Realidad virtual versus realidad en tiempo real

El tiempo real en las redes es impresionante. Vimos hace poco una transmisión al vivo en el Facebook en la que los policía de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico FELCN -si aún existe bajo ese denominativo; modelo de la lucha contra las drogas- a rastras por el suelo húmedo de Los Yungas de La Paz, en la localidad de Asunta más propiamente, mientras las balas silban rosando la nariz de la patrulla. Que difícil aceptar estas dos realidades. La primera en tiempo real de la transmisión de las noticias. Allí cerca cae por el impacto de un arma de fuego un uniformado; gritos de socorro y más balas se escuchan en el audio. Detrás se esconde la otra realidad, la que no es virtual; la que conlleva un riesgo inminente por su desproporcionada cercanía a la realidad. ¿De dónde provienen las balas que silban las narices de los policías antidroga? Hay al otro extremo el reconocimiento de funcionarios del propio Gobierno de que se han encontrado cultivos de coca y plantaciones de otras drogas en otras partes de nuestro territorio. La realidad virtual en tiempo real nos vuelve a aproximar a la realidad.

El Gobierno ha incursionado en la zona de La Asunta donde desde hace por lo menos los últimos cinco años, desde los más pequeños se forman en los cultivos de coca, otra de las zonas prohibidas por ley para las plantaciones de la hoja de coca. Circulan versiones, voces y esquemas intocables que acaban de recibir a la policía a plan de bala. El efecto de la dimensión virtual ya no es muy lejana a la realidad. En este caso, todos nos acomodamos para seguir la función en privado.