Verdades incómodas. El imperio VEJA (II Parte)

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Historia de una de las revistas más grandes del mundo. Intereses, periodismo y conexiones

La revista brasileña VEJA es las más grande de Latinoamérica y la tercera en ventas del mundo. Edita 54 títulos de los más diversos géneros, llega a unos 28 millones de lectores e imprime cerca de 568 millones de revistas al año. Un gigante de esta naturaleza ha crecido por su consistencia y veracidad, aunque de vez en cuando se olvide publicar asuntos que podrían incomodar los intereses que defiende. Veja no se pronunció con la vehemencia de sus últimos artículos contra Chávez, Fidel, Evo y los integrantes del denominado “eje del mal”, cuando un cargamento con cuatro toneladas de cocaína salió en un avión DC-6 del aeropuerto de El Alto en La Paz en septiembre de 1995 (ver nota: la historia del mayor cargamento de droga pags: 36 – 43). Veja ha sido recientemente dura contra el Gobierno de Bolivia por la enorme cantidad de cocaína que se interna al país por la frontera. El ministro Juan Ramón Quintana ha señalado que gran parte de esa droga proviene del Perú. Sin embargo, varias investigaciones de la Policía Federal Brasileña dan cuenta que el 53% de la cocaína que se introduce a su territorio es cocaína de procedencia boliviana. “El resultado se mide por el grado de pureza de la droga”, dicen los federales brasileños. Sea como fuere, la plaga del consumo y el narcotráfico se ha expandido de forma alarmante en Brasil. El Gobierno brasileño está dispuesto a proteger su territorio de las bandas delincuenciales de la droga. Es una política de Estado y Veja la defiende.

Por instrucciones del Gobierno de Dilma Rousseff, últimamente se han realizado gigantescos operativos para limpiar las “favelas” de Rio de Janeiro, donde radican peligrosas organizaciones criminales. La proximidad del Mundial de Fútbol y las Olimpiadas que se celebrarán en Brasil el 2014 y el 2016, han recrudecido las acciones antidroga para limpiar la ruta de la droga dentro de su propio terreno

De acuerdo a información de la policía brasileña, el 73% de la droga boliviana que llega a Brasil se consume en el distrito federal, es decir en el centro neurálgico de la actividad política brasileña donde trabajan y viven los funcionarios del Estado. La demanda del producto pasa después por los mercados de Sao Paolo, Paraná y Amazonas. Una de las grandes preocupaciones en Brasil es que los narcotraficantes están utilizando sustancias nocivas como vermífugos para mezclar la cocaína. Además, se ha disparado entre la población de menos recursos el consumo del “crack” que no es otra cosa que la pasta base de cocaína. Sus efectos son altamente nocivos para la salud. De acuerdo a estadísticas que se difunden en Brasil se cree que hay más de un millón de dependientes al “crack”.

Veja hace especial énfasis en publicar este tipo de información. Ha señalado conexiones de las FARC con el tráfico de drogas y califica al grupo sin disimulos como “narco-terrorista”. El tráfico de droga ha entrado en su agenda y difunde información sobre sus ramificaciones con la política. Ha escrito que la carretera que atravesará el Tipnis, es el “camino de la cocaína”. No admitió que el ex presidente Lula se haya adornado con hojas de coca en una visita a Bolivia y que haya sufrido en carne propia siendo aliado de Morales por su proximidad ideológica, con la decisión de nacionalizar los hidrocarburos. La revista ha sufrido muchas amenazas a lo largo de su historia. El ex ministro del Interior de Bolivia Luis Arce Gómez, en la época de la narco dictadura militar que gobernó de facto a Bolivia entre 1980 – 1981 fue a Brasil para abrir un proceso contra la revista porque lo tildó como “el ministro de la cocaína”. Veja ha acuñado muchas frases. Al régimen de Hugo Chávez lo llama “boliburguesia”.

El grupo Abril que está detrás de las publicaciones semanales de Veja, edita entre otros títulos Caras, Play Boy, Claudia, Gloss, Exame, Cuatro Rodas, Placar, Nova, Elle, Women´s Health, Men´s Health entre otros títulos. Una de sus misiones reza que “está empeñada en con tribuir para la difusión de información, cultura y entretenimiento para el progreso de la educación, la mejora de la calidad de vida, el desarrollo de la libre iniciativa y el fortalecimiento de las instituciones democráticas”. Esa declaración de principios fue acuñada en 1980.

La empresa fue fundada en 1950 por el napolitano Víctor Civita que con una particular visión de negocios se inició en el mundo editorial publicando Pato Donald en una pequeña oficina del centro de Sao Paulo, con una media docena de empleados. Cinco años después el Grupo Abril inició su transformación invirtiendo en tecnología e inició una cultura periodística en texto, fotografía, edición y producción.

Durante la década de los sesenta publicó historias en fascículos coleccionables que le rindió un gran éxito comercial y se convirtió en un fenómeno editorial. El primer número de Veja salió a los puestos de venta el 11 de septiembre de 1968. En la actualidad, sus ediciones semanales son consideradas las más representativas del mercado brasileño. Es la revista política y de amenidad más grande de Brasil y la tercera más influyente del mundo. Pero no todo lo que brilla es oro. También se ha ganado fama de que exagera sus textos y que derrama demasiada tinta de acuerdo a las circunstancias y sus intereses comerciales.

Su fundador Víctor Civita nació en 1907 en Nueva York, Estados Unidos, pero es italiano de origen. Es conocido por ser un especialista en dar saltos en la oscuridad, como “hacedor” y un “solucionador de problemas”. Ya fallecido de un infarto al corazón en 1990, quienes se han hecho cargo de la compañía son sus hijos Roberto y Richard. El primero está a cargo del Grupo Abril que tiene a su cargo más de 9.000 empleados, la distribución de sus productos en más de 2.000 ciudades del Brasil y el suministro semanal de sus revistas en aproximadamente 30.000 puestos de venta. Además, el Grupo se divide en Abril Gráfica y Abril Educación, los otros brazos de sus operaciones. Ha incursionado en el mercado editorial con Atica y Scipione que se han convertido en líderes del mercado de enseñanza. Publican cada año a más de 3.500 autores y en 2010 alcanzó 50 millones en ventas de libros.

El otro espacio del corazón del Grupo se denomina Abril Media Digital, unidad responsable por atender los negocios digitales de la empresa. Ha desarrollado productos, contenidos y servicios en plataformas y formatos digitales que llegó a 62 millones page views. En abril de 2006 el Grupo Abril, incorporó como socio al Grupo Naspers de Sudáfrica que tiene un siglo de tradición y una facturación de US $2.000 millones. Naspers invirtió US $422 millones por la compra del 30% de Abril.