Vision nación: Apocalípticos e Integrados

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En Bolivia se han conformado dos clases de categorías ordenadoras del futuro. Apocalípticos e Integrados. La primera categoría está formada por los opositores que se ha encargado de sembrar dudas sobre el largo plazo. Los segundos que aseguran que Bolivia está en la dirección correcta.

LOS “APOCALÍPTICOS” ESTÁN ENCABEZADOS POR LA AMPLIA Y DESLUCIDA GAMA DE

OPOSITORES AL GOBIERNO DE EVO MORALES.

Estos, a falta de propuestas, han iniciado una campaña para señalar el camino crítico que recorrerá la economía en los siguientes años. De ellos no se escucha nada bueno. Apuntan una crisis sin precedentes que dicen ha comenzado a sentirse. Sus frases favoritas, las que se escucha en los corrillos políticos y cafés dice: “la crisis se siente”, “esto va en peor, esperamos que empeore hasta el próximo año”, “se han rifado -los del Gobierno- la última década de buenos precios de las materias primas, sin hacer industria y se están gastando las reservas internacionales”. Han convocado a los ministros para que aclaren los recursos que se gastan en la propaganda oficial. Dicen que Bolivia no es un país competitivo y que el dólar es insostenible al cambio actual en los siguientes años. Aseguran que es inevitable una “devaluación”. Es un discurso que no admite el lado bueno y persigue en el fondo del mensaje la reconquista del poder a cualquier precio. Más allá de las diferencias ideológicas los “apocalípticos”, sienten que su discurso es una oportunidad para volver a revalorizarse políticamente atacando el lado más sensible de la población: su bolsillo. La pregunta

que deriva a ellos es cómo podrán gobernar un país en llamas. Son los que discrepan con las cifras oficiales de crecimiento. Se oponen a todo pero no tienen alternativas ni seguridad.

La economía, según este grupo, no sobrepasará del 4,3% insuficiente para pagar el segundo aguinaldo.

LOS “INTEGRADOS” CONSTITUYEN LA AUDIENCIA DISCRETA QUE NO HA DECLARADO LA GUERRA. Son los que discretamente reconocen que en los últimos años el país ha avanzado pero que aún resta mucho por hacer. Su lenguaje es discreto y sin alarmismos convencionales; generan cierto estado de seguridad y no profundizan la grieta. Son los que creen, sin dejar de pensar en la meta de alcanzar el poder, que Bolivia puede enfrentar la desaceleración de la economía por las condiciones de crecimiento que ha generado el mercado interno. Hacen diferencias necesarias con las economías latinoamericanas – Brasil y Argentina- y la relación comercial mundial que afecta la estructura de precios con las economías más desarrolladas del planeta; por lo tanto, observan que la crisis no golpeará Bolivia como aseguran los primeros; esto por las características de la economía local menos integrada al comercio internacional y por las espaldas de las reservas del Banco Central de Bolivia para sortear la crisis. Marcan, sin embargo, algunas diferencias, con el manejo oficial en cuanto a los estímulos subvencionados.

Opinan, por ejemplo, que el Gobierno debe evitar pagar este año el segundo aguinaldo. Dicen que encarece el precio de los productos al incrementarse el costo de producción que las empresas asumen como gasto. No critican que Bolivia articule acuerdos con China, ya que según ellos los US $7.000 millones generarán nuevas oportunidades.

EL DESAFÍO: MANTENER LA ESTABILIDAD ECONÓMICA EN LOS SIGUIENTES AÑOS.