¿Podrá Naabol superar el déficit de Aasana y bajar el gasto en salarios?

Los Tiempos
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Aeropuerto Cbba.
Foto: Hernán Andia | Los Tiempos

Para los expertos en aviación, la intempestiva disolución de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana) y la creación de la entidad Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos (Naabol) se hizo de forma improvisada y deja muchas dudas respecto a que se solucione el déficit financiero. Además, lo compararon con la época de la capitalización de empresas estatales.

Desde el cierre de Aasana y la creación de Naabol, el Gobierno todavía no precisó cómo la empresa reducirá los gastos en salarios en 50 por ciento y subirá el sueldo para los funcionarios de Naabol en 30 por ciento. Además, la nueva entidad estatal deberá depositar a favor del Tesoro General de la Nación (TGN) en 2022, según instruye la ley de Presupuesto General del Estado (PGE).

A la fecha, también se desconoce el número de funcionarios con el que contará la institución y cuántos serán parte del personal técnico para garantizar la aeronavegación comercial en los 42 aeropuertos del país.

Extinción de Aasana

El ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, justificó la extinción de Aasana por una deuda de más de 1.314 millones de bolivianos. La determinación dejó desempleados a 989 trabajadores con ítem y a más de 100 trabajadores a contrato. Además, Montaño señaló que la entidad estatal requería cada mes más de 10 millones de bolivianos para pagar salarios, pero sólo generaba siete millones.

Sin embargo, la deuda es de hace 20 años, por lo que extrabajadores y expertos en aeronáutica consideran que la mala gestión del MAS causó la crisis de Aasana.

El secretario ejecutivo de la Federación Nacional de Trabajadores de Aasana, Einar Roca, detalló que la deuda es por la construcción de aeropuertos (600 millones de bolivianos) y por la falta de pago a Impuestos Nacionales (500 millones). Ambas tienen más de 20 años y también están los juicios laborales que la institución perdió. Igualmente, se adeuda a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y a la Caja Nacional de Salud (200 millones).

“Se ha creado otra empresa (Naabol) que ya nació con deudas”, indicó Roca.

La ex Aasana no tenía 9,7 millones de bolivianos para pagar horas extras adeudadas desde 2020 a sus trabajadores, pero tras la disolución de la institución aseguró contar con 180 millones de bolivianos para pagar beneficios sociales a los funcionarios en 15 días. El miércoles 15 de diciembre se cumple el plazo asignado por ley para este pago. Roca a nombre de los extrabajadores anunció movilizaciones si ello no se cumple.

El experto en aeronáutica y exsuperintendente de Transportes Wilson Villarroel indicó que con el cierre de Aasana se vive la misma situación que se suscitó en las épocas de la capitalización. “ENFE fue cerrada de mala manera y los trabajadores reclamaban, había incertidumbre, no sabían qué iba a pasar y sólo algunos de ellos pudieron ser absorbidos por las nuevas entidades. Entonces, la decisión de cerrar una empresa estatal deficitaria no es historia nueva”, indicó.

Recordó que la capitalizada ENFE nunca pudo pagar beneficios sociales a sus trabajadores retirados. “Mucho me temo que algo de eso vaya a suceder con Aasana, que las obligaciones sociales y laborales no estén cubiertas y habrá movilizaciones. Podría ser que si no han tomado las previsiones oportunas el problema continuará y las deudas de Impuestos no van a prescribir, ¿quién se hará cargo? Estamos viviendo los tiempos de la capitalización, así era”, agregó.

Crisis aeronáutica

El experto en aeronáutica Augusto Valle considera que la cerrar Aasana es una muestra más de la crisis aeronáutica que vive el país y se suma al mal estado de los aeropuertos, el costo alto de combustible y el elevado cobro de impuestos. Esto ocasiona el retiro de líneas aéreas internacionales del país.

Indicó que antes las aerolíneas internacionales llegaban al país con 14 frecuencias a la semana, pero ahora sólo ofrecen cuatro. A eso se suma que, a casi dos años del ingreso de la pandemia a Bolivia, la aeronavegación comercial se ha reactivado sólo en 50 por ciento y no alcanza los niveles de 2019.

Valle afirmó que de continuar en esa misma línea se podría producir un colapso, por lo que considera que el Gobierno debería hacer una reingeniería en todo lo que tiene que ver con la administración de la aeronavegación comercial. “Debe hacerse un diagnóstico de la aviación en Bolivia y a partir de ahí plantear una nueva política aeronáutica, que sea planificada y no atropellada como estamos acostumbrados”, dijo.

El economista Gonzalo Chávez, en una columna publicada la semana pasada, dijo que lo que pasa con Aasana revela una enorme improvisación en un sector de alto riesgo como es la aeronavegación, y muestra la punta iceberg de la crisis del modelo económico populista estatista.

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