Nos dijeron esto es el voto de Evo, hagan flexiones, saquen sus calzones

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La violencia desatada en Apolo el pasado 19 de octubre sigue siendo un misterio. El Gobierno insiste que fue una emboscada premeditada hacia los erradicadores de coca ilegal y los testimonios de los comunarios de Miraflores afirman que en realidad los uniformados avasallaron a los pobladores de la zona cuando todavía se encontraban durmiendo en sus casas.

Una de las mujeres cocaleras, que pidió no ser identificada por temor a ser también detenida como varios de sus paisanos, aseguró que a las 05.00 de la violenta jornada, su familia fue sorprendida por los uniformados de la Fuerza de Tarea Conjunta en su casa.

“Estábamos durmiendo y se entraron a mi casa, a mí me patearon, me empujaron, mi esposo se escapó arrastrándose, luego para proteger a mis hijos, yo me escapé junto a mis hijos a mi huerta”, relató la cocalera de Miraflores.

Aseguró que no sólo su familia corrió la misma suerte, sino que sus vecinos también fueron víctimas de un “avasallamiento” violento de parte de los erradicadores de coca.

“Quiero denunciar que nos avasallaron dentro de nuestra comunidad, dentro de nuestras casas, nos gasificaron, nos patearon,  ellos (uniformados) arrastraron a nuestros niños, vaciaron nuestras comidas, creo que con este Gobierno no tenemos derecho a nada. Incluso se llevaron a una pareja, marido y mujer”, lamentó.

Luego -según su versión- los erradicadores arrearon a las mujeres como si fueran animales de casa en casa hasta llegar a “amontonarlas” en la escuelita (unidad educativa de Miraflores).

“En la escuelita nos amontonaron a todas, ahí nos dijeron ‘este es el voto de Evo Morales, ahora voten por Evo Morales’, nos hacían hacer flexiones, nos hacían saltar como a soldados, nos gasificaban, nos decían ‘sáquense sus ropas, sáquense sus calzones, esto es el Evo, esto su Presidente les mandó’, así se expresaban”, relató su experiencia.

Agregó que al ver todas esas humillaciones, sus esposos -que en su mayoría habían huido de sus casas- reaccionaron con violencia contra los uniformados.

La cocalera dijo que con piedras, palos y flechas sus esposos les intentaron defender. Pero negó rotundamente que hayan usado armas de fuego para atacar a los uniformados.

Sin embargo, la violencia en Apolo dejó cuatro muertos (tres efectivos y un médico), 14 heridos de bala, además de otros 18 contusos. Todos del lado de los uniformados.

La comunaria no supo explicar cómo se produjeron esas muertes por impacto de bala aunque dijo presumir que en medio de tantos disparos y gases lacrimógenos posiblemente “entre ellos” se mataron.

“Nosotros los campesinos no sabemos ni usar armas, es falso lo que nos acusan, es mentira todo lo que se dice, quisiera que todos los medios de comunicación entren a la comunidad a hablar con mujeres y niños, nosotros hablamos en su mayoría quechua y les vamos a contar todo lo que pasó”, enfatizó.

Otro cocalero habla de la violencia ejercida hacia los campesinos

El dirigente de los cocaleros de Apolo que se resisten a la intervención de la FTC, Humberto Flores, dijo en la misma línea que todas las versiones del Gobierno son falsas y los muertos son resultado de una supuesta balacera entre los propios uniformados que habrían ingresado a las casas de Miraflores rompiendo puertas, ventanas y “manoseando” a mujeres.

“Es increíble el viceministro Jorge Pérez y el ministro Carlos Romero, no tienen conocimiento de nada de lo que realmente pasó, sólo hablan mentiras y más mentiras, por eso en Apolo la gente está cansada, creo que es hora de que la verdad salga, pero nunca vamos a aceptar que un Ministro nos acuse de narcotraficantes, que estamos (relacionados) con peruanos, basta de mentiras, se los vamos a decir en su cara, vamos a poner todos nuestros carnets para ver si encuentran entre nosotros a algún peruano”, aseveró.

Según la versión de Flores, los erradicadores ingresaron a las 05.00 del sábado a las casas de los productores quitándoles incluso los pantalones y la ropa interior de las mujeres.

“Han quitado sus pantalones a las mujeres, les han quitado sus ropas interiores, las golpearon, las pusieron armas del Ejército en la boca para que hablen, las patearon, incluso a una señora que dio a luz recientemente la levantaron de la cama, la hicieron caer, la botaron afuera, a su bebé de dos días casi lo matan con los gases lacrimógenos”, aseguró.

Indicó que los pobladores de la zona, al ver que los efectivos estaban “manoseando” a las mujeres, quitándoles sus pantalones, hicieron reventar un petardo, que es la señal de la comunidad para que la gente automáticamente se reúna en el colegio de la zona. Afirmó que el profesor de la comunidad es testigo de todo esto que ha pasado.

“Cuando ellos (los erradicadores) llegaron rompiendo puertas y ventanas, la balacera corrió del lado de los policías, parecía que eran balines, pero habían sido balas de guerra, entonces, las balas caían como granizo en todo lado, no había donde más esconderse, al final de cuentas, se dispararon entre ellos cuando las mujeres estaban en contra de la pared y las insultaban diciendo ‘ahí está el premio enviado por su gobierno’, al final hubo una pelea entre ellos, porque se pusieron a discutir entre ellos, decían vos has disparo, que yo te dije que no dispares, o sea que se echaron la culpa entre ellos, entonces, es ahí donde ocurrió este problema, es mentira de que los comunarios estaban armados”, apuntó.

El trauma de los niños

Los cacaleros de la zona aseguraron que ahora los niños son los que quedaron con más traumas tras presenciar la violencia del pasado fin de semana.

Según los comunarios, ahora los menores de edad tienen mucho temor a cualquier vehículo y cuando ven circular algún motorizado por el lugar corren automáticamente hacia el monte.

Mientras las clases en las unidades educativas de las comunidades Miraflores, Copacabana y Piedra Blanca fueron suspendidas porque hasta los profesores habrían sufrido el supuesto avasallamiento de los erradicadores.