Marcha indígena avanza y no se detendrá ante las elecciones

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Foto: Soyelgas/Página Siete

Pese a la cercanía de las Elecciones Generales 2019, más de un centenar  de marchistas se dirigen desde la Chiquitania  hasta  Santa Cruz de la Sierra, en la X Marcha de Pueblos Indígenas por la Tierra y Territorio. Si el Gobierno no atiende sus demandas, aseguran que  continuarán el recorrido hasta la ciudad de La Paz, aunque eso implique que el día de los comicios los agarre en el camino. Exdirigentes  creen que la medida le restará votos al MAS.

“No bloqueamos ni tomamos  medidas drásticas porque no queremos perjudicar al pueblo boliviano. Asumimos la lucha en nuestros cuerpos”, dice  el dirigente indígena, Tomás Candia.

La columna partió hace cuatro semanas desde San Ignacio de Velasco. La marcha es la estrategia pacífica de lucha que ha conseguido el reconocimiento legal de los territorios indígenas, la creación de la ley INRA, el posicionamiento de la Asamblea Constituyente en agenda política y la protección del Tipnis.

Por ello, mientras la “casa grande” arde, los indígenas toman sus sombreros, extienden sus banderas y se enfilan rumbo a la sede de Gobierno para exigir al poder central la declaratoria de Desastre Nacional y la abrogación de legislación que consideran es perjudicial para la preservación de  sus territorios.

Marcha en jornada electoral

Nunca antes, en las anteriores nueve marchas de los pueblos indígenas, la movilización coincidió con la jornada de los comicios electorales. Bienvenido Zacu, excoordinador de los indígenas del oriente, asegura que sólo la marcha de  2002 se asemeja, parcialmente, al contexto electoral que  vive el país ahora.

“Esa fue la IV marcha indígena. Salió de Santa Cruz y llegó a La Paz muy fortalecida. Ahí se catapultó el liderazgo de Evo Morales que estaba en campaña. Si bien no ganó, salió segundo y estuvo muy cerca de Goni (expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada)”, cuenta Zacu.

Pero, ¿qué relevancia puede tener esto? Para el exdirigente, la actual coyuntura nacional con la marcha indígena como conflicto latente restará respaldo al presidente, Evo Morales.

“Ocurrirá al revés de 2002 porque los indígenas se sienten traicionados. Actualmente el Gobierno ha pactado con ganaderos y agroindustriales a costa de nuestros territorios”, sentencia.

Según el cálculo que manejan los mismos marchistas, la jornada electoral los encontrará en plena carretera de Santa Cruz hacia Cochabamba.

Y es que si algo saben bien los pueblos indígenas de tierras bajas es que los derechos no caen del cielo sino que se arrebatan del suelo, de los kilómetros de marcha, de los días de lucha, de la acumulación de cansancio, del calor de la carretera y del frío de la intemperie. Desde  1990 dejan sus territorios cuando es necesario para interpelar al poder,  que alegando distancia no les escucha.

De la Chiquitania a La Paz

Bajo  un sol ardiente y el aire aún contaminado por el humo de los incendios en San Ignacio de Velasco, cerca de 100 indígenas marchistas partieron a las 16:00 del  lunes 16 de septiembre. Desde ese día, hombres, mujeres, niños y ancianos -indistintamente- caminan largas jornadas esperando que el Gobierno escuche sus demandas.

“Necesitamos campings, colchas y artículos de higiene personal”, explica Fernando Rojas, cacique de la Asociación de Cabildos Indígenas de San Ignacio de Velasco (Acisiv).

De los aproximadamente 150 marchistas que se desplazan, sólo la mitad tiene una carpa para protegerse en las noches. El resto  duerme   a la intemperie.

Desde San Ignacio de Velasco, fueron 204 kilómetros y 13 días de caminata hasta llegar a San José de Chiquitos. Atravesaron los municipios de San Miguel y San Rafael y  ahora se dirigen a Santa Cruz de la Sierra que está a 272 kilómetros de distancia.

No hay fecha fija de llegada pero estiman unos seis días. “A pesar del cansancio seguimos con las convicciones” afirma Rojas.

Si hasta llegar a Santa Cruz el Gobierno no ha atendido sus peticiones, continuarán marchando hasta la ciudad de La Paz.

“Sabemos que es probable que el 20 de octubre estemos en la carretera y no podamos votar, no importa. Estamos luchando por la violación de nuestros derechos y el avasallamiento a nuestros territorios, eso es más importante que convalidar una elección de un gobierno que nos atropella”, asegura Rojas.

Chaparina  en 2011

  • Marcha En 2011 los pueblos indígenas de tierras bajas y habitantes del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure (Tipnis) emprendieron la VIII Marcha Indígena por la defensa del territorio y en rechazo de la construcción de una carretera que pretende pasar por el corazón de ese lugar.
  • Represión El 25 de septiembre de ese año, tropas de la Policía ingresaron con gases lacrimógenos al campamento de los indígenas, en Chaparina, y detuvieron a hombres y mujeres, con sus niños. Varios de los marchistas fueron golpeados, maniatados y amordazados. Hasta hoy no se identificó a los responsables.