En la edición de abril de 2014 dat0s reflejó el acercamiento del gobierno del MAS con EEUU.
El viernes 22 el periódico La Razón utilizó un curioso titular. Decía: “Evo dispuesto a recuperar relaciones con EEUU”. Es natural pensar que, en este caso, como todo en la agenda de un mandatario, obedece a compromisos programados con antelación. En ese marco, una delegación de parlamentarios progresistas norteamericanos, llegaron a Bolivia para entrevistarse con el jefe del Estado Plurinacional y de esa reunión salió el deseo de restablecer relaciones diplomáticas entre ambos países.
Estados Unidos, como se sabe, ha dejado a funcionarios de segunda línea en Bolivia. El último en retirarse fue el encargado de negocios Larry Memmott y en su lugar asumió Aruna Amirthanayagam que antes se desempeñó como consejero adjunto de prensa y cultura de la legación estadounidense. Más allá de la caída en el nivel de las relaciones bilaterales, es llamativo que Evo se disponga a reanudar relaciones en un momento crucial para su administración, acorralada por escándalos que tuvieron origen en Bolivia y derivaron precisamente en los Estados Unidos.
Hace un par de años, se insistía que con la detención del general de la policía René Sanabria, destaparía una caja de pandora sobre posibles vínculos de autoridades con el narcotráfico. No fue el caso. Sanabria no dijo más de lo necesario en el juicio abreviado por tráfico de drogas que un tribunal le abrió en territorio norteamericano. Sin embargo, las consecuencias hicieron efecto en Bolivia con allanamientos a domicilios y detenciones irregulares. Transcurridos los años, la detención de otro policía boliviano en los Estados Unidos por delitos de extorsión, han abierto varias grietas delicadas para el Gobierno del MAS, aunque se diga en señal de defensa que las denuncias provienen de personajes descalificados y sin ninguna credibilidad ni reputación.
Pero, las balas no han sido disparadas únicamente por policías “corruptos”. El ex presidente Aerosur, Humberto Roca, jugando ciertas fichas bastante delicadas y a la vez riesgosas, entregó al FBI una grabación comprometedora en las que se hace mención a temas incómodos para la actual administración. El giro que pretende volcar Evo en las relaciones con los Estados Unidos tiene a partir de la lectura de estos hechos una suerte de impronta y rectificación. ¿No será demasiado tarde?, es la pregunta, tras conocerse la declaración presidencial de que deben recuperarse las relaciones, pero en el marco del respeto recíproco.
No cabe duda que en eso el mandatario tiene razón, pero tampoco es la primera vez que lo dice manteniendo una línea distante en la relación bilateral.
Relaciones con Brasil
Por otro lado, las relaciones con el goloso sudamericano igualmente atraviesan momentos delicados. La presencia en el país del exfiscal Marcelo Soza es tan neurálgica como los dos anteriores casos en los que se está jugando más que una simple conyuntura de acusaciones que van de un lado a otro. No sería ésta la primera vez que las fichas se mueven exacerbadas generando en el tablero movidas imprevisibles.
Este artículo fue publicado por primera vez en abril de 2014 y es parte de la edición 165 de la revista dat0s.