ingresó muy efusivo al despacho de su santidad el Papa Francisco en su última visita al Vaticano y que la sobriedad fue la respuesta del sumo pontífice. Evo Morales se ha hecho muy amigo del Papa desde que estuvo de visita en el país y se consumó una relación estrecha entre ambos. Es poco frecuente que su Santidad reciba a un jefe de Estado de manera tan seguida como lo ha hecho con Evo. Pero esta relación no guarda similitudes en Bolivia. El presidente mantiene una tensa relación con la cúpula de la Iglesia Católica.

La Conferencia Episcopal de Bolivia ha sido bastante crítica al Gobierno del MAS por varios motivos. El Ejecutivo, entretanto, mantiene a raya a la Iglesia desde prácticamente el inició de la presente gestión gubernamental.

Los sacerdotes han sido apuntados por defender los intereses de la oligarquía. Se los acusó por haber actuado durante el periodo “neoliberal” como intermediarios entre los movimientos sociales que entonces demandaban sus reivindicaciones por lo general en manifestaciones que acababan con acuerdos entre las partes.

En aquellos años, cuando los conflictos hacían temer enfrentamientos fatales, las autoridades del Ejecutivo convocaban a los clérigos para que juntos en la mesa del diálogo reafirmen la voluntad de ambas partes para alcanzar una solución a los problemas.

Esa línea se quebró en este Gobierno, primero porque la actual administración no necesitaba intermediarios al ser varios sectores parte del esquema y, por tradición, la Iglesia que participaba activamente en la problemática social perdió prerrogativas de seguir atendiendo planteamientos de los asalariados. Ese alejamiento alcanzó más tarde ribetes de enfrentamiento. La Iglesia denunció en varias ocasiones que zonas enteras del país habían sido tomadas por el narcotráfico. Declaraciones que exasperaron aún más las tensiones.

Cuando Francisco fue elegido Papa en sustitución de Rassinger -alejado del lugar número uno de la Iglesia por razones de índole personal-, y al haberse convertido Francisco en figura mediática con un discurso que condenó desde el inició al Capitalismo y a la obsesión por el dinero y la violencia que se ejercita contra los más pobres, el presidente boliviano se torno un admirador del Papa argentino.

No cesó hasta que lo recibiera en el Vaticano y desde aquella oportunidad, no tardó mucho en invitarlo al país dejando la marca de que corría a cuenta de su administración y nada tenía que ver la Conferencia Episcopal.

En su visita a Bolivia el mandatario le obsequió símbolos que generaron polémica. Francisco se vio sorprendido y hasta tuvo que explicar a los periodistas que lo acompañaron en su visita por los regalos entre los que había un crucifijo con la forma de la hoz y el martillo, comunista.

Las relaciones parecían normalizarse hasta que el pasado mes la Conferencia Episcopal en una de sus tradicionales reuniones señaló críticas abiertas contra el Gobierno. En un ampuloso señaló que el narcotráfico ha permeado en niveles del Estado mencionando funcionarios que están presos o investigados. Aludido por las críticas la respuesta del Gobierno no se dejó esperar. Condenó nuevamente la posición de los sacerdotes a quienes calificó de operar políticamente contra la gestión del presidente Evo. Esa declaración atemperó la segunda visita de Morales al Vaticano. De vuelta al país, apenas aterrizó su Falcon el mandatario dijo a la prensa que los obispos deberían formar un partido pro imperialista.

Las relaciones vuelven a sufrir un tropezón, en cuanto Francisco muy diplomáticamente prefirió seguir aceptando todo como acostumbra hacerlo desde que fue entronado en el Vaticano.

 

Un mate de coca al Papa

El mate amargo de los gauchos fue motivo de alusiones en el Vaticano aunque esta vez matizado con hojas de coca. En su reciente visita a la sede del Papa Francisco el presidente Morales volvió ser noticia de primera plana en los diarios de la santa sede. “Yo lo tomo y me hace muy bien”, le dijo el presidente boliviano al Papa aludiendo las bondades de la hoja sagrada de coca.

Los diarios aprovecharon para decir que la hoja de coca es la materia prima de la cocaína y tradicionalmente mascada por comunidades andinas que ayuda a combatir los efectos de la altura. El pontífice, a su vez, entregó a Morales un medallón de San Martino de Tours e la reciente exhortación sobre la familia “Amoris Laetita” (La alegría del amor). Francisco también le entregó a Evo un ejemplar de El nombre de Dios y Misericordia, el primer libro del Papa Francisco, publicado en febrero de este año, citó el comunicado oficial del Vaticano.

Morales-Francisco conversaron durante 27 minutos en Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.

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